Capítulo 23

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¿Eres feliz?

Némesis

Sarátov

El tiempo pasaba demasiado rápido, era como en un abrir y cerrar de ojos.

Deje de asistir a los entrenamientos, me dedique a postergar las citas en el psicólogo. Le pedí a la esposa de tío Richard que me diera un tiempo, necesitaba digerir todo lo que estaba aconteciendo en mi vida.

Ahora es cuando sé que se siente estar solo y no poder recurrir a nadie que te apoye. Estaba experimentando un nuevo sentimiento, y mi vida estaba en declive.

Mis días eran rutinarios, no había variabilidad en las cosas que hacía o en el peor de los casos a los lugares que iba; mis días transcurrían del hospital a la villa y viceversa.

Gané bastante peso en estas últimas semanas, mis pechos habían crecido un poco, en comparación a mí antiguo tamaño.

Me han diagnosticado un tumor cerebral benigno, tengo la posibilidad de poder extirparlo y que la cirugía no afecte por ningún motivo el embarazo.

- ¿Por qué? -Grito con furia estampo mis puños sobre el tocador.

Ya no podía seguir sólo enfocada en Humberto, ahora tengo cosas más importantes en las que debo enfocarme.

Fijó la mirada en el espejo mientras sigo peinando la peluca de mechones castaños que roza mis hombros. Parezco loca sonriéndole a un espejo sin ningún motivo.

-Señorita, -Llaman a la puerta y reconozco la voz de Azai al instante- ya es hora, tiene que bajar la señora Arlenet así lo ha pedido.

Hoy me harán una ecografía y así poder saber si es cierto o no que estoy embarazada de mellizos; desde que me dieron las dos noticias, pedí que me sacaran del hospital.

El día que me determinaron el tumor cerebral, ese mismo día tenía una cita con el obstetra, pero a fin de cuentas me eche para atrás; estuve en ese vaivén durante semanas, pospuse todas las citas durante todo ese tiempo.

-Salgo en un momento-Me coloco sobre los labios un poco de bálsamo y rizo un poco mis pestañas.

Tomo entre mis manos el estuche que Maximiliano me había entregado antes de salir de Estados Unidos. Empiezo a sustraer del estuche los pendientes y el collar bañado en oro blanco, para después acomodar los pendientes en mis orejas y rodear mi cuello con el collar.

Una vez que tiro de la manilla de la puerta salgo al exuberante pasillo que da acceso a las otras habitaciones.

Antes de descender por las escaleras, acomodo mi ropa holgada evitando que se pueda ceñir mi vientre. Arlenet y yo hemos tomado la decisión de mantenerlo en secreto, eso hasta que mis padres puedan viajar hasta acá; Igor sabe sobre el embarazo, pero prometió no decir nada y confío en que no lo hará.

- ¿Cómo amaneciste hoy? -Dice Arlenet al verme llegar al salón- ¿Recuerdas te había dicho que mis hijos están en el extranjeros? -Asiento- Hoy en la madrugada llegó de Escocia una de mis hijas.

- ¿Dónde está? -Frunzo el ceño.

-Nashla, ven a conocer a tu prima.

Dirijo la mirada hacia la biblioteca donde veo salir a una chica bastante alta con una sonrisa estampada en su rostro. Su piel es bronceada, tiene los ojos verdes y pelo castaño.

- ¡Ay, prima! ¿Cómo estás? -Dice la chica balanceándose sobre mí, trato de despegarla, pero me tiene atrapada entre sus brazos- Mi nombre es Nashla Arlenet Volkov Callaghan, tengo 19 años. Espero que nos podamos llevar muy bien. -Pero se tragó una cotorra- Mis padres me habían dicho que nos conocimos hace 18 años.

Némesis InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora