El día que nos separamos

1.4K 171 53
                                    


[ Prólogo II ]



- ¿Te sientes bien? - recostado a su lado, descansando desnudos entre las sábanas.

- Sí, un poco somnoliento, pero bien.

- Genial.

- Se sintió realmente bien - lo miró sonrojado.

- Para mí también fue increíble.

- ¿De qué hablabas cuando te pregunté si estaba en mi celo? 

- Oh, eso. Es porque quería que lo vivieras por ti mismo. En el celo todo tu cuerpo se predispone a sentir placer y a engendrar un hijo, tu mente se nublara y solo pensarás en embarazarte, por eso quería mostrarte que puedes sentir un placer inimaginable por ti mismo, que no sólo por ser un Omega debes servir como un envase para hacer bebés - lo miró de forma tierna, mientras lo acarició amorosamente - Que puedes tener una vida normal, como un estudiante normal, un adolescente que puede estudiar, trabajar, tener sexo, enamorarse... - sonrió - Porque tú lo deseas, no porque te lo imponen.

- Yibo... - conmovido - ¿Por qué eres tan bueno conmigo? 

- Porque te amo.

- ¿Por qué yo? Eres un Alfa, todos en la escuela están interesados en ti. ¿Por qué me elegiste a mi si no tengo nada especial que ofrecerte? 

- Tú eres especial para mí - tomó sus manos y las besó - En el momento que te vi llorando en el hospital, lo supe. Que tú eras mi persona pre-destinada.

- ¿Pre-destinada? ¿Eso no es un mito? 

- Eso piensan algunos, pero yo creo que sí es posible, más aún después de que te conocí.

- Eres muy tierno - acurrucándose en su pecho - Si tú lo crees yo también lo haré.

- No te preocupes por eso, si quedan dudas, te voy amar tanto que vas a terminar creyéndotelo.

- Jeje, seguro que lo harás.


Después de ello, como adolescentes que éramos los momentos que tuvimos sexo aumentaron.


- ¡Ahh! M-Más... Mngh~ ¡Más adentro! 

Zhan permaneció en sus cuatro extremidades, disfrutando de las embestidas que le daba su ahora novio.

- ¿Aquí? 

- ¡Ngh! - agitándose y aferrándose más a la almohada - S-sí, justo ahí~


También el tiempo fuera de la cama era maravilloso.


- ¿Esta me queda bien? - luciendo una chaqueta en una tienda.

- Perfecta - sonrió.

- Entonces la llevaré - rió ampliamente, achinando más sus ojos, cosa que Wang Yibo amaba con su vida entera.


Vivíamos en un sueño, en donde los dos deseábamos nunca despertar, pero a pesar de todo siempre es necesario poner los pies en la tierra, aunque ninguno de los dos lo quisiera.


- Estuvo delicioso.

- ¿En serio? Pienso que quedo algo salado.

No RegretsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora