Capítulo 7

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Maximiliano

Jaque mate

Pensilvania, Estados Unidos.

Han pasado tres días y Némesis no despierta, tampoco responde a los tratamientos que le suministran. Su estado es preocupante.

Alana la encontró inconsciente al final de las escaleras, tenía una herida en la cabeza y estaba bañada en un charco de sangre. Había pasado mucho tiempo y perdió mucha sangre.

Le dije a Tyler que la lleváramos a un hospital, pero obtuve un rotundo no de su parte; según él no quiere exponernos.  La policía está buscando a Némesis hasta por debajo de las rocas y la mafia italiana detrás de nosotros, aun así, ese no es motivo suficiente para dejar que Némesis muera por su egoísmo.

—Hermano, —Avanzo con mi alfil hacia el centro del tablero, acercándome poco a poco a su rey— no creo que con ese doctor sea suficiente para que Némesis mejore. Sabes que lleva tres días inconsciente y no reacciona con nada.

—Deja de hablar siempre del mismo tema, —Ofuscado, mueve su caballo hacia adelante tratando de atacar, es momento del jaque— te dije que es un rotundamente no.

—Si la pierdes a ella también, —Digo mientras acorralo a su rey entre mi alfil y mi reina— no será una sola muerte con la que cargaras en tu conciencia. Tendré que refrescarte la memoria un poco —Él sabe de lo que hablo.

—Eso no fue mi culpa, ella no lo soportó. —Su frialdad y descaro son tan evidente— Ella nos traicionó; quizás tengo que refrescarte la memoria a tí también —Exclama sarcásticamente.

—Ella le fue leal a su familia —La lealtad es una palabra que él no conoce— y Franco Rondón no descansará hasta acabar con todos nosotros, —La mafia italiana nos odia a muerte— acabaste con la vida de su única hija y tienes el descaro de esconderle a su única descendencia.

—No es asunto tuyo. —Masculló entre dientes— Dichoso eres tú que sabes sobre ello. —Mueve el último de sus peones dejándome el camino libre.

—Schachmatt Bruder —Derribo a su rey, no se lo esperaba.

Me pongo de pie, le doy la espalda y salgo del despacho, dejándolo sumido en su propia mierda. Él sabe perfectamente que ella murió por su culpa.

Subo las escaleras y camino hacia la habitación en la que se encuentra Némesis.

La habitación está totalmente equipada con todo lo que ella necesita. Las paredes son de color verde limón, hay unos ventanales que iluminan la habitación, la mesita que está al lado del suero y el sofá en el que se encuentra Alana leyendo un libro, le dan un aire natural al ambiente.

Tyler es tan cobarde y egoísta que es capaz de arriesgar la vida de Némesis.

Mi mirada se centra en Némesis que sigue postrada en la cama de hospital que conseguimos, está conectada a un monitor de signos vitales y depende de un respirador, el atril donde está colgado el suero que le suministran y otros equipos más que se suman a la lista.

El doctor dijo que ella sufrió un traumatismo cerebral, sumado a un ataque asmático, pero sé que no fue solo eso. Ella vio algo más y sé lo que fue y no la culpo.

Alana me entregó las llaves de esa habitación, las cuales estaban en uno de los bolsillos de los vaqueros de Némesis.

Me acerco a ella y al verla ahí tan vulnerable e indefensa, me conmueve. Le prometí que la sacaría de aquí, ya ha pasado mucho tiempo y no he logrado nada.

Alana se acerca a ella desde el otro extremo de la cama y empieza a cepillar su sedoso cabello; después acerca hacia a la cama uno de los sofás y le pinta las uñas de las manos. Alana se convirtió en una gran amiga para Némesis, antes de que ellas llegaran aquí, vi cómo se sujetaban de las manos mientras ingresaban a la mansión, se podía notar la confianza que se tienen la una a la otra.

Némesis InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora