¿Buena o mala?
Humberto
Estados Unidos, California.
Necesitaba un respiro de aquella monotonía. Pasar tiempo con Hugo me reconforta el alma, hace tiempo ansiaba dedicarle más tiempo a él. No siempre estoy presente en su día a día, me duele no ser parte de ellos.
— ¿Te gusta? —Le pregunto al pequeño y él asiente varias veces.
Me había dicho que le prepare uno de esos platos que tanto le gustan. El plato sólo consiste en un filete asado, acompañado de bolitas de papas y pan de ajo.
—Sí —Responde con una sonrisa mientras sigue devorando el plato. Extrañaba tanto sumergirme en ese iris verde donde solo alberga inocencia.
—Prometo estar presente para tu próximo cumpleaños —Prometo.
No tuve la oportunidad de estar en su cumpleaños número 3 y me dolió no poder estar ahí.. El puesto que desempeñaba hace 2 semanas me robó todo el tiempo que podía dedicarle a mi hijo.
— ¿Lo prometes? —Sus palabras me destrozan. En su último cumpleaños prometí lo mismo y no estuve ahí.
— ¡Lo prometo, campeón! —Desordeno su espada cabellera negra y hacemos un choque de puños.
—Te prohíbo que le hagas promesas vacías, sabes perfectamente que no las cumplirás, no eres capaz. —Lea sale rabiosa del corredor, se detiene frente a mí retándome con la mirada— Nunca estás en una cena de Navidad, no estuviste en su cumpleaños número 3, no estás ahí en reyes magos; nunca estás presente en su vida, eres un cero a la izquierda. No sabes lo difícil que es para mí darle siempre la misma excusa barata. ¿Te das cuenta que le estás haciendo daño?
Lea es prácticamente mi hermana, la considero como una. Ella es la hija del hombre que se conmovió y me recogió de las calles, después de escapar del reformatorio mi vida estaba en decadencia, hasta que él llegó a mi vida.
Él se portó como un verdadero padre, me ofreció techo y comida, me hizo parte de su pequeña familia y me inculcó todos los conocimientos que he puesto en práctica a lo largo de los años.
Los últimos años de mi vida, me he dedicado a investigar a fondo quiénes son mis verdaderos progenitores. Una de las cosas que quiero de ellos son respuestas y todo su patrimonio que por derecho tendría que ser yo el heredero. Hoy día sé quiénes son y donde están residiendo y para mi grandísima suerte vaya joyita que encontré.
Hice cenizas a los que una vez fingieron ser mis padres y estoy seguro que no lo pensare dos veces a la hora de dejar en cenizas a la que es mi verdadera familia. Antes de acabar con ellos tengo que tener un lazo directo con ellos y la mejor manera es casándome con la hija mayor de mis supuestos padres, después que nos casemos me voy a deshacer de todos, y finalmente todo será mío.
— ¿Por qué discuten? —El desconcierto de Hugo es notable, antes de yo pronunciar algo Lea se me adelanta.
—Espérame en el jardín, iré a jugar en un momento contigo —Dice ella. Él le obedece inmediatamente, se marcha dejándonos en un incómodo silencio.
—A mí me bajas la voz, yo soy el hombre de aquí —Ordeno— Te considero como una hermana, pero a mí me respetas.
—Cuando tengas la delicadeza y la madurez de comportarte como tal, entonces ahí lo haré, pero mientras tanto te jodes. —Murmura entre dientes— No te has dado cuenta que a largo o corto plazo todo esto le hará un daño irreparable.
Tiene toda la razón del mundo, pero no me voy a doblegar, eso de ninguna manera.
—Voy a estar más presente en su vida —Pronuncio.
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Némesis Inquebrantable
RomantizmÉl quiere quebrantar su alma Ella es inquebrantable Él quiere destruirla Ella quiere venganza Ahora los dos combaten en una guerra de destrucción y venganza. ¿Quién ganará?.