Epilogo [Parte I]

443 55 20
                                    


[ Advertencia de un mini +18 GL ]




- Ahí está. Es ella, la nueva.

- Wuou, es realmente gorda.

- Y muy fea. Mira esas gafas, son enormes - rió.

- Además es pobre. Viene aquí con una beca y su madre es lavandera. Dicen que es una Omega y tiene un vinculo roto. La cicatriz de su cuello está completamente borrada. ¡Que horror!

- Y ella también es una Omega. Lo más probable es que nunca encuentre un Alfa.

- Es tan lamentable, pero obviamente nadie se fijará en ella.

La muchacha que caminaba hacia el salón, apretaba sus cuadernos contra su pecho, mordiendo su labio inferior, tratando de evitar llorar. No era la primera vez que escuchaba esas palabras y burlas por su peso o su condición familiar y obviamente la herían profundamente cada vez.

Había probado desde muy corta edad, lo muy crueles que podían ser las personas.

No era como si no hubiera luchado con su sobre peso ni que se pasara día y noche estudiando para mantener un promedio impecable y su beca. Quería tener un trabajo y un futuro para ella y su madre. No quería depender de ningún Alfa. Quería ser fuerte, más fuerte que nadie. Pero era demasiado difícil no sentir su corazón herido de esa manera cuando hablaban de ella de esa forma.

No la conocían. Nunca se daban el tiempo de conocerla. No era una mala persona y honestamente, no se merecía eso.

Salió de su estupor cuando tropezó con el pie de alguien y cayó al suelo de rodillas. Sus libros de texto también se desparramaron por el piso y pudo escuchar las risas burlescas alejándose. Apretó los labios y comenzó a ordenar sus cosas por si misma. Hasta que vio una bonita mano de dedos largos tomar uno de sus papeles y cuando levantó la mirada pudo distinguir una sonrisa deslumbrante en un rostro esculpido por los cielos. Sus ojos a través de las gruesas gafas se toparon con esos brillantes ojos oscuros que parecían guardar en ellos una constelación completa.

- ¡Te encontré!

Su voz era suave y gruesa. Vio el momento en que sonrió aún más y ese bonito lunar bajo su labio se movió.

- ¿Eh?

- Eres tú... Mi destino.

Feng RuJie despertó sin necesidad del despertador después de ese sueño. Miró el reloj y marcaba las cinco y media de la mañana. Luego miró el vacío de la habitación hasta que escuchó un suspiro a su espalda, volteándose lentamente en el colchón para mirar a la persona a su lado que aún dormía plácidamente.

Miró sus largas pestañas, el contorno de su bonita cara, su cabello castaño y largo esparcido por la almohada, como su boca se abría y cerraba murmurando entre sueños que alguien se había robado su helado de arándanos, frunciendo un poco el ceño. Eso la hizo sonreír.

Porque RuJie amaba a esta persona. Aunque a veces creía que haberse enamorado de ella fue un grave error. 

Se levantó de la cama en silencio después de limpiar algo de baba que había caído por la comisura de la boca de esa persona mientras dormía. Fue a la ducha y luego se preparó para su nuevo día de trabajo. Puso su ropa interior y unas calcetas bucaneras delgadas de color negro y luego cubrió sus piernas con una falda negra ceñida al cuerpo hasta las rodillas, porque sí, había bajado mucho de peso durante su último año en la escuela secundaria y primer año de universidad. Después de hacer una dieta estricta y ejercicio constante logró bajar de peso muy rápidamente. Fue difícil para ella al comienzo, pero ya que tenía el apoyo de esa persona que aún dormía, todo se hizo más sobre llevable.

No RegretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora