|M I K A E L A| (cinco años después)
—¡Mikaela gracias al cielo has regresado!
Merida viene corriendo a mi para lanzarse a mis brazos, ha pasado mucho tiempo desde la ultima vez que la vi.
—Es un gusto volver a verte girl.
Choco los puños con Present Mic que se volvió un gran amigo para mi y una persona muy importante para Merida.
—Gracias viejo, llegue Justo a tiempo para su boda— recojo mi maleta —¿Donde están mis sobrinos? Muero por verlos, les traje unos regalos.
—Están con Aizawa y Eri, los llevó a la feria.
Al escuchar ese nombre siento un nudo en la garganta y el estómago, desde que me fui no nos volvimos a ver lo más probable es que me odia por haberlo dejado. Siento alguien que nos observa, volteo a todos lados pero al parecer no hay nadie sospechoso solo un montón de gente caminando en el aeropuerto.
—¿Quieres ir a casa? Te prepare un cuarto para que puedas dormir.
—No hace falta Merida, solo me quedaré aquí hasta que ocurra la boda, me iré al día siguiente.
Mi cuñada me mira con sorpresa —¿Cómo que te irás de nuevo?
—Te lo explico luego.
Llegamos a casa por fin después de media hora de camino lo cual me dio tiempo de escribirle a mis superiores sobre el reporte de la misión en Qatar, aun quedan varios de los monstruos de mi viejo y debo acabar con ellos. Entramos a la sala de estar de la casa donde nos recibe un enorme perro.
—El es Alex lo rescatamos de un refugio y ama a los niños.
—Me agrada podría cuidarlos mientras ustedes no están— lo acaricio y me dejo caer en el sofá —¿Sabes cuando llegara Aizawa?
Merida se sienta al lado mío con unos ojos Aldo cansados y tristes —¿Lo extrañas verdad?
—Más de lo que el se imagina, pero me aleje de él porque creí que vería a un monstruo— siento las lagrimas acumularse en mis ojos.
Pero respiro hondo para no empezar con un drama aquí en la sala, no soy de esas estupidas protagonistas que lloran por un hombre, por mucho que lo ame no merece mis lágrimas. Me levanto del sofá despidiéndome de Merida avisándole que saldré a caminar un poco.
Al estar frente a la puerta y querer abrirla parece que alguien me ganó por que me encuentro con esos ojos irritados que hacía años no veía.
—¿Mikaela? ¿Qué...?
—Aizawa...— miércoles no se que decir, no dire una estupidez ya bastante tengo con lo que piensa mi estupida cabeza y que es leída por un montón de chicas que babean por mi hombre.
—¡Tía!
Abrazo a mis pequeños sobrinos cargándolos en mis brazos, también abrazo a Eri que es como mi hermana pequeña.
—Llegaste antes de lo planeado mujer— Aizawa me sostiene la mirada.
—Tu y yo necesitamos hablar, aclarar muchas cosas viejo...— dejo a mis pequeños en el suelo.
Ambos salimos de casa cerrando la puerta detrás de nosotros, me sudan las manos me siento bastante nerviosa no sé qué vaya a pasar entre nosotros. ¿Debería pedir perdón? No lo sé tal vez no estaría bien.
—¿Cuanto tiempo te quedarás aquí?
—Solo hasta el fin de semana, el lunes antes del amanecer me iré— estiro mis brazos escuchando como mis huesos crujen —La mentó haberme ido así...
—Eso está en el pasado, al final tú y yo no estábamos hechos para estar juntos.
Trato de evitar su mirada, por más que me duela tiene toda la razón somos personas totalmente diferentes ahora no se que hacer o decir será mejor que me vaya a dar una vuelta lejos de el.
—Fue un gusto volver a verte Aizawa... buenas noches— le doy la espalda y comienzo a caminar.
Durante unos minutos camino por las calles de la ciudad hasta que me adentro de un callejón donde golpeo la pared con ambos puños sollozando y dejando caer lágrimas que se deslizan por mis mejillas.
—P-puta vida... por primera vez en muchos años amaba alguien y ahora l-lo perdí...
Continuo así hasta que escucho algo moverse, levanto la cabeza para averiguar de dónde viene ese sonido, vuelvo a sentir que me vigilan.
—¿Quién está ahí? Sera mejor que salgas— me limpio las lágrimas de mis mejillas.
—Nunca te vi llorar Mikaela, te ves horrenda haciéndolo.
La voz irritante de mi hermana sale a la luz al igual que ella que me mira desde lejos, llevan muchos años buscándola para llevarla al tártaro y darle atención psiquiátrica.
—Si sabes que puedo llevarte con los héroes ¿no?— me cruzo de brazos.
—Lo se pero no lo harás... no vengo a entregarme Mikaela. Estoy muriendo.
Frunzo el ceño u alzando una de mis cejas— ¿Y que me viste cara de doctor?
—Mátame por favor, no puedo hacerlo yo tengo mucho miedo— da unos pasos acercándose a mi —Te lo suplico por favor mátame.
Dudo por un momento en si debo hacer esto, es mi hermana y lo único que me queda en este mundo pero si así ella podrá descansar por fin creo que estoy dispuesta a hacerlo. Sera rápido y tratare de que sea sin dolor.
—Ven aquí— extiendo mis brazos para abrazarla con fuerza en cuanto de acerca a mi— Nunca olvides que, a pesar de todo el dolor de cabeza que me causaste... siempre serás mi hermana menor y te amo.
—Lo se hermana... nunca pude decirte esto pero también te amo.
La abrazo con fuerza para luego incrustar mi mano en su pecho, exactamente donde está su corazón para luego aplastarlo causándole una muerte rápida y sin mucho dolor.
Cae el suelo pero la sujeto antes de que su cuerpo toque el mojado concreto, nunca pensé que volvería a ver a mi hermana solo para matarla.
[...]
El sol sale y yo termino de enterrar el cadaver de Zaida al lado de la lápida de mi hermano así ambos estarán juntos y espero yo poder unirme muy pronto con ellos. Me levanto agotada después de una dura noche, estoy mareada pero una voz me saca de mi trance.
—Te ves muy mal Mikaela.
—All Might— me giro encontrándome con una mirada.
ESTÁS LEYENDO
𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨| 𝐀𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐚
FanficUn mundo donde la paz dejó de existir hace mucho tiempo, un lugar lleno de caos, muerte y guerras... de pronto somos enviados a un lugar completamente diferente, donde las personas tienen habilidades impresionantes, son fuertes y son llamados ¿héroe...