𝟏𝟗.

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— Adelante, pasad. Como si estuvierais en vuestra casa. —

Realmente lo era. Mis padres habían vuelto al hogar que construyeron para esperar allí el final de lo que conocíamos como Westview. Wanda había eliminado aquella barrera que protegía la existencia tanto de mis hermanos como de mi padre. Ahora nos invitaban a esperar en el hogar donde nací.

Loki se negaba a aceptar que pudiera ser nuestra despedida, pero yo ya había aceptado el hecho de que mi cuerpo desaparecería junto a la barrera y la magia que nos mantenía. Era un misterio como había podido sobrevivir fuera de ella, pero mi regreso eliminaba cualquier esperanza de poder salir vivo de esta casa junto a mi amado.

Yo deseaba pasar mis últimos momentos junto a mis seres queridos, de verdad que lo hacía. Pero mi corazón negaba aquel deseo, pues quería besar a Loki una y otra vez hasta que mis pulmones dejaran de obtener oxígeno. Y así fue como lo hice.

Junto a mis padres, despedí a mis hermanos. Aunque éramos trillizos, ya se habían convertido en mis hermanos menores. Alejarme de ellos otra vez era una pesadilla que no podía creer estar viviendo. El único consuelo que tenía en mí es poder reunirme junto a ellos allá donde fuéramos después de la muerte.

Ambos se tumbaron en sus camas y mis padres les dieron su último beso de buenas noches. Yo no era capaz de acercarme, pues ellos tampoco me conocían lo suificiente como para hacerlo. Más tuve el valor de hacerlo y me despedí de ellos como solo un hermano mayor sabía.

— No podremos disfrutar de conversaciones como todos los hermanos tienen, ni tampoco podré ayudaros con el amor. Pero os puedo prometer que, sea el lugar al que vayamos, no os abandonaré jamás — mi voz era temblorosa, evitaba que más lágrimas salieran de mí — Nunca tuvimos una fiesta de cumpleaños, pero sin duda, vosotros fuisteis el mejor regalo que pudieron hacerme papá y mamá.

Sin pronunciar una palabra más, deposité un beso en las frentes de cada uno y les arropé. No conocía ninguna nana capaz de calmarles, por lo que simplemente apagué la luz y esperé a que el silencio reinase en la habitación.

Mientras tanto, en el salón, una Wanda y un Visión muy apenados miraban a Loki, no con desprecio, sino con cariño. Él había cuidado de su niño perdido y lo había amado como ellos no pudieron. Los tres sabían la enrevesada historia que habían vivido junto al resto de Avengers. Por ello aún eran juiciosos con el dios, pero perdonarían su presencia en aquel difícil momento por su último hijo.

Cuando bajé al salón, tanto Wanda como Visión me abrazaron. Ambos sabían que mi última despedida sería para él. Y por tanto, ellos también querían decir "adiós" antes de que dejase de existir. Fue un abrazo corto pero lleno de sentimientos. Y por primera vez en mucho tiempo, sentí que mi familia me amaba realmente.

El momento había llegado. Mis padres se apartaron a un lado para decirse las cosas que les quedaban y yo me acerqué al pelinegro. Éste miraba por la ventana de forma melancólica, parecía estar pensando en otras cosas en vez de lo que realmente estaba pasando. No fue hasta que tomé su mano que reaccionó.

Estaba llorando.

Lágrimas finas y claras se deslizaban por su mejilla y caían a su ropaje. Loki realmente estaba llorando. Me metí entre sus brazos y él los extendió para completar el abrazo. Mi cabeza reposada sobre su pecho, escuchando sus latidos que aumentaban con cada segundo que pasábamos juntos.

Tomé su mentón para que me mirara a los ojos. Aquellos oceánicos y perfectos ojos azules que traspasaban mi alma con solo una mirada... Echaría de menos verlos cada día al despertarme. Pero vivirían en mi memoria, si es que conservaba una tras la muerte.

𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 ┇ 𝐿𝑜𝑘𝑖 𝑥 𝑀𝑎𝑙𝑒 𝑅𝑒𝑎𝑑𝑒𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora