𝟏𝟔.

2.2K 267 101
                                    

La habitación tenía un aspecto muy renacentista, me recordaba a la gloriosa época de Francia, donde la decoración destacaba por su elegancia y cuidado. Cada mueble estaba estratégicamente colocado para ofrecer una función o servicio al huésped. Se trataba de una suite espaciosa y amplia, con grandes vistas y luminosidad proporcionada por los ventanales. Éstos estaba cubiertos por una fina tela blanca, con detalles dorados, que permitía el paso a la luz.

Las camas, siguiendo el ritmo al resto de la habitación, también tenían tonos cálidos. Ambas contaban con un cabecero de madera con acabados barrocos, dejando claro que quien había decorado aquella habitación no tuvo en cuenta las distintas épocas artísticas.

Miré a Loki, el cual todavía mantenía aquella sonrisa después de reírse por mi "enfado" al ver que me había llamado su hijo. ¿Acaso me veía como un simple crío y nada más? Porque estaba dispuesto a demostrarle que era mucho más que eso.

— ¿Acaso no te ha gustado que sea tu papi, brujito? — ese tono, ese maldito tono juguetón y seductor que tanto me confundía — Yo creo que ha sido convincente, el recepcionista se lo ha tragado completamente. O quizás solo quería la generosa propina que le he dado.

— Que alguno de los clientes le ha dado, querrás decir. Recuerda que se lo hemos robado a algún ricachón. Que no me quite el sueño no significa que no esté mal — me levanté de la cama directo al cuarto de baño, necesitaba ver como era un WC de ricos — A diferencia de tí, yo no soy un criminal de verdad.

Y comencé a investigar aquella nueva sala. Los colores seguían siendo los mismos: blanco y dorado. Un doble lavabo se encontraba a la derecha, sujetando un enorme espejo reluciente. Al otro lado de la sala, una ducha tapada por una cristalera que no dejaba nada a la imaginación. El WC se encontraba en una esquina de la sala, más bien escondido. Pero la joya de la corona era la bañera. Ésta ocupaba el centro de la habitación y era gigantesca, perfectamente podrían bañarse dos personas juntas.

Sabía que estaba disfrutando demasiado de aquella estancia, pero no fue hasta que escuché una nueva risa de Loki que me di cuenta de que me había estado observando todo el tiempo rebuscando en aquel baño. Me di la vuelta y encontré al asgardiano apoyado sobre el marco de la puerta. Se había despojado de su elegante chaqueta y zapatos. Ahora solo llevaba aquellos ajustados pantalones y su camisa blanca, tan reveladora que no dejaba nada a la imaginación.

No pude evitar perderme en él, en su endemoniado cuerpo. Ese cabello echado hacia atrás, sus preciosos ojos azules, capaces de opacar hasta a los océanos, sus abdominales marcados y su postura... Dios, no voy a hablar de ella porque entonces no podría seguir jamás.

Y se dio cuenta de que lo estaba analizando... de nuevo. Esta vez no hizo un comentario sarcástico ni una risa divertida, solamente se apartó y volvió a la habitación principal. No estoy seguro, pero juraría haber visto un sonrojo en sus mejillas. Aquello me hizo sentir cosas, cosas que no creía haber sentido nunca.

Salí del baño y esta vez era él quien se encontraba tumbado en su cama, boca abajo, como si quisiera evitar que viera su rostro. Yo sonreí de forma tonta, y me senté en mi cama, mirando como el asgardiano se reincorporaba para mirarme, pero más serio.

— Ahora que ya tenemos donde quedarnos, ropa y comida, ¿cuál es tu plan? Supongo que no habremos venido para estar demasiado tiempo — En mi mente ya tenía un destino que deseaba visitar con todas mis fuerzas, pero pronunciar aquellas palabras eran demasiado para mí — Oh, vamos, gran dios Loki. ¿Qué estás planeando?

— ¿Es que no te gusta la idea de pasar unos días a solas en este lujoso hotel? Puedes descansar de vez en cuando, ¿lo sabes? — pero mi expresión no era para nada agradable, así que dejó atrás el tono divertido y se centró — Sé que quieres volver a Westview, lo veo en tu mirada. Pero tienes que saber qué es imposible.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 ┇ 𝐿𝑜𝑘𝑖 𝑥 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora