[ Mini Extra II ]
Cuando Wang SiZhui conoció a Liu Yu, lo primero que pensó fue que esa persona era muy hermosa. Incluso podía competir con la belleza de su padre Omega y para él, eso era decir demasiado. Porque para Wang SiZhui, en este mundo no había nadie más maravilloso que Xiao Zhan.
Pero en el momento que sus ojos captaron los de aquella estoica persona, no quiso apartarlos nunca más.
Pensándolo ahora que ya era mayor, realmente se avergonzaba de haberlo perseguido de manera tan descarada. Todavía recordaba las veces en que tomó su mano por primera vez, lo abrazó, lo besó o durmió con él en la misma cama cuando tenía entre diez y doce años. Siempre persiguiéndolo y gritando "Yu esto, Yu aquello"
Siendo honesto, eso no había cambiado mucho que digamos. Ya era un hombre de veintitantos y aun se aferraba a su futuro esposo como un niño cuando estaban juntos. SiZhui, de hecho pensó, que lo único que había cambiado entre ellos era el sexo. El increíble sexo.
Hizo un puchero al recordar lo mucho que su Beta lo había hecho esperar para tener relaciones. Fue virgen veinte años de su vida y JingYi se había burlado de él cuando eran adolescentes muchas veces. Y obviamente no esperó porque no tuviera con quien. Básicamente sus compañeras Betas u Omegas, hasta eventuales Alfas, se les lanzaban encima. No era por presumir, pero Wang SiZhui siempre fue realmente guapo.
Agregando a ello que era muy agradable y para nada engreído, tampoco era violento como otros Alfas. Wang SiZhui era amable, honesto y siempre estaba dispuesto a ayudar. Por lo que recibió tantas cartas o declaraciones de amor que ya no podía ni contarlas. También recuerda como la palma de su mano o como la cantidad de lunares entre los muslos de su Beta, las veces en que fue empujado por Omegas o casi violado por alguno.
Sí, no leyeron mal. ¡Violado! ...Casi.
Una vez, un chico lo llamó con la excusa de necesitar ayuda para traer unas cosas del almacén. Él gentilmente lo acompañó, pero quién esperaría que aquel dulce joven cerraría la puerta y dejaría salir sin avisar sus feromonas por toda la habitación, incitando a su Alfa, a su lado más primitivo y salvaje a salir para devorárselo.
Tuvo que utilizar toda su fuerza de voluntad para alejarse y salir corriendo del lugar, dejando sus cosas en la escuela sin avisar a nadie, ni siquiera a sus mejores amigos, yendo rápidamente hacia su casa para desahogarse.
Obviamente tenia una vergonzosa erección que honestamente odiaba y no estaba de ánimos para quedarse a masturbarse en la escuela con lo enojado que estaba. Menos si aquella dureza fue causada por otra persona que no fuera Liu Yu.
Así que corrió a su casa sin fijarse en nada de su alrededor, abriendo la puerta de golpe, dejando sus zapatos desordenados y tirados por el pasillo. Haciendo tanto ruido que alertó a Zhan que se encontraba en el jardín junto a un pequeño A-Fai de casi cinco años.
- ¿SiZhui? - lo miró desde el umbral del ventanal que daba hacia la terraza y el jardín.
- Ahora no, papi - dijo sin detener su carrera hacia su habitación, especialmente al baño.
- Espera. ¿Estás bien?
- ¡Bien! - cerró la puerta y puso el seguro.
Zhan quedó mirando el camino que tomó y luego miró el reloj en la muralla que aun no marcaba el medio día. Preocupándose, ya que pudo sentir el aroma de su hijo. Alterado, excitado, pero molesto. Una mezcla muy inusual.
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No Regrets
Fanfiction"Esto paso hace mucho tiempo atrás y hasta el día de hoy aún lo recuerdo... Aún lo siento, aún te amo"