Mikaela ortega
—Malditas vendas— me miro en el espejo sin las vendas en mi pecho.
Puedo ver mi enorme pecho el cual me ha causado grandes inseguridades a los largo de mi vida, me cubro con mis brazos sin dejar de mirarme en el reflejo pero borro esas ideas en mi cabeza y me meto en la ducha, al sentir el agua caliente mi cuerpo se relaja tanto que me estoy quedando dormida salgo de mi cuarto de baño y me percato de que hay una pijama en mi cama, me acerco extrañada y veo una pequeña nota encima de la ropa que dice lo siguiente: "Te regalo una de mis pijamas, hoy hace frio y puedes resfriarte" Sonrió para después quitarme la toalla pero en eso alguien golpea la ventana de mi cuarto, me asomo para ver de quien se trata y veo a mi hermano haciéndome una señal para que salga.
Bajo las escaleras en silencio para no despertar a los alumnos que ya están dormidos, una vez a fuera el me mira de arriba abajo.
—Linda pijama.
Le muestro el dedo de en medio y me estiro —Este lugar es una mierda, no sé si podre soportar que me llamen "profesora" otra vez.
—Hay que hacer el intento, nuestro mundo ya debe estar en un caos total. Lo que mas me duele es que nuestra hermana está detrás de todo esto.
—Cuando la vea te juro que le arrancare la garganta.
—No eres la única que quiere hacerlo.
Aizawa Shouta
Escucho por la ventana la conversación de los hermanos, me pregunto ¿qué habrá pasado en su mundo? Los sigo observando hasta que ellos se despiden con un choque de puños y Mikaela entra en la casa, escucho como tocan la puerta de mi habitación, la veo de pie con los brazos cruzados y una mirada de molestia en su cara.
— ¿Por qué nos espiabas?
—Por seguridad niña, no queremos que haya traidores entre nosotros.
No dice nada más y me da la espalda para meterse en su habitación, yo me quedo de pie unos segundos antes de entrar en mi cuarto y dirigiéndome a la cama.
Despierto por la mañana por los ruidos de mis alumnos que están desayunando en el piso de abajo, me cambio y me coloco mis vendas en el cuello para bajar las escaleras.
—¡Buenos días profesor Aizawa!
—Buenos días —me sirvo una taza de café.
La puerta de la residencia se abre de golpe dejando ver a mi compañera en un mini short y vendas en el área de su busto, se nota que viene de entrenar porque tiene los puños sangrando y sus músculos están tensos.
—Buen día bastardos— ella se acerca al fregadero —Espero que estén listos para la clase hoy, será muy diferente de lo que están acostumbrados y no quiero que me cuestionen.
—Buenos días Mikaela.
—Buenos días Aizawa.
Nos quedamos observando la cara del otro durante unos instantes hasta que ella alza una ceja y una sonrisa aparece en sus labios.
—Sube tu bragueta que la anaconda puede salir de su cueva— me golpea el hombro y se va del primer piso.
Me quedo quieto y mis ojos bajan poco a poco a mi pantalón, en efecto, tengo le bragueta debajo, me paso una mano por la cara y sonrió ¿Qué hacía mirando ahí abajo?
Llego al salón de clases junto con mis alumnos que se sientan en sus lugares, yo también me coloco en mi lugar ya listo para darles indicaciones.
—Muy bien chicos el día de hoy veremos sobre rescates, quiero que en una hoja de su cuaderno me redacten que harían ante un ataque de villanos donde hay heridos, tienen media hora para hacer el trabajo.
— ¡Vamos Mikaela por favor ponte esto!
Mikaela ortega
Me quito a Mérida de la espalda, pero se aferra a mi como si su vida dependiera de ello, me insiste que me ponga una falda pegada a mi cuerpo y una blusa que haga notar mi escote, pero yo me niego odio ese tipo de vestimenta.
—Algún día te convenceré de que te pongas algo lindo, basta de usar ropa militar y holgada.
—Sí, si ahora ya cállate y déjame en paz— empujo su cara fuera del salón de clases cerrando la puerta.
Me volteo ante la cara de los estudiantes que me miran como si fuera un extraterrestre lo peor de todo es que su profesor también me mira así, me acerco a Aizawa para hablar con él.
— ¿Cuál es el horario de entrenamiento?
Nos miramos a los ojos y siento como un brillo extraño aparece en esos ojos negros que al verlos hacen que mi corazón palpite de más, muevo mi cabeza para sacarme esas ideas y me alejo de él rascándome la nuca.
—solo dime en cuanto tiempo terminan estos chicos su trabajo.
—¡Ya acabamos profesores!
Aplaudo llamando su atención—Bien, ahora todos vayan a ponerse sus uniformes deportivos y nos vemos en la cancha a las novecientas horas.
Salgo del salón de clase golpeando la puerta y en el pasillo me acerco a una ventana mirando el hermoso día soleado que hace, no estoy acostumbrada a que este tan tranquilo todo siempre se escuchaban los disparos a primera luz del día o las explosiones detonándose cerca de la base. Mi mente me transporta a la base donde la macabra sonrisa de mi hermana se mostraba en su cara, pongo una mano en mi pecho como si me doliera.
Recibo a los estudiantes en el campo de entrenamiento y mientras se acomodan yo miro al horizonte con un bastón de madera en mis manos, me volteo a los chicos que me miran esperando que les dé indicaciones.
— ¡Mikaela!
Giro la cabeza hacia la persona que me llama y puedo ver a mi hermano acercarse con su enorme cicatriz, pero muy sonriente, no lo había visto así desde hace muchos años parece que está feliz en este nuevo lugar.
—Creí que estabas en tus clases con tus alumnos— le apunto con el pedazo de madera.
—Ahora Mérida está con ellos, vine para ayudarte— se empieza a quitar la camisa —Supongo que les vas a enseñar algunos movimientos básicos de pelea.
Suspiro y le lanzo una mirada levantando una de mis cejas provocando una carcajada de su parte, una vez sin su camisa nos muestra sus buenos músculos provocando que mis alumnas se sonrojen y no dejen de verlo.
— ¡Señoritas por favor dejen de verlo! Podrán incluso tocarlo si logran completar con el entrenamiento — me acerco a ellos— ¿Alguna vez han peleado con gente más fuerte que ustedes?
Uno de ellos levanta la mano, un niño de gafas y que se ve que es el típico nerd que todo lo quiere perfecto.
— ¡Peleamos contra villanos profesora! Y si no es molestia ¿Cuál es su particularidad?
—No poseo ninguna de esas cosas cuatro ojos, no la necesito para eso estoy entrenada y para mi clase ustedes no utilizaran sus... cómo se llamen esas cosas.
Agarro aire y después de unos segundos lo dejo salir todo. Le hago una seña a Sasha para que me siga y se ponga en posición de combate, los alumnos nos observan atentos.
—Empecemos con el Kick Boxing, un deporte básico de defensa personal, les servirá sobre todo a las señoritas. Formen parejas por favor.
Les doy unos minutos para que escojan a una pareja y cuando ya están listos sigo con mi presentación.
—Una de los movimientos más conocidas de este deporte es el gancho.
Aizawa Shouta
Camino al lado de Present Mic por el campo de deporte y puedo ver a Mikaela entrenando a los chicos de la clase, me detengo al ver como ella da un salto al aire y de una patada golpea a su hermano que cae el suelo.
—¡Wow! Esa mujer It is a beauty ¿no lo crees Eraser?
—Nunca había visto a una mujer como ella—Nos quedamos para observar.
Por mas que quiera dejar de mirar, no puedo es muy hermosa no sabia que el ejército hubiera mujeres así de bellas aunque en el fondo ninguna de ella se fijaría en tipos como nosotros.

ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨| 𝐀𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐚
FanfictionUn mundo donde la paz dejó de existir hace mucho tiempo, un lugar lleno de caos, muerte y guerras... de pronto somos enviados a un lugar completamente diferente, donde las personas tienen habilidades impresionantes, son fuertes y son llamados ¿héroe...