𝟏𝐎.

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No tenía palabras para describir lo que veían mis ojos. Era un dios, no tenía dudas. Pero no uno de esos representados con la brutalidad de una fiera, sino con la elegancia y la peligrosidad de una serpiente.

Era alto, muy alto. Su figura esbelta dejaba ver que, aún siendo delgado, tenía un cuerpo entrenado. Su rostro era duro, con rasgos marcados. Su mandíbula podía cortar al tacto. Sus ojos, azules como el océano, estaban clavados en mí.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, dejando ver unos carnosos labios. Su piel blanca como la nieve, una tez pálida pero bella. Más que una persona, parecía un ser inalcanzable. Divino y arcaico, como si hubiera salido de una leyenda.

Seguía tirado en el suelo, observando cada detalle de Loki. Sentía la presión de mi propia respiración sobre mi pecho. Me había puesto nervioso. ¿Por qué? Era obvio. Loki imponía mucho, y no desvía su mirada de mí.

Ambos estuvimos en silencio durante unos minutos, observando las figuras del contrario. Finalmente, fue el dios quien dio paso a la conversación y me tendió una mano para levantarme. La tomé algo asustado. Su tacto era suave, su agarre fuerte y frío. Muy frío. ¿Por qué tenía la piel a tan baja temperatura?

Sus labios parecían moverse, como si estuviera hablando. Sin embargo, yo no escuchaba nada de lo que decía. Más concretamente, no escuchaba absolutamente nada. Solo el más absoluto silencio.

Me golpeé ambas orejas, esperando recuperar el sentido de la oída. Pronto pareció volver a mí, pues dejé de escuchar mi propio latido para encontrarme con la oz de Loki. Sonaba diferente. Tal vez era el hecho de que ahora por fin le ponía cara al misterioso compañero de celda que me había acompañado durante aquellos días.

— ¿Tenías más trucos bajo la manga, brujito? Tal vez si haya otra solución después de todo - dijo centrando su mirada en mis manos, las cuales ya habían vuelto a su estado original — ¿No tienes nada que decir, brujito?

— Yo... Yo... No sé como he hecho eso. No pensé que pudiera hacer eso. He visto a mi padre hacerlo unas cuantas veces, pero también usé el poder de mi madre en una ocasión. Pensé que había heredado su don.

Loki no contestó. En cambio dirigió su mano hasta un mechón revoltoso que caía sobre mi frente y tapaba parte de mi visión. Con solo unos dedos lo recolocó sobre mi cabeza y me analizó. Parecía haber dejado de escucharme.

— Loki, ¿que estás haciendo?

— No te imaginaba así. De hecho no te imaginaba de ninguna manera. Nunca me planteé que llegaría a ver tu rostro jamás.

— ¿Y qué te parece?

— Humano... Mortal. Facciones simples. La belleza no se encuentra en el exterior, si no en el interior. En el poder que uno posee. Si eres poderoso, la belleza llega a tí por sí sola.

— Es una manera de verlo...

— Calla, Maximoff. Estoy ideando un plan. Esto cambia completamente las cosas. Tal vez podamos escapar. Estás paredes retienen mi poder. Pero si el tuyo no, puedes sacarme de esta celda. Y entonces yo te podré llevar a donde quieras. Solo tienes que salir.

Y ahí estaba la presión que todos ponían sobre mí. Aquella que me obliga a forzar unos poderes incontrolables. Más que quererme a mí, parecía que todos querían usar mis poderes para su propio beneficio.

Intentaban hacerme ver que yo también sacaba algo de eso, pero realmente solo miraban por ellos. Aún así, decidí intentarlo. Por Loki. Algo en mi interior me obligaba a hacerlo.

Coloqué mis manos sobre la puerta de su celda. Volví a respirar profundamente y comencé a concentrar la energía de mi cuerpo en ellas, centrándome en cambiar mi densidad. Sí. Aquello sería la clave. Pero nada funcionó. Lo intenté una y otra vez mientras Loki daba vueltas alrededor de la celda hasta que finalmente me pidió que me detuviera.

— No, déjalo. Aún no sabes controlarlo. Aprenderás con el tiempo. Pero ahora, debes volver a tu celda.

Aquello me dolió como una puñalada. ¿Acaso no me quería allí con él? Tal vez todo lo que yo había comenzado a sentir estaba solamente en mi cabeza, y Loki no sentía nada, más que una simple alianza contra nuestros captores. Pero si de verdad era solo eso, ¿por qué decidió dar su vida por mí sin saber que yo podía ayudarle? ¿Por qué se iba a sacrificar?

— ¿Y cómo voy a hacer eso? No sé como usarlos a mi voluntad.

— No lo sé, (T/N). No lo sé. Pero si te ven aquí o no te encuentran en tu celda, sabrán que tienes más poderes de los que ya conocen. Y eso no te conviene. Una vez muerto, no cumplirán su parte si creen que puedes ser útil.

Ahí estaba. El Loki que buscaba protegerme. El que se había sacrificado por mí. Me aferré a aquel sentimiento y sin pensar, lo abracé. Era más alto que yo, por lo qué su cabeza podía apoyarse sobre la mía, y ésta a su vez contra su hombro.

No lo correspondió. Se quedó plantado como un árbol, sin saber que hacer. Cuando me separé de él, no lo miré a la cara. No era capaz de hacerlo después de aquella situación.

Volví a la pared de la que había venido y posé mis manos sobre ella. La golpeé unas cuantas veces pero nada. Busqué recuerdos que me ayudaran a atravesarla. La imagen mí siendo borrado de Westview volvió a mi cabeza.

Mi madre me había eliminado de su vida, ahora ya no me necesitaba, ni siquiera me quería. ¿Acaso lo había hecho alguna vez? El resto de mi familia tampoco sabía de mi existencia. ¿Se podía decir que ya no me querían entonces? ¿Quién quedaba en aquel mundo que me quisiera de verdad? ¿Loki? No, él no me quería. Tenía que afrontar aquella dura realidad. Dura, pero verdadera.

Mis manos comenzaron a volverse inmateriales de nuevo, seguidas por el resto de mi cuerpo. Apenas mis manos cruzaron, todo mi yo estaba al otro lado de la pared. No había podido volver a mirar a Loki a los ojos. Quizás aquello era lo mejor. Pero, ¿que explicación le iba a dar ahora que no podía cumplir su plan pero sí salvar mi pellejo?

— Loki... Yo... No sabía que podía hacerlo de nuevo. Ni siquiera sé como lo he hecho. Déjame volver a intentarlo, repetir el mismo proceso. Tal vez ahora sí podamos llevar a cabo el plan.

— Buenas noches, (T/N).

No fui capaz de responder. ¿Acababa de ignorarme? ¿Por qué ahora no quería mi ayuda? No iba a dejar que él me juzgase, que pensara que era una mala persona que solo miraba por mi bien. Intenté volver a su celda, e incluso salir de la mía. Pero nada.

Ni siquiera recordando aquellos malos momentos volvía a activar mis poderes. ¿Cúal era el factor que los hacía activarse? ¿Por qué no podía hacerlo a voluntad? Aquella fue mi última pregunta antes de dormirme, con lágrimas rodando por mi mejilla.

¡Hola a todos!

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¡Hola a todos!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustó la primera interacción entre T/N y Loki? Aún no pueden ser cercanos, casi ni se conocen.

También entiendan que los poderes de T/N son difíciles de controlar, y al tener de ambos padres, le cuesta más sacarlos. Alguien le tendrá que enseñar, ¿no? ¿A quién quieren ver de maestrx?

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 ┇ 𝐿𝑜𝑘𝑖 𝑥 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora