Venus
Némesis
Nevada
Maximiliano sigue sumido en un profundo sueño a mi lado, mis ojos viajan por cada centímetro de su cuerpo semidesnudo.
Decido hacer lo mismo que he estado haciendo estos últimos días. Me levanto sigilosamente de la cama y voy hasta el tocador que hay en una esquina, rebusco entre mis cosas y encuentro la cámara instantánea. Vuelvo al lado de Maximiliano tratando de no despertarlo.
Le hago fotos desde todos los ángulos posibles. En algunas ocasiones él se remueve entre las sábanas, pero trato de ser lo más precavida ante mis movimientos.
—Y así dices que no vives acosándome. —Me sobresalto al escuchar a Maximiliano hablar con los ojos entrecerrados— Solo te falto tomarte una sobre mí.
—No lo hago. —Miento.
Me iré en 3 días al extranjero y tendré que olvidarme de él durante todo ese periodo de tiempo. No quiero involucrarme más de lo que estoy con él sentimentalmente, nada de esto es sano para los dos.
—Creo que sabes que en 2 días tengo que volver con mi familia. Estos serán nuestros últimos días juntos. —Yo sé a qué él se refiere— Ya tomaste tu decisión y eres libre de hacer lo que quieras y con quién quieras. Yo no seré un impedimento para ti, pero recuerda que siempre voy a estar aquí —Se levanta de la cama y camina hacia dónde estoy.
Tengo más cicatrices en el alma que en la piel, y estas necesitan ser curadas para yo poder llevar a cabo mi venganza.
—La decisión está tomada, gracias por entenderme. Espero que seas feliz Maxi —Me estrecha contra su pecho.
Él de alguna u otra manera me importa más de lo que digo, se ha ganado mi cariño con el pasar de los meses. No tengo la menor idea de por qué siempre me contradigo a la hora de decir que no le importa, cuando sí lo hace.
—Todavía faltan 2 días, tenemos tiempo para los dos. —Su mirada gris neutral cae sobre mí como un témpano de hielo y me penetra desde su altura— Si decides cambiar de opinión estaré en la zona de embarque a la misma hora que saldrá tu vuelo —Dijo en un susurro rozando mis labios con los suyos.
—Debes saber que no hay marcha atrás, y tienes que encargarte de tu familia. —Gimo cuando muerde con suavidad el lóbulo de mi oreja— Agradezco todo lo que has hecho por mí, pero tienes uso del raciocinio y sabes que lo nuestro es algo prohibido. No es que me cierre a la idea que entre tú y yo pueda existir un "Nosotros", pero con Tyler fastidiando todo el tiempo, realmente no lo veo.
Lo que tenemos él y yo es algo sin ninguna etiqueta, ni tapujos de por medio.
—Esto no es adiós definitivo, es un hasta luego. Nena, estoy totalmente seguro de eso —Me besó con una brusquedad y le corresponde el beso con la misma viveza.
Maximiliano dejó de besarme y me dio una mirada pícara. Se mordisqueó la esquina de su labio inferior y rozó su dedo pulgar por encima de los míos.
—Supongo que sí —Murmuro y tomo su labio inferior entre mis dientes y tiro de él ferozmente.
Tocan la puerta consecutivamente y logro zafarme de los brazos de Maximiliano que no quiere soltarme. Agarro el albornoz que yacía en una esquina de la cama y voy hasta la puerta.
—Señorita Némesis, disculpe por la interrupción. —Habla una de las mucamas— Sus padres acaban de llegar y solicitan su presencia de inmediato.
—No es cierto —Digo emocionada y el corazón me da un vuelco.
Salgo de la habitación acelerando el paso e ignoro a Maximiliano que sale detrás de mí.
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Némesis Inquebrantable
RomanceÉl quiere quebrantar su alma Ella es inquebrantable Él quiere destruirla Ella quiere venganza Ahora los dos combaten en una guerra de destrucción y venganza. ¿Quién ganará?.