𝟏𝟓.

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Sus ojos se abrieron de par en par, dejando ver aquel brillante azul que se camuflaba con el cielo... ¡El cielo! Oh dios mío, estaba viendo el cielo. Ya no era una pared gris y simplona, estaba al aire libre y podía disfrutar del cielo. Ambos habíamos acabado en el suelo después de aquella forzosa transportación. Seguía siendo un misterio como lo habíamos conseguido, pero era un problema que no me quitaría el sueño.

Me levanté y sacudí el polvo de mi ropa. No era solo suciedad, era más bien tierra. Miré a mis alrededores en busca de algún indico que me dijera donde estábamos, pero yo no conocía nada del mundo. Así que simplemente me limité a admirar el paisaje. Habíamos aterrizado sobre un camino de tierra. A los lados todo era verde y lleno de árboles. También habían bancos y farolas, típica decoración urbana.

Algunas personas se quedaron viéndonos, pero pronto continuaron su camino como si nada hubiera pasado. En el césped que nos rodeaba, descansaban parejas enamoradas, grupos de amigos que hacían picnics o solitarios que se dedicaban a una lectura tranquila. Tuve que apartarme cuando un grupo de corredores apareció por el camino, esquivando a Loki, quien seguía en el suelo.

Una risa escapó de mi garganta sin notarla y pude sentir su mirada sobre mí. No era cabreda, tampoco divertida. Simplemente me analizaba como podía desde su posición. El dios asgardiano se levantó, maldijo por las manchas que la tierra había dejado en su ropa y se acercó. Cada paso que daba era majestuoso, como si hubiera sido criado por la realeza. Quizás era porque si era un rey, después de todo.

— ¿Nuevo look, estafador? No te queda nada mal ese pelo — solté divertido mientras observaba su cabello alborotado por el viaje. Me miró de forma asesina y comenzó a jugar con su pelo, intentando domarlo de la mejor manera posible — ¿Donde crees que estamos? Tú nos has traído aquí.

— No tengo ni la más mínima idea. Solo recuerdo este lugar de mi última visita a la Tierra. Estuve buscando a mi viejo con Thor, pero al final no lo encontramos — su tono era ¿triste? No podía describir exactamente que estaba sintiendo, pero sí que no era un recuerdo agradable — No llegué a verlo con claridad, pero recuerdo la sensación de asombro al ver un lugar tan verdoso en medio de una ciudad.

Aquello daba una pequeña idea de donde estábamos. Yo no conocía la apariencia del mundo, pero si algo de geografía. No podíamos estar muy lejos de nuestra prisión. La poca magia que me quedaba no era suficiente como para huir a un lugar lejano. Desvié la mirada de Loki en busca de alguien con apariencia simpática — difícil teniendo en cuenta que nadie se había acercado a ofrecer ayuda — hasta que dí con un hombre mayor. Parecía amable, así que decidí hablarle.

— Disculpe la molestia, señor. Por casualidad ¿no sabrá usted donde estamos? Mi... — dirigí mi mirada a Loki, pensando durante unos segundos que adjetivo definía mi relación el pelinegro — compañero ha olvidado su mapa y el taxi nos ha dejado aquí.

— Están en la 83, jovencito. Un lugar poco transitado por los taxis, si me pregunta — soltó una carcajada bastante honesta, pero mi rostro reflejaba una confusión mayor. No había entendido nada de lo que había dicho — Veo que no eres de por aquí. Estás en Central Park, en Manhattan.

Agradecí al hombre sus indicaciones de como salir de aquel lugar y volví junto a Loki, el cual ya se había cambiado de atuendo y ahora llevaba una ropa más informal. Le hacía parecer aún más atractivo de lo que ya era. Una camisa blanca, con dos botones superiores abiertos, envolvían su tronco, acompañada de una chaqueta azul oscura. Combinaba perfectamente con sus pantalones, también de apariencia cara, con distintos tonos de gris a rayas. Eran ajustados, marcando cada tonificado músculo de su cuerpo. Quizás este análisis me llevó más de la cuenta, porque se quedó mirándome con una sonrisa divertida.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 ┇ 𝐿𝑜𝑘𝑖 𝑥 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora