SEIS (Jean)

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Me estiró en la cama y siento dolor en algunos músculos de mi cuerpo que no sabía que tenía. Pero no es un dolor malo, más bien es un delicioso dolor. Estiro mis manos buscándolo, pero el lado de la cama donde durmió se encuentra frío. Me siento y observo toda la habitación. Una gran cantidad de luz entra por los enormes ventanales que van del suelo al techo así que no debe ser demasiado tarde, miro el reloj en la mesita de noche que hay junto a la cama, son las cinco de la tarde. Se ve toda la cuidad desde aquí. Debo admitir que es una vista privilegiada. Todo en la habitación está en tonos oscuros, desde el gris hasta el negro. La cama es enorme y las sábanas son de hecho, negras, de pronto me siento demasiado sola en ella. Me levantó y voy hacia la puerta que supongo es el baño pero no lo es. Es un enorme vestidor. Sería el sueño perfecto de una chica pero este está lleno de ropa para hombre.

Entro y aunque sé que es de muy mala educación husmear miro todo lo que hay adentro. La madera de los compartimentos es negra y los acabados son en tono plata, en la padre frente a la puerta hay un montón de trajes de tres piezas colgados con mucho orden. De lado derecho esta una vitrina de cristal con cinturones, gemelos, relojes y en el centro hay cuatro anillos enormes en sus respectivas cajas. Un sonido proveniente de la habitación me obliga a volverme hacia la puerta. Oh demonios, me va a atrapar curioseando en su armario. Me quedo de pie donde estoy esperando a que entre por esa puerta. Pero después de varios minutos parada como la tonta que soy, creo que no lo hará.

Seguramente piensa que volví a marcharme. Debo salir y hacerle saber que esta vez sí me quedé. Salgo de nuevo hacia la habitación y veo que la cama está tendida. Pero que... Mi ropa esta doblada minuciosamente en una silla junto a la puerta. Esta todo menos mis bragas. Y todo huele a limpio. Bien. Entro de nuevo en el armario y comienzo a buscar algo que ponerme. Me toma unos segundos averiguar cómo se abren los compartimentos ya que no tienen manija, se abren con un ligero empujón. Abro cajón tras cajón. Todos ellos perfectamente ordenados con camisetas, calcetines, corbatas, ropa deportiva y bingo, ropa interior. Tomo unos negros que parecen demasiado pequeños para él. Son Calvin klein, adoro a los hombres usando Calvin Klein. Se ven tan malditamente sexys. Trato de imaginarme como se le verán a él. Si, definitivamente sexy.

Quisiera darme una ducha pero no me siento muy cómoda entrando como si fuera mi casa así que sólo voy hacia la única otra puerta en la habitación. Que supongo es el baño, lo es, y es un gran baño, una enorme bañera de granito negro domina por completo el lugar, hay un par de escalones para poder entrar y tiene un montón de cositas plateadas dentro lo que me hace pensar que tal vez es una bañera de hidromasaje. En la pared a un lado hay dos lavabos en tono igualmente negro, ambos con un enorme espejo con terminados tipo diamante, las paredes son color crema en lo que parece ser mármol, pero no lo sé con certeza. Me acerco a uno y lavó mi cara. Tomo un poco de pasta de dientes que encuentro en una repisa entre los dos lavabos, y me los tallo con el dedo índice. Más vale esto que un aliento apestoso.

Me visto rápidamente y salgo de la habitación en busca de Matt. Su departamento es enorme. Está en el piso veinticinco. Y tiene escaleras, por Dios. Hay arte en casi todas las paredes, paisajes en su gran mayoría. La verdad es que no sé nada de pintura y no tengo ni idea de quién son, lo que es seguro es que son costosas como lo parece todo lo demás en el lugar.

En el cuarto de estar hay un enorme sofá en forma de u que rodea una mesa muy bajita de cristal. No hay televisor pero si hay una chimenea de gas pegada a una pared en medio de ventanales que van del suelo hasta el techo. En la pared hay un cuadro de un paisaje, es una especie de cascada muy difuminado. Un piano de cola negro domina la estancia. Me pregunto si Matt sabe tocar o el decorador sólo creyó que iba muy bien para llenar el espacio vacío.

Hay una pared con un enorme arco en medio con una barra en granito color negro que divide el salón de estar de la cocina. Encima de ella descansa una charola de plata con un jugo de naranja y un sándwich. Recargada contra el vaso esta una tarjeta ya un poco húmeda por el sudor que produjo el jugo frío en el vaso.

MINE [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora