𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐮𝐧𝐝𝐨| 𝐀𝐢𝐳𝐚𝐰𝐚 𝐒𝐡𝐨𝐭𝐚

🍂CAPÍTULO 16 "Revelacion"🍂

|M I K A E L A|

—Mi espalda hijo de puta...

Susurro mientras me levanto de la cama, estoy completamente desnuda solo una manta muy fina me cubre el cuerpo, a mi lado esta Shota dormido con el cabello desarreglado (mas de lo que siempre estaba) lo observo con ternura como si estuviera viendo a un pequeño cachorro.

—¿Qué pasará ahora?— me rasco la cabeza y luego me levanto de la cama.

En cuanto mis pies tocan el suelo un fuerte dolor de caderas me detiene, carajo, no lo parece pero este profesor sabe moverse muy bien. Recojo mi ropa y me voy al baño para darme una ducha, el agua cae por mi cuerpo dándome una gran relajación.

—M-mierda... cof cof...— me da un ataque de tos muy fuerte.

Me estoy quedando sin aire ni se que ocurre, me agacho para sostenerme en el suelo cubriendo mi boca con la mano, al retirarla observo con horror una mancha de sangre negra en mi mano. No se que está pasando pero esto no me está gustando para nada.

Salgo de la ducha envuelta en una toalla y veo a Shota sentado en la cama mirando el cielo de la mañana que se refleja a través de la ventana, me siento su lado dándole un golpe amistoso en su brazo.

—¿Qué ocurrirá ahora?

—¿De que?— se a que se refiere, y que bueno que el lo dijo yo ni tendría las bolas para hacer la pregunta.

—Tuvimos sexo, ¿que significa?

Observo su hermoso perfil, sus labios, nariz y todo su rostro son perfectos —¿Tu qué quieres que signifique? Siendo sincera a mi me da miedo que esto vaya más allá.

—¿Por qué? ¿Acaso no te gustó?

Me paso ambas manos por mi cabello mojado, pienso un poco y por fin me decidí a abrir la boca y contarle mis miedos.

—Cuando yo tenia dieciocho años iba a casarme, ya estaba en el ejército cuando conocí a un sargento diez años mayor que yo —un miedo se forma en mi garganta y las lágrimas quieren salir —Creí que el me amaba... pero cuando perdí mi brazo y mi cuerpo se llenó de cicatrices el me desprecio.

Seco mis lágrimas con mis dedos, no quiero que me vea así de débil no es digno de un teniente. Respiro y continuo con mi relato.

—Me dijo que jamás estaría con alguien como yo, un monstruo... es por eso que desde ese día no deje que ningún hombre o mujer se me acercara.

—¿Mujer?

Me río un poco y miro por la ventana —Si, soy bisexual. Ahora ya sabes sobre mi pasado bueno, una parte — me levanto de la cama pero Shota me retiene atrayéndome hacia el.

Con mis manos acaricio sus enormes hombros, puedo ver todas las cicatrices que tiene debido a su trabajo como héroe. Nuestros labios se acarician y sus manos se pasean por debajo de la toalla.

—Deberíamos darnos una oportunidad gatita... no quiero estar lejos de ti nunca.

—Aún no somos pareja y ya estás con cursilerías— ambos nos reímos y nos damos un beso —Pero yo tampoco quiero estar lejos de ti.

Nos damos un tierno beso y lo empujo a la cama para sentarme encima suyo, la toalla se desliza sobre mi cuerpo dejando ver mi piel desnuda ante su mirada lujuriosa, sus grandes manos me acarician la cintura y el vientre provocándome un delicioso escalofrío.

—Tu cuerpo le vuelve loco Mikaela— se endereza y me besa el cuello.

—Debemos irnos, ya nos perdimos una clase en la escuela y debo hablar con All Might— me vuelvo a poner la toalla y tomo mi ropa.

—¿De qué hablaras con ese tipo?

—Conmigo no hagas esas escenas de celos porque te recuerdo que ni soy una adolescente idiota que te dirá "no pasa nada amor"— finjo la voz en esta últimas palabras y pongo de niña idiota.

Me pongo la ropa y le lanzo la suya a la cara, me doy cuenta de que mi cabello está cambiando de color, un mechón de cabello es de color blanco.

—Aún más cambios... carajo.

[...]

En cuanto ponemos un pie en la U.A cada quien toma su camino, yo debo ir a ver a All Might para que me diga cómo sacar a mi hermano de el tártaro, mientras camino por los pasillos veo una melena pelirroja venir hacia mi.

—¡Mikaela!

—Merida, ¿qué sucede?— en cuanto se acerca a mi le pongo una mano en su cintura, me mira asustada y pálida de la cara.

—Acabo de descubrir quien es el que está detrás de toda la guerra... en realidad me lo dijo Sasha.

—¿Quién es Merida?— mi respiración se acelera y mis nervios aumentan.

—Es Marcos Ortega... tu padre.

Al escuchar ese nombre siento como el aire desaparece de mis pulmones, mis piernas pierden fuerza y caigo al suelo de rodillas sosteniendo mi peso con mis manos, no el no ¿por qué? Así que por eso nunca mostraba su cara cuando atacaba por eso mandaba a Zaida, ella no sabe de él seguro, nunca lo conoció solo yo y eso fue porque tenía que reclamarle el haber dejado a mi madre.

—¿Mikaela?

Recuerdo la pelea que tuvimos incluso llegamos a golpearnos el uno al otro... me agarro la cabeza con mis manos, mi cabeza me está matando.

—¡Mikaela! ¿Qué te ocurre? ¡Ayuda por favor!

La ira crece desde lo más profundo de mi cuerpo y sale, mis ojos arden y en mis uñas comienzan a salir garras.

|M E R I D A|

Observo con horror como Mikaela cambia de apariencia, caigo al suelo sentada mientras miro como el cabello de mi amiga se torna blanco como la nieve y las cejas de su cuerpo se dejan ver y el color negro, está demasiado molesta.

—¡Alguien ayúdeme por favor! Mikaela por favor reacciona.

Trato de acércame para tocarla pero al mirarme descubro el rostro de un demonio, está no es mi amiga.

—¡Mikaela basta!

All Might llama al atención de Mike y la mía, está en su forma musculosa listo para proteger a los alumnos.

—Está ni eres tú Mikaela, eres una mujer hermosa y llena de vida...

Present Mic y Midnight me ayudan a levantarme para sacarme de este lugar lo antes posible, tengo que proteger a mi bebé. Mientras retrocedemos Mikaela golpea al rubio sacándolo del pasillo hacia el jardín, suelo un grito de horror.

—¡¡Llamen a héroes que puedan a ayudar a All Might rápido!!

—¿Qué le harán? No le hagan daño por favor— suplico a mis amigos llorando.

—No la matarán, la tendrán que llevar al tártaro.