EuforiaNémesis
Pensilvania, Estados Unidos.
—Maximiliano, Maximiliano —Escucho una fuerte voz resonando en la habitación— Maximiliano, ya ha despertado —Trato de abrir los ojos, pero la luz que se cuela por las ventanas es muy intensa y me cuesta siquiera identificar algo.
Trato de incorporarme, giro la cabeza en dirección a la entrada de la habitación y veo una figura cruzar a través de ella y cerrándola con fuerza.
—Némesis, —Se acerca a grandes zancadas— ¿Cómo te sientes?
¿Dónde estoy? ¿Qué pasó?
Quiero hablar, pero tengo la garganta tan seca que me lo impide, además de eso, la cabeza me da vueltas, me siento muy mareada.
Las sábanas me molestan, trato de acomodarme en la cama, todo es muy blanco, tengo muchas cosas encima, agujas, mangueras, tubos y cables me rodean. Me molesta todo esto y las retiro con fuerza.
Una fuerte punzada me ataca, me tomo de la cabeza y cierro los ojos, me paso la mano por la frente y me duele justamente esa parte. También siento como me sube un líquido amargo por mi garganta, trató de cubrir mi boca con mis manos, pero me es imposible aguantar. Cuando intentó reaccionar, ya había derramado todo ese líquido amarillento y desagradable encima de las sábanas blancas que me cubren. Apenas si puedo ver, qué mal me siento.
¡Oh no!
Otra arcada, pero esta vez no sale nada.
Confundida, trato de levantarme de la cama, pero no tengo fuerzas. Maximiliano me lo impide.
Ahora entiendo un poco la situación, quien gritaba era Alana y quien entraba por esa puerta era Maximiliano.
—No te levantes. —Él me quita la sábana sucia de encima— Estás muy pálida —Me siento tan débil.
—Agua, por favor —Pido.
Ali se dirige a una mesa que está en la esquina y trae un vaso de agua. Me lo entrega y me ayuda a beber un poco; de verdad lo necesitaba, el agua va refrescando mi garganta.
—Alana busca el doctor, ve —Ordena.
Ella asiente y rápidamente abre para desaparecer por el umbral de la puerta.
—¿Qué doctor? —A ver, a ver— ¿Me pueden explicar qué ha pasado? ¿Qué hago aquí? —No entiendo nada.
—Tranquila Némesis, déjame explicarte. —Habla con calma— Alana te encontró inconsciente al borde de las escaleras, estabas bañada en un charco de sangre.
Solo recuerdo que anduve deambulando, mi vista se tornaba borrosa y de un momento a otro sentí mi cuerpo desvanecerse e impactar con algo, luego empezó a rodar.
—Sí, pero después de eso.... —Él me interrumpe.
—Estuviste inconsciente durante cuatro días. — ¿Qué? Necesito procesar esta información, frunzo el ceño— Te quisimos llevar a un hospital, pero Tyler se negó y mandó a equipar esta habitación con todo lo necesario para tu cuidado —Es increíble lo egoísta que puede llegar a ser Tyler, pero bueno, ya despertaste.
Al escuchar esas palabras, recorro la habitación con la mirada. Es de color verde y tiene razón, esto parece más un hospital que una habitación normal, hay muchísimos equipos médicos a los que estaba conectada.
—¿Cuatro qué? — pregunto.
—¡Cuatro días! —Recalca — En los que estuviste inconsciente y bajo el cuidado de un doctor.
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Némesis Inquebrantable
RomanceÉl quiere quebrantar su alma Ella es inquebrantable Él quiere destruirla Ella quiere venganza Ahora los dos combaten en una guerra de destrucción y venganza. ¿Quién ganará?.