Némesis Inquebrantable

Extra

Este es un pequeño extra para celebrar las 1,000 lecturas.

Aquí conoceremos un poco de Alana y de que iba su vida en Arkansas. Necesitaba escribir este extra porque Alana es muy importante para la trama y la mejor manera de conocerla un poco es yendo 5 años atrás.

Advertencia: Violación sexual no descriptiva.

Melancolía

Alana

Arkansas, Estados Unidos.

5 años atrás.

Después de cumplir los 15 años, mi vida se transformó en un completo caos, pero no hacía más que empezar. Ahora que tengo 18 años se volvió un infierno insoportable.

Desde que mi tragedia empezó, tuve que velar por el bienestar de Angie y Diego, mis dos pequeños hermanos; mientras mi padre se emborracha todos los días. Él es violento y vulgar, cada vez que llega a casa lo hace entre empujones, insultos y rompiendo todo lo que se le atraviesa en el camino; pero eso no es lo peor, mi madre es una drogadicta y anda metida en cosas turbias. Me he visto en la obligación de empezar a trabajar, tratar de estudiar y atender a mis hermanos.

No hay forma que a esto se le pueda llamar familia con la clase de padres que tenemos. No hay de donde sacar un buen ejemplo para nosotros.

—Veo que trajiste el dinero, —Dice mi madre, y me arrebata el fajo de dinero que tenía entre mis manos— esto no me servirá para nada -Me mira con desprecio.

—Es todo lo que pude conseguir —Respondí temerosa; mientras ella toma mi cabellera y la jala con fuerza.

—¡Perra insolente! —Me pegó una cachetada— Saldrás de aquí y volverás con más dinero —Me empuja y caigo sobre mi espalda en el suelo.

—Pero mamá, es muy tarde y no puedo salir —Me pateó en el abdomen, justo en la boca del estómago, dejándome sin respiración por varios segundos y un dolor intenso recorre todo mi cuerpo.

—¡Largo de aquí! -Señala la puerta-Hasta que no me traigas el dinero, no vuelvas de nuevo a esta casa —Me arrastra por el cabello hasta sacarme de la casa.

« ¡No me hagas esto, por favor! »

Era lo que quería decir, sin embargo, el aire me faltaba, lágrimas brotaron de mis ojos nublando mi vista y así solo pude escuchar el sonido de la puerta al cerrarse en mi cara. Siento un nudo inmenso en el pecho.

Me levanto, sacudo mi ropa y empiezo a caminar por las aceras del vecindario; después de recorrer las oscuras calles por aproximadamente 35 minutos, cruzo por un restaurante y a través de los cristales puedo ver una familia compartiendo todos juntos, se ven tan felices. ¡Cómo me gustaría que la mía fuese así!

La tristeza me consume, lágrimas manchadas por el maquillaje recorren mis mejillas, trato de limpiarlas rápidamente para no terminar de correr mi maquillaje.

Decido llamar a mi novio.

—Hola Muñequita —Contesta y escucho de fondo mucho ruido.

—Hola amor. —Debe de estar en una de esas fiestas— ¿Puedes venir a buscarme?

—Ahora estoy en una fiesta con mis amigos, muñeca. —Eso es un no— Mañana paso por tí y nos divertimos un poco, ¿Te parece?

—Por favor, no cuelgues. —Suspiro— Necesito tu ayuda, no tengo a donde ir.

De pronto escucho la voz de una chica llamándolo.

—Dame 2 horas y te recojo. —Se supone que soy su novia, yo debería de ser su primera opción— ¿dónde estás?