Un mundo donde la paz dejó de existir hace mucho tiempo, un lugar lleno de caos, muerte y guerras... de pronto somos enviados a un lugar completamente diferente, donde las personas tienen habilidades impresionantes, son fuertes y son llamados ¿héroe...
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—¡No hay manera de que podamos enviar a nuestras tropas, estamos acabados!
—Siempre hay una solución solo es cuestión de que pensemos un poco más.
Ambos hermanos se voltean a ver lanzándose miradas que dicen demasiado, han pasado demasiadas horas discutiendo en cómo acomodarán las tropas para así vender al enemigo, bestias que por años han estado atacando a la humanidad.
—Teniente Ortega ¿alguna idea?— uno de los capitanes de dirige hacia la joven.
—Está vez no tengo un plan en mente señores, estoy vacía— menciona ella derrotada y frotándose la frente con dos de sus dedos
—¡Por favor pido un momento de su tiempo!
Una mujer de cabello pelirrojo se levanta de entre algunas personas que la observan incluyendo la teniente Ortega.
—Acabo de terminar la máquina que podría ser nuestra salvación, podemos irnos de este mundo hacia otro.
—¿Me está hablando de viajes a otra dimensión? No digas estupideces Merida— Mikaela de cruza de brazos riéndose.
—¡Hablo en serio teniente! Por favor denme una oportunidad.
Le joven morena le lanza una discreta mirada al general en jefe que es su hermano quien acepta de mala gana acompañar a la profesora Merida quien entusiasmada les habla sobre todos los avances que ha conseguido en los últimos seis meses, la teniente se pone al lado de la chica.
—Veamos su invento doctora.
Aquella mujer le muestra una sonrisa orgullosa y entrar en una sala donde observan una enorme máquina que sorprende a todos los presentes. Mikaela se dirige a su hermano susurrando para que nadie los escuche.
—Entiendo que ella será pronto tu esposa, pero ¿en serio crees que su experimento funcione?
—Hay que darle una oportunidad teniente Ortega, es lista y sexy.
Todos los espectadores están en silencio observando la gran obra maestra que ha creado una de las mentes más brillantes del distrito, los dos hermanas se acercan más para ver mejor e incluso tocar a qué artefacto.
—Me tomó cuatro años desarrollarla y por fin está lista.
Justo cuando está a punto de encenderla un fuerte estruendo pibe en alerta a todo mundo que se prepara con armas en mano para atacar, el techo es destruido y del cielo descienden criaturas que no son humanas o bueno, ya no lo eran.
—¿Cómo descubrieron nuestra base?— habla Sasha apuntando si arma hacia ellos.
—¿Me extrañaron?
Ambos hermanos de quedan helados al escuchar esa voz que proviene de las sombras y que de la nada aparece delante de ellos con una malévola sonrisa.
—¡Zaida! Es imposible nosotros te aniquilamos— grita Mikaela.
