Las personas dan por sentado muchas cosas o situaciones, que están ahí porque sí y que no se moverán jamás.
Esto también nos lleva a pensar que sucede con las personas y que ellas se quedaran ahí siempre, esperando. Pero hay que recordar algo... Nad...
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Silencio
Esa fue la reacción de los jóvenes. Nadie intento siquiera mencionar una sola palabra ante lo que acaban de oír.
— "Espera... ¿es lo que creo que es?" — Meliodas fue el primero en intervenir. Incrédulo ante el hecho. — "¿Cómo es que sucedió?".
Los demás estaban igual o mas asombrados.
— "¡Esto debe ser culpa de Ban!"— Exclamo King.
— "De eso no hay duda King" — Concordó Gowther, que estaba muy lejos de lucir su muy habitual rostro sine emociones. — "El culpable de esta situación es sin duda Ban"
— "Pero quizás fue un mal entendido por parta de su alteza, la Sultana Aysel"
— "Por mucho que quisiera estar de tu lado quería Eli, los chicos tiene razón" — Y lanzado una potente mirada hacia el aludido, Merlín esperaba que este no abriera la boca, intentando justificar su accionar. — "Él es el responsable de esta situación"
— "Hay por amor a los dioses, no es como si todo hubiera sido planeado"
Y nuevamente nadie dijo nada. Con las miradas todas posadas sobre él.
— "Bueno me retiro" — y sin más, el hombre procedió a hacer una venia exagerada y retirarse del salón.
— "Es que nos tocara hacer de niñeras" — afirmo Diana, frunciendo los labios. — "La Sultana en verdad no desea inconvenientes"
— "Y no es solo la Sultana" — Escanor sustrajo del bolsillo de su chaqueta un sobre. — "La mismísima emperatriz, su excelencia Hurrem, ha manifestado su inconformidad con los recientes acontecimientos" — Dio unos cuantos pasos hasta entregar la carta el rubio.
Meliodas no demoro en leer la carta, y el ceño en su rostro se hizo presente. Una cosa era la advertencia de la Sultana, la cual de manera pacífica pedía – exigía – que mantuvieran alejado al ex bandido, y otra muy diferente era que la mismísima emperatriz del de uno de los continentes con mayor poderío sugería – muy sutilmente – que custodiaran al ahora Duque.
Ya que una parte muy importante de la misiva recibida por Escanor se mantenía actualmente rondando en sus pensamientos.
"Espero que vuestra gracia, entienda la situación y no intervenga en los lazos futuros se vean empeñados por tal indiscreción"
— "Meliodas" — La dulce y reocupada voz de Elizabeth, saco de dudas al actual heredero.
— "Todo estará bien Lizzy" — Entonces llamo a uno de los guardias que esperaba detrás de la puerta. — "Lleva a la princesa heredera a los aposentos reales"
