Una enredadera de sentimientos

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- ¡Papá, ya me voy! 

- Está bien, pero no corras.

- Debo hacerlo, voy atrasado - poniendo sus zapatos presuroso - Te veo luego.

- ¡Ve con cuidado! - viéndolo marchar. Entró a la casa y luego a su cuarto recolectando la colada. Miró bajo la cama y vio una corbata, la tomó en sus manos y recordó de quien era y que la había dejado cuando se escabulló de su cama la última vez. Recordando también el momento en que se la quitó, cuando lo tomó en sus brazos y lo puso en la cama para darle placer, desabrochando su cinturón y pantalón para mostrar su cuerpo desnudo ante él. No pudo evitar soltar un jadeo, sonrojándose - No puedo creer que no pueda dejar de pensar en sexo, incluso en la mañana - notoriamente deseoso, sobresaltándose cuando suena su teléfono - Diga - respondiendo sin ver el nombre.

- Hey, buenos días.

- ¿Yibo? - sonrojándose como auto reflejo.

- Sí. ¿Estás ocupado? 

- No, no lo estoy, puedo hablar.

- ¿Cómo está A-Zhui? ¿Ya se fue a la escuela? 

- Hace unos minutos. Salió algo retrasado porque se quedó dormido, por eso no pudo llamarte, ni siquiera habló con Nana.

- Entiendo, me lo espero de él. Lo llamaré más tarde.

- Hazlo - aguardando que más quería decirle.

- Te llamaba por algo concreto. Mi abogado me hizo llegar los papeles de SiZhui, sobre el régimen de visitas y el trámite de su apellido. Necesito que los veas y los firmes. ¿Podrías acercarte a la oficina? 

- ¿Hoy? 

- A menos que tengas otra cosa que hacer.

- No, hoy es mi día libre.

- Genial. Me gustaría que fuera hoy, mi abogado pasara mañana por aquí y vendrá por ellos.

- Entiendo - miró el reloj de muralla - ¿Te parece si estoy allá pasada las tres? 

- Eso está bien, te esperaré aquí.

- Bien, nos vemos.

- Nos vemos, adiós.




...


- Vaya... - miró el rascacielos donde estaba la oficina del pelicastaño - Es muy grande - caminó sin perderse detalle del lugar hasta cruzar la puerta, se acercó hacia el mesón de atención donde dos chicas bien vestidas esperaban frente a sus computadoras - Buenas tardes, tengo una cita con Wang Yibo a las tres. 

- Claro. Su nombre, por favor.

- Xiao Zhan.

- Oh... Usted es el padre del pequeño SiZhui, ¿Verdad? 

- Así es.

- Es un chico muy animado. Cada que viene la oficina se vuelve muy agradable, ¿No es así? - mirando a su compañera.

- Ciertamente, él es muy mono.

- Espero que no les de problemas.

- Para nada. Es muy educado. Además cuando él está cerca el señor Wang se ve muy feliz, últimamente sonríe más y saluda a todos cuando llega.

No RegretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora