Capitulo 31

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-Cuéntame, ¿Qué tal ha ido el sexo?

-¿Por qué siempre es lo que preguntas cuando llegas a mi habitación?

-¿Por qué tu siempre evitas el tema y lo cambias?

-Nicolás, no es de tu incumbencia. – Terminé de acomodar la cama.

-¡Oh vamos Eva! Solo quiero saber si el hombre buenas cogidas se ha superado.

-Si quieres algún consejo, puedes ir y preguntárselo.

-¿Quién dice que no soy bueno?

-Tus preguntas me hacen pensar que no lo eres. ¿Cuántas fallas has tenido en estos días?

-¡Que te pasa! – exclamó ofendido. – Mis acompañantes nunca se quejan.

-Comienzo a pensar que sí, o ¿Quieres experimentar algo nuevo?

-No, que va, todas las técnicas me las sé de memoria.

-¿Seguro?

Rodeo los ojos.

-Solo quería saber porque últimamente sonríes, y por supuesto lo asocié con el sexo y el hombre buenas cogidas.

-Se llama James y se apellida Acker Diamond. ¿Puedes tratarlo por su nombre?

-No, me gusta más su apodo. Creo que le va bien.

-Algún día lo llamaras así enfrente de la reina o en publico y será lo peor.

-Se contenerme Eva.

-A todos pasa una primera vez.

-Hablando de primera vez, ¿Qué pensaste en usar para tu noche de bodas?

-¿Por qué debo contarte algo así? – Caminé a mi mesita del almuerzo.

-¡Te has sonrojado! ¿Ya lo pensaste verdad?

-No, para nada y si así fuera, no te contaría sobre lo que pudiese pasar.

-¡Vamos Eva! Soy tu consejero personal, ¿Qué tienes en mente?

-Nicolas por segunda vez no planeo tener conversaciones contigo sobre mis relaciones sexuales.

-Que aburrida eres.

-Tú eres un desvergonzado, preguntas eso como si fuese un tema de comida.

-A ti te comen cada dos noches y mira lo radiante que estas.

Le aventé una manzana a la cabeza que supo perfectamente agarrar.

-Haré como si esto nunca ha pasado.

-Antes te enojabas porque yo te invitara a un antro a media madrugada y ahora te escabulles como delincuente.

-No lo hago.

-Si lo haces.

-Nuestro ultimo encuentro fue hace semanas.

-Lo sé, pero pareces tan feliz y no estas estresada con facilidad así que pienso que alguna especie de telepatía sexual tienen los dos.

-Solo es nuestro amor en el aire.

-¡Oh si claro! – dijo con sarcasmo.

-Bueno, seguirás ahí tratando de descifrar mi vida sexual o me vas a ayudar con la lista de invitados.

-¿Para eso me llamaste?

-Has llegado solo a mi habitación.

-Es cierto. – hizo una mueca. – creo que es la costumbre al llegar al palacio, por cierto. – se sentó a mi lado. - ¿Dónde van a vivir después de que se casen? Sé que el no tiene título, y se supone que solo las personas con títulos deben vivir en el palacio, ¿Vivirán separados?

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