Todos podemos tener un nuevo comienzo.
Preparaba el desayuno, dejando dos platos de arroz sobre la mesa y sirviendo un poco de leche en un vaso. Se acercó al pasillo mientras secaba sus manos con el delantal de cocina que llevaba puesto.
- ¡Vamos! ¡Ya es hora de levantarse!
- ¡Ya voy! - gritó un dulce voz desde uno de los cuartos.
Eso es lo que solía decirme mi padre cuando era pequeño, antes de que él enfermara y cayera en el hospital. Siempre recuerdo esa frase cuando me siento abrumado, cansado o estancado, sobre todo lo recuerdo ahora que han pasado dos años desde que él falleció.
Puso la cafetera y sacó una cajita del refrigerador, poniéndola sobre la mesa.
- ¡Buenos días! - entró presuroso a la cocina un pequeño muy animado, vistiendo su uniforme escolar. Su cabello era castaño, sus ojos eran profundos y de un color oscuro, pero estos brillaban de alegría.
- Feliz cumpleaños, A-Zhui - sonrió cálidamente.
Él es mi hijo, Xiao SiZhui.
- ¡Gracias, papi!
- Ahora siéntate, compré tu pastel favorito.
- ¡Wuou! ¿Es de arándanos? - sentándose frente al asiento de su padre.
- Así es.
- ¡Me encanta!
- Por eso lo compré - tomó un tazón de café para él y luego encendiendo la vela sobre el pastel - Ahora pide un deseo y sopla muy fuerte.
- Mmm... - pensando con los ojos cerrados, los abre y sopla.
- ¿Qué fue lo que pediste?
- Eso es un secreto.
- Oye, no puedes tener secretos con tu padre.
- Sólo por esta vez.
- Está bien, sólo por esta vez - sonriéndole y acariciando su nariz dulcemente.
Han pasado diez años desde que di a luz a SiZhui. Él es un muchacho muy inteligente y feliz. Al verlo tan asombroso no me he arrepentido nunca de la decisión que tomé por muy difícil que fuera en ese tiempo.
- Tu abuela te llamará en la tarde, asegúrate de venir directo a casa luego de la escuela. ¿Está bien? - ordenó el uniforme de su hijo, parados uno frente al otro en la puerta de entrada.
- Lo haré.
- Iré a abrir la tienda, ve con cuidado.
- Sí, papi - se acercó y besó la mejilla de su padre, yéndose a la escuela - ¡Nos vemos!
- ¡No corras! - mirándolo marchar, sonriendo suavemente.
Desde la muerte de mi padre, mi abuela fue a vivir con unas amigas y ahora nos visita de vez en cuando y nosotros a ella, aunque todas las noches hablamos por teléfono. Ella está tranquila y nosotros nos quedamos viviendo en la casa de mi infancia. Con el seguro que mi padre dejó, abrí una cafetería a unas cuadras de casa y me dedicó a administrarlo y atenderlo.
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No Regrets
Fanfiction"Esto paso hace mucho tiempo atrás y hasta el día de hoy aún lo recuerdo... Aún lo siento, aún te amo"