Capítulo 17

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Aviso: En caso de que no entiendan el capítulo en la parte narrada por Alana, les recomiendo ir a leer un corto Extra que subí hace unos meses, el extra es tipo un resumen de lo era su vida en Arkansas.

Die Familie

Alana

Arkansas, Estados unidos

Escapar del cautiverio en el que me había metido Humberto me devolvió todas las ganas de seguir adelante. Ahora voy a luchar por lo que en realidad me importa.

Mi vida en Pensilvania durante casi 6 años se convirtieron en una pesadilla, Humberto fue siempre esa sombra que me atormentaba, no hubo un día en el que él no me humillara de la forma más vil y me hiciera sentir la persona más insignificante del mundo. A la llegada de Némesis todo fue cambiando con el tiempo, tengo demasiadas cosas que agradecerle principalmente a ella y después a Maximiliano que fue la mente maestra para nuestro escape.

—Supongo que estas emocionada por volver a tus tierras natales —Dijo Mauro, el representante de Richard.

Él es una persona muy carismática y sarcástica. Llevo 5 días compartirlo con él y se me hace una persona amable.

Némesis se había ofrecido acompañarme, pero Mauro se opuso y decidimos que fuera él quien me hiciera compañía.

—Sí —Miento. Solo estoy volviendo a Arkansas para traer a mis hermanos conmigo. En ese lugar no hay nada más que me interese.

Me hace mucha ilusión volver a verlos, la última vez que los vi Diego era tan solo un niño de 7 años y Angie estaba entrando en su adolescencia, recién había cumplido los 12 años. Ahora Diego debe de ser un adolescente de 12 años y Angie toda una jovencita de 17 años.

No puedo imaginar en las condiciones que deben estar viviendo ellos. Las personas que se hacían llamar mis padres son personas irresponsables y violentas. Recuerdo cuando había cumplido los 15 años de edad y tenía que salir a trabajar a las calles para poder subsistir cada día.

—Hemos llegado a Fort Smith, Arkansas —Anuncia Mauro ya fuera del helicóptero, cuando voy bajando me espera con una mano extendida, sujeto su mano y salgo de la aeronave.

—Muy caballeroso de tu parte. —Digo con un tono burlesco— No conocía esa parte de Mauro Popov Chernov.

A mí me pareció algo caballeroso y tierno de su parte.

—Soy todo un caballero, krasivyy —Termina la oración con su acento ruso marcado.

Abordamos un Chevrolet Suburban que nos había estado esperando. Emprendemos nuestro viaje transitando las calles de Fort Smith hasta llegar a mi antigua casa.

Mauro se apresura abrirme la puerta de la camioneta y le sonrío en agradecimiento. Escaneo detenidamente mis alrededores, todo es tan diferente a lo que recordaba.

Él se posa a mi lado y nos adentramos al lugar sincronizando nuestros pasos. Lleno mis pulmones de aire y exhalo a la hora de tocar la puerta. Escucho pasos acercándose y me preparo mentalmente para enfrentar a la mujer que me dio y me destruyó la vida.

«Espalda erguida y mentón en alto» me repito internamente.

La puerta se abre y veo una chica asomar la cabeza «Angie» es lo primero que pienso. Luce despeinada, ojerosa, mirada vacía y tiene un fuerte golpe en el pómulo derecho.

Al ver la imagen de mi hermana en ese estado, me hace estremecer. Hace casi 6 años era yo la que siempre vivía en ese estado.

—Angie, nena. Soy yo, Alana —Abre la boca con sorpresa— ¿Me recuerdas?

Némesis InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora