Epílogo.

2.1K 117 15
                                    

Un mes después.

Charlotte.

Otra vez dentro de mi propio sueño escuchaba la voz de James lejos, pero de nuevo no podía abrir los ojos por más que lo deseaba.

James... James... Gritaba para buscarlo, pero no podía abrir los ojos.

-Hoy te ves hermosa, ¿Lo sabes? – Escuché a James a lo lejos. – Las enfermeras dicen que te vas recuperando bien, ¿Por qué no abres los ojos? Cariño, te extraño tanto.

Su voz sonaba a punto de romperse y de nuevo dejé de escucharlo. No, no, no, la oscuridad me invadió.

-Eva, mi niña. – Esa era la voz de mi madre. – No puedo seguir sin ti mi pequeña. – Sollozó. – Hoy he venido sola, tu padre tuvo que regresar a Canadá por asuntos del trabajo y tu hermano me llama todas las noches esperando escuchar noticias nuevas. ¿Cuándo abrirás los ojos?

Mamá, aquí estoy, ¿Me escuchas? pronuncié, pero todo parecía ser en vano.

Exactamente no sabía cuantos días habían pasado, pero esta vez escuché dos voces discutir.

-Si nunca te hubieras metido en la vida de mi hija esto no habría pasado.

-¡Señora! Lo único que he hecho es proteger a Charlotte, ¡me importa tanto como a usted!

¿James y mi madre discuten? Ella elevó más la voz.

-Ojalá tú estuvieras en esa cama y no ella.

-No sabe cuanto deseo lo mismo.

¡No mamá, no! Para por favor, para de gritarle a James.

-Tenías una maldita misión James, ¡Protegerla! Sabías que ella era muy vulnerable y un blanco fácil, ¿Por qué mierda la dejaste sola? – Le gritó.

-Yo... yo...

-¡Debiste ser tú! Morir tú. – Gritó aún más.

¿Estaba muerta? ¿Qué? La penumbra regresó.

-Al parecer hoy somos tú y yo. – La voz era conocida. – Hoy James ha salido a comprarte flores y una rebanada de pastel de chocolate con un poco de helado de vainilla. ¿Romántico no? Lo hace cada dos días porque piensa que trayéndote tus cosas favoritas vas a regresar a nosotros.

¿Flores? ¿Nicolás eres tú?

-Eva, ya casi son dos meses, James hace esto por ti desde hace una semana, no sabes como se inunda la habitación de flores, ¿No quieres despertar para verlas? No debería decirte esto, pero... Tus padres y él no se hablan, mejor dicho, casi nadie le dirige la palabra, ¿Sabías que no se ha alejado ningún momento de ti?

Quiero abrir los ojos, por favor, por favor, debo verlo.

-¿Te puedes imaginar esto? – Escuché la voz de James. – Creo que Nicolás ha encontrado a Cenicienta - ¿Qué? – Últimamente lo he visto distraído, me habla muy poco y cuando cruzamos palabra se va rápido, ¿Crees que ya le prohibieron hablar conmigo? ¡Oh, cariño! No sabes lo duro que es pasar esto.

La oscuridad me cegó por completo.

-Hola Charlotte. – Una voz conocida estaba llorando - ¿Cómo te pudo suceder esto? ¿Cómo...? – Sorbió.

-Charlotte, si me oyes debes saber que todos estamos muy tristes sin ti. Debes despertar, no es un juego, es una broma de mal gusto señorita. - ¿Sebastián? ¿Eres tú? – Querida amiga nuestra, regresa, nos duele verte aquí.

Una mujer seguía llorando, pero no descifraba quien era.

-¿Qué dicen los médicos?

-Dan esperanzas, dicen que será un proceso largo.

Reglas del juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora