Capítulo 11

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¿Es un Reencuentro? No, no lo creo. . . ¡ES UN SECUESTRO!

Momentos antes

La presentación terminaba y las jóvenes habíaprocedido a retirarse para así cambiar sus vestiduras, por unas más acorde a lasituación.

Las jóvenes una vez listas y preparadas, salieron de la habitación cedida; seguida de un sequito de sirvientas encaminaron sus pasos hacia el salón de banquetes. Las miradas de curiosas de aquellas bellezas examinaban los cuadros colgados por los pasillos, muchos de estos mostrando a distintos familiares de la familia Real de Britania.

Aunque finalmente decidieron restarle importancia, empujando aquello a lo más recóndito de su mente y bueno, si era provechoso en algún momento, sacarlo a colación para entretener sus futuras charlas con los habitantes de aquel vistoso reino.

Con un elegante caminar, las jóvenes Sultanas se abrieron paso hasta llegar a la delegación Imperial. No apresuraron el paso, pero si mostraron el porte al caminar y no hubo nadie – a excepción de cierto grupo – que no dejaron de prestar atención a la entrada de aquellas celestiales criaturas. Al final llegaron a su destino e hicieron todo aquel sequito una corta pero refinada reverencia ante el Emperador y la Emperatriz, ambos contentos por el gesto de las jóvenes devolvieron el saludo, él asintiendo levemente la cabeza y ella una leve pero exquisita reverencia.

— "Rey Bartra permítame presentarle a mis hermosas Sultanas" — Pidió el Emperador, con notoria alegría. — "A su distinguida familia"

— "Por supuesto, Emperador" — Sonrió él y con aquella amabilidad, característica suya dio un paso hacia aquellas doncellas. — "Sera un placer conocer para nosotros el conocer a tan gráciles señoritas..."

— "Sultanas" — Corrigió la Emperatriz Hurrem, misma que se había posicionado al lado de una de ellas.

— "Sultanas" — Repitió, corrigiendo su anterior falta.

— "Bien, Entonces..." — Por una breve fracción de segundos, Suleiman le dedico una mirada acusadora antes de mirar a su Emperatriz y sonreír de nuevo. — "Querida, ven aquí" — Extendió un mano en dirección de una de las jóvenes, que gustosa llego a su destino.

— "La hermosa y joven Sultana aquí es mi sobrina" — Presento con una sonrisa diplomática. — "Hija de mi hermana, la Sultana Shahrazad y Lufti Pasha" — Contento y con la mirada en su joven sobrina. — "Esmehan Sultan"

La joven de mirada almendra mostro una hermosa reverencia. De un hermoso cabello ébano caía en forma de hondas hasta la altura de su marcada cintura, de rostro ovalado nariz achatada y graciosa, esbelta figura. Ataviada de hermosas joyas, una tiara diamante azul que resaltaba aún más con aquel hermoso vestido azul marino, bordado con hilos dorados en la parte del pecho, hombros, así como a los lados de la falda sobre una tela muselina, dándole un aire aristocrático y poderoso complementado con los aretes y el collar con incrustaciones de diamante azul.

— "La siguiente, joya en ser presentada también es mi sobrina" — Presento el Emperador, no sin antes esperar que la otra joven retrocediera de nuevo a su anterior lugar. Extendiendo la nuevamente su mano — "Es hija de mi hermana, la Sultana Beyham y Ferhat Pasha" — una sonrisa nostálgica apareció brevemente en los labios del emperador, solo que esta desapareció así de rápido como se hizo presente — "La Sultana Kaijol"

Esta vez la hermosa sultana de ojos ónix, presento una perfecta reverencia al igual que la anterior Sultana. Su castaño cabello recogido en una elegante media cola enmarcando sus rasgos más destacados: como el contorno de sus labios cejas y nariz que es chiquita pero respingada de figura un tanto atlética pero esbelta. Llevaba una hermosa una hermosa tiara hecha de coral – por orden de su madre – y dicha joya solo hacia resaltar más su belleza. Acompañada de un hermoso vestido rojo borgoña, mismo que se apegaba su esbelto y suave cuerpo. Los hermosos patrones de rosas bordados de hilos carmesí e hilos verdes esmeralda para dar realismo a las rosas, estos iban desde la cintura de la falda hasta terminar los dobles del vestido, mientras que en la parte superior las exquisitas rosas se acentuaban en la parte del corpiño y las mangas de seda brillante y aquella transparencia le daban cierto encanto.

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