Prefacio

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—Por favor

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—Por favor... por favor, detente. —las lágrimas recorrían su rostro, el miedo trepaba por su garganta y apenas le permitía respirar.

—¿Por qué lo haría? —trago saliva con dificultad y dio otro paso atrás—. Soy tu esposo... ¿Lo recuerdas?

Quería negar, decirle que era un animal, que no se le acercara pero su garganta no lo permitía, el pánico se apoderó de su cuerpo.

No debió salir.

El establo estaba bien.

No era un animal salvaje.

No había sido un ladrón.

Era él.

—Vete. Por favor —sollozó de nuevo y pego su espalda a una de las paredes de aquel lugar—. Los niños están adentro.

—¿Los niños? —asintió, la poca luz que se filtraba por aquel lugar era tan escasa que apenas podía ver—. ¿Mis niños?

El cuerpo de él se acercó mucho más, podía ver la silueta recortada por la blanquecina luz de la luna, presionó más su cuerpo contra la pared y rogó internamente porque su padre o su hermana aparecieran.

Gritó con mucha fuerza.

Todo su dolor se dreno cuando sus cuerdas vocales temblaron.

Él dio un paso atrás ante el repentino susto, quiso rogar que su familia le escuchara, fue cortada de manera abrupta cuando la mano de él le cubrió la boca, le mordió pero fue inútil, él la presionó con mucha fuerza contra la estructura.

—Nadie te va a salvar Luciana —siseó él, el abrazo frío del metal se presionó contra su abdomen—. Tomaste una mala decisión al negarte a mi, ahora estás a mi merced, lo quieras o no.

Quiso gritar de nuevo.

Las lágrimas se agolpaban en sus ojos, quería saber que sus hijos iban a estar a salvo de esta bestia, que su padre le alejará de la familia, que su hermana lo descuartizara vivo en cuanto lo viera, que todos en el pueblo supieran que clase de hombre era.

Pero nadie sabía qué era lo que pasaba a puerta cerrada.

Ese sería su final.

Sin ver a sus hijos crecer.

Sin atender a sus padres en la vejez.

Sin asistir a la boda de su hermana.

A la boda de su nena.

O de su hijo.

Pero luchó, para que nunca se dijera que ella no lo intentó.

Con sus manos.

Con sus piernas.

Incluso con sus dientes.

Pero nada lo detuvo.

Eso fue solo el descenso a la locura.

Dicen que Dios le dio la espalda, que dejó a su suerte a los habitantes.

Dicen que el diablo se ha sentado a observar en primera fila el infierno sobre la tierra que estaba a punto de desatarse.

Laroy Hill jamás había visto tanta violencia hasta el momento en que el joven y frágil cuerpo de Luciana apareció semienterrado a las afueras del pueblo.

El mundo estaba por conocer un nuevo mal.

Bueno, oficialmente les doy la bienvenida a este pequeño proyecto que tenía en mente

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Bueno, oficialmente les doy la bienvenida a este pequeño proyecto que tenía en mente.

Seguro estarás aquí por una publicación de Facebook o por Tournesol.

Si no es así, cuéntenme cómo llegaron a Lady Corbac, los leo 👀

De la manera que sea estoy sumamente agradecida contigo por darle una oportunidad.

Al final de cada capítulo haré una pregunta que irremediablemente les dará una pista de quién es el mal de Laroy Hill.

No me hago responsable por ciertas... situaciones, primer aviso :)

Lo siento, pero no había notado que faltaba el gif y no podía seguir sabiendo que mi poderosisimo ✨Tom Ellis✨ no estaba para darles la bienvenida.

Sin más preámbulos, bienvenidos a la historia de Ness.

Si les a gustado no duden en dejar una estrellita o comentario, sube la moral y motiva :3

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