Capitulo 25

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Lloré toda la noche hasta dormir. Miré el reloj y eran las cuatro de la mañana, no pretendía levantarme de la cama, el cuerpo lo sentía golpeado, como si ayer hubiera tenido una pelea de boxeo y hubiera perdido, los ojos me ardían y la cabeza me palpitaba deprisa, me cubrí con las sabanas, cerré los ojos con fuerza y volví a llorar una vez más. No estaba lista para salir al mundo exterior y enfrentarme al mismo problema de ayer.

Tres golpes en la puerta hicieron que levantara la cabeza.

-Adelante – mencioné

-Buenos días, ¿Cómo estás? – Papá cerró la puerta.

-Nada bien. – sonreí a medias - ¿A qué se debe esta visita? es de madrugada.

-No he podido dormir y antes de que tu madre se levantara decidí venir a verte, sé que esto se está tornando difícil.

-Me lo imaginaba cuando la abuela me prohibió tener una relación a escondidas con James, pero no pensé que fuese tan mal. ¿Qué debo hacer papá? – Me senté en la cama.

-Mi niña – se sentó a mi lado y me abrazó – sé que esto es mucho para ti y no sabes cómo daría lo que fuera para que ahora mismo todo se arreglará y pudieses vivir tu vida fuera del palacio.

-¿Por qué ella no lo acepta? ¿Por qué se opone tanto?

-Te diré un secreto. Cuando era joven como tú también me fui en contra del sistema, porque tu madre y yo no podíamos estar juntos, ella por ser de otro país y ser de una familia de un nivel socio económico mas bajo que el nuestro, la abuela en aquel entonces no era reina, estaba bajo el mando de tu bisabuelo y así como tú yo también tuve que luchar por mi amor, cuando mi abuelo comprendió que debía casarme o sino dejaría todo, lo aceptó, pero para tu madre no fue fácil le pusieron muchos obstáculos para según demostrarme que no era la indicada, pero tu madre siempre supo como sobrellevarlo, el compromiso estaba en puerta y había sido anunciado, pero por azares del destino mi abuelo murió y tuvimos que posponerlo, tu madre me había pedido tiempo y tu abuela, mi madre había dicho que era lo mejor porque estábamos pasando el duelo de perder a mi abuelo, acepté nos dimos el tiempo, fue el peor de todos, tanto tu madre como yo sufríamos cada día, recuerdo que al pasar seis meses decidí que era momento que regresar por tu madre y así fue, tu abuela no estaba de acuerdo diciendo que todo se podría mal interpretar porque el duelo en la realeza es de un año o máximo ocho meses.

>>pero me negué a que ella decidiera mi vida por segunda ocasión, esta vez los príncipes principales éramos mi hermano y yo y si yo dejaba todo esto, había una fuerte responsabilidad en tu tío a pesar de que él es el primogénito, ahora la casa real lo debía cuidar aun mas porque si yo renunciaba y el moría, hasta aquí terminaba la familia real de Italia. En aquel momento el servicio de la reina dijo que era mejor aceptar mi compromiso y darle un poco de felicidad al pueblo porque también ellos estaban sufriendo con al perdida del rey, mi padre casi no se metía en los problemas personales de la familia porque siempre decía que mientras las cosas se hicieran por el bien de la monarquía todos debíamos ser felices, nunca se opuso a mi matrimonio con tu madre y tampoco lo acepto al inicio, pero cuando tu madre comenzó a desarrollar un buen papel ambos se volvieron muy buenos amigos, pero mi madre no le parecía lo mejor, hasta que anunciamos que tu hermano venia en camino, la abuela comenzó a doblegar su orgullo y mantuvo buenas relaciones con tu madre porque al estar lejos de su familia tu madre se sentía devastada en el embarazo y a pesar de que mi madre no tenía mucho tiempo libre se las arreglaba y apoyaba a tu madre.

>>Cuando todo se arregló recuerdo que éramos una familia muy unida, poco tiempo después se caso tu tío y también fue una discusión porque el acuerdo matrimonial se estaba llevando a cabo fuera de los lineamientos de la monarquía pero para suerte de mi hermano se arregló, después nacieron tus dos primos y por último tú y ella siempre había soñado con tener una niña corriendo por estos pasillos y al llegar tu no lo sabes, pero el país, el palacio y hasta los turistas se alegraron por tener una princesa que apostaban seria la viva imagen de la reina. Es cierto, tienes su carácter, orgullosa y testaruda. Mi madre desde el día que naciste siempre fuiste su prioridad no había nadie que decidiera sobre tu, se prometió velar por tu seguridad, eras su vena del corazón, a pesar de que eras muy traviesa y te gustaba estar con tu hermano y primos ella siempre te perdonaba todo y en algún punto te volviste su hija que no pudo tener.

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