Capítulo 25

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Rettung

Maximiliano

No puedo seguirle mintiendo más a Némesis, tampoco es por alguna cuestión de yo ser sincero obligatoriamente con ella, pero hay cosas que ella necesita saber. No me gustaría que acabe más decepcionada de mí, no me agradaría la idea. Y hay muchas cosas que ella no sabe y tendrá que enterarse en el momento justo.

Tengo que empezar a remediar algunos de los desastres que Tyler ha dejado a su paso.

Las cosas se ponen cada vez peores porque Humberto está empecinado en saber quién le disparó, me cuesta mucho seguir boicoteando sus investigaciones que de alguna manera siempre se aproximan a mí. El estrés me pasa factura noche y día, necesito un descanso de esta absurda realidad.

El negocio cada vez se enriquece más, pero no puedo dejar de lado los negocios de la familia, no por ahora. Tengo que hacer nuevas alianzas porque quiero cortar lazos con Tyler rápidamente.

—Viajarás a Rusia solo, yo llegaré pronto. —Edwards me mira confundido— Tengo que solucionar unos pendientes.

Devuelvo la vista a la autopista y sonrío de medio lado.

— ¿Qué harás, Bruder?

Veo por el rabillo del ojo como gira todo su cuerpo.

 —Son asuntos personales. Creo que deberías manejarte, pareces la tía chismosa de la familia —Deja de lado sus lentes ladeando una sonrisa de oreja a oreja.

—Y esos asuntos personales tienen que ver con Némesis o debería decir Maju —Reacomoda sus lentes y regresa la vista a la autopista.

¿Cómo lo supo? 

¿Estuvo husmeando en mi portátil? 

 —No sé de qué hablas, Edwards.

—No te hagas el estúpido que no te queda ese papel. Me enteré por calidad de la vida, alana dejó su teléfono en la habitación mientras estaba recibiendo un masaje y justo en ese momento recibió un mensaje de voz de una tal "Maju Vasiliev" o me equivoco, Bruder. Tuve la osadía de escuchar el mensaje, estuvo mal, pero me gusta saber las cosas a fondo, no a medias. —Hago presión en el acelerador y sujeto con fuerza el agarre del volante.

Odio que se meta en lo que no le importa. He luchado mucho para que la identidad de ella no fuera descubierta.

—»Tranquilo, viejo. Tienes que saber que estoy de tu lado, bajo ninguna circunstancia diré nada. —La rabia me ciega— Maldita sea, Maximiliano desacelera el puto auto que yo sí tengo a alguien que me espera ahí afuera, no co....

—Cállate la puta boca, Edwards Monroe. 

Llegamos al aeropuerto donde un Jeep privado espera a Edwards, él aborda la aeronave mientras yo hago lo mismo penetrando un helicóptero.

Pocas horas después hago el aterrizaje junto a dos de mis hombres, nos adentramos a un pequeño campo verdoso casi en el centro de la ciudad Washington, muy cercano al centro psiquiátrico.

— ¿Estamos listos? —Pregunto con autoridad a la manada de hombres y mujeres que responden al unísono.

El tiempo corre y con él tengo que apresurar todo, tengo que estar en Rusia lo antes posible, no puedo levantar ningún tipo de sospecha.

—Nuestro único objetivo es ella —Señalo la foto que cuelga de mi mano.

Abordamos las 5 camionetas y salimos del campo verdoso para entrar al centro de la ciudad donde está ubicado el centro psiquiátrico.

Némesis InquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora