-Cuéntame, ¿Qué tal ha ido el sexo?
-¿Por qué siempre es lo que preguntas cuando llegas a mi habitación?
-¿Por qué tu siempre evitas el tema y lo cambias?
-Nicolás, no es de tu incumbencia. – Terminé de acomodar la cama.
-¡Oh vamos Eva! Solo quiero saber si el hombre buenas cogidas se ha superado.
-Si quieres algún consejo, puedes ir y preguntárselo.
-¿Quién dice que no soy bueno?
-Tus preguntas me hacen pensar que no lo eres. ¿Cuántas fallas has tenido en estos días?
-¡Que te pasa! – exclamó ofendido. – Mis acompañantes nunca se quejan.
-Comienzo a pensar que sí, o ¿Quieres experimentar algo nuevo?
-No, que va, todas las técnicas me las sé de memoria.
-¿Seguro?
Rodeo los ojos.
-Solo quería saber porque últimamente sonríes, y por supuesto lo asocié con el sexo y el hombre buenas cogidas.
-Se llama James y se apellida Acker Diamond. ¿Puedes tratarlo por su nombre?
-No, me gusta más su apodo. Creo que le va bien.
-Algún día lo llamaras así enfrente de la reina o en publico y será lo peor.
-Se contenerme Eva.
-A todos pasa una primera vez.
-Hablando de primera vez, ¿Qué pensaste en usar para tu noche de bodas?
-¿Por qué debo contarte algo así? – Caminé a mi mesita del almuerzo.
-¡Te has sonrojado! ¿Ya lo pensaste verdad?
-No, para nada y si así fuera, no te contaría sobre lo que pudiese pasar.
-¡Vamos Eva! Soy tu consejero personal, ¿Qué tienes en mente?
-Nicolas por segunda vez no planeo tener conversaciones contigo sobre mis relaciones sexuales.
-Que aburrida eres.
-Tú eres un desvergonzado, preguntas eso como si fuese un tema de comida.
-A ti te comen cada dos noches y mira lo radiante que estas.
Le aventé una manzana a la cabeza que supo perfectamente agarrar.
-Haré como si esto nunca ha pasado.
-Antes te enojabas porque yo te invitara a un antro a media madrugada y ahora te escabulles como delincuente.
-No lo hago.
-Si lo haces.
-Nuestro ultimo encuentro fue hace semanas.
-Lo sé, pero pareces tan feliz y no estas estresada con facilidad así que pienso que alguna especie de telepatía sexual tienen los dos.
-Solo es nuestro amor en el aire.
-¡Oh si claro! – dijo con sarcasmo.
-Bueno, seguirás ahí tratando de descifrar mi vida sexual o me vas a ayudar con la lista de invitados.
-¿Para eso me llamaste?
-Has llegado solo a mi habitación.
-Es cierto. – hizo una mueca. – creo que es la costumbre al llegar al palacio, por cierto. – se sentó a mi lado. - ¿Dónde van a vivir después de que se casen? Sé que el no tiene título, y se supone que solo las personas con títulos deben vivir en el palacio, ¿Vivirán separados?
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Reglas del juego.
Teen FictionSegunda parte de "¿Jugamos?" A veces la vida nos pone obstáculos para saber que tan fuertes somos, algunos duelen y otros simplemente nos dejan un raspón que se cura fácilmente. Esta vez a Charlotte le dejaron el corazón hecho añicos. Durante su a...