MINE [editando]

TRECE (Jean)

Camino por el empedrado de la entrada, me duelen demasiado los pies. Se suponía que Cameron me traería a casa pero terminamos esta mañana, cuando lo encontré detrás del tablero de puntuaciones con Jessica Mason en plan más que amigos. Había sido tan idiota, ellos llevaban viéndose detrás del tablero casi dos meses según lo que me dijo Myrna. Se suponía que ella era mi mejor amiga. Y lo peor de todo es que él ni siquiera intentó quitarla de encima de su regazo. Me miro y siguió besándola como si no me hubiera visto. Maldito. Giro el pomo de la puerta y escucho la televisión de la sala de estar.

—Mamá... Julie... Steven...

Camino hacia la sala y ahí está Steven roncando como un oso; en la televisión hay un comercial sobre herramientas. Agarro el mando y pongo el mute. Voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua. En el refrigerador hay una nota pegada con un imán en forma de pan tostado...

Jean

Cariño, Paul llamó de último minuto
habrá una conferencia en Dallas, regreso el viernes. Pórtate bien y cuida de tu hermana, no se estaba sintiendo bien.

Besos. Mamá

Camino hacia el cuarto que comparto con Julie, ella es mi hermana gemela y aunque es sólo cinco minutos mayor que yo se toma el papel de hermana mayor muy enserio, creo que mejor no le diré lo de Cameron. Pero siempre que se enferma soy yo quien cuida de ella. No fue al colegio hoy y todo el día sentí un dolor raro en el estómago.

La puerta está cerrada con seguro, la golpeo un par de veces pero no obtengo respuesta. Golpeo de nuevo, esta vez más fuerte, me duelen los nudillos pero no me importa, sigo golpeando la puerta; tal vez ella está dormida y por eso que no abre la puerta. Escucho pasos detrás de mí pero aun así sigo golpeando la puerta.

—Por qué demonios golpeas de esa manera la puerta Jean —Steven se ha despertado y está parado al inicio del pasillo con las manos dentro de los bolsillos mirándose un poco molesto —deja dormir a tu hermana.

—Necesito entrar, debo hacer mis deberes para las clases de mañana. Todo está ahí dentro—le respondo aunque él ya se ha marchado.

Sacudo mi cabeza y recuerdo la llave que tenía mi madre en su habitación. Cuando Julie y yo nos encerrábamos para hacer travesuras juntas ella siempre abría con esa llave. Sigo caminando por el pasillo hasta la habitación que mi mamá comparte con Steven. Entro y voy hacia el gran tocador donde mi mamá tiene todas sus joyas y demás cosas. Abro uno de sus alhajeros y encuentro la llave. ¡Vaya, fue más rápido de lo que había pensado!

Voy de regreso a nuestra habitación, introduzco la llave y esta gira sin problemas, por un momento temí que no fuera la llave. La luz del día entra por las ventanas, las camas gemelas que tenemos desde que tengo memoria están hechas perfectamente, seguro esa fue mamá. La puerta del baño está cerrada pero no se escucha ningún ruido.

—Julie...

Dejo mi bolso sobre mi cama y miro una fotografía de nosotras dos en el baile de bienvenida el año pasado. Decidimos jugar una broma a nuestras parejas y usamos exactamente el mismo vestido, peinado, el mismo maquillaje y hasta el mismo bolso. Cuando ellos llegaron por nosotras se quedaron parados en el centro de la sala de estar sin mover ni un músculo, tratando de adivinar quién era quien, así de iguales somos. Cuando éramos pequeñas mi mamá nos ponía un listón en la coleta para diferenciarnos, a ella rojo y a mi azul. Siempre había querido el listón rojo así que cuando ella no veía nosotras los intercambiábamos. Por lo que el resto del día me decía Julie y a ella le decía Jean, era bastante gracioso. Nunca se dio cuenta de que lo hacíamos. Después de un tiempo ya no fue necesario el listón, ya que Julie tenía un gusto diferente en ropa y accesorios. Mientras que yo opté por los jeans y las converse; ella opto por las minifaldas, blusas bonitas y tacones. Así de diferentes somos.

Después de unos minutos aún no hay ningún ruido. Raro. Voy hacia la puerta del baño y pruebo suerte, tal vez esta también está cerrada con seguro. Pero no. El pomo gira sin detenerse. Entonces abro la puerta... desearía no haberlo hecho.

La bañera está llena de agua, sólo que el agua está completamente roja y Julie está dentro. Julie mi hermanita mayor. Esta ahí con sus ojos abiertos mirando a la nada. NO, no, no, no, Dios esto no está pasando. Es una pesadilla, pronto sonará la alarma para que vayamos al colegio juntas. Me dejo caer en el suelo y aprieto las palmas de mis manos sobre mis ojos.

Vamos Jean despierta, despierta ahora.

Golpeo mi cara con mis manos intentando en vano despertar...pero no es un sueño, no estoy dormida. Y lo que veo no cambiará por más que me golpee. Mi hermana está muerta. Ella...

Me pongo de pie y camino hacia la bañera pero cuanto más camino hacia ella, más se aleja de mí, comienzo a correr, mis ojos se empañan por las lágrimas mientras miro a mi hermana. Grito su nombre fuerte... muy fuerte para que ella despierte, pero no lo hace, ella sólo se sigue alejando de mí. Con sus ojos abiertos y su mirada perdida. Siento mi corazón romperse en mil pedazos, cada pedazo duele como un millón de piquetes y también siento mi alma partirse por la mitad. He perdido mi otra mitad y temo que jamás lograré recuperarla... ¡Julie...!

—¡Steven!

—Jean, Jean cariño despierta...

Abro mis ojos y veo a Matt, a un Matt muy borroso, paso mis manos por mis ojos y siento la humedad en ellos. Joder, hacía tiempo que no soñaba con mi hermana. Vuelvo a sentir el dolor de su pérdida. Jamás lograré superarlo. Un gemido sale de entre mis labios y no puedo evitar echarme a llorar. Matt me atrae hacia él y besa mi cabeza.

—Tranquila cariño, fue sólo una pesadilla. Shh.

Sacudo mi cabeza y lloro por ella. Por las circunstancias que la obligaron a hacer lo que hizo, dejarme aquí sola con él...

Después de lo que me parecen horas pero que probablemente sólo fueron unos pocos minutos el constante murmullo de Matt y sus brazos logran que el llanto se detenga casi por completo dejando en su lugar una serie de hipidos.

—¿Quieres hablar de ello?

¿Quiero? Jamás he hablado con nadie de lo que paso ese día, ni lo que vino después. Ni siquiera con Amir. Es algo demasiado personal pero sorprendentemente quiero compartirlo con él. Me separo un poco para poder ver su apuesto rostro, que ahora luce un poco demasiado preocupado. Pongo una de mis manos sobre su mejilla amando su textura. Miro sus ojos y tomo una profunda respiración.

—Soñaba con mi hermana... —susurro; veo la pregunta en su cara cuando levanta una de sus cejas—sí, tenía una hermana. Éramos gemelas. Cuando teníamos dieciséis llegue del colegio para encontrarla en la bañera nadando en su propia sangre, a partir de ese día todo se fue al carajo. Hacía demasiado que no la soñaba. Pero siempre que lo hago es la misma escena. Yo llegando del colegio, buscándola en la habitación y encontrándola en la bañera, trato de correr hacia ella pero siempre se aleja. Grito su nombre pero ella ya no puede decirme nada.

—Cariño...

—Estoy bien, de verdad. No me mires con lástima. Por favor.

—No es lástima nena—susurra mirando mis ojos, haciéndome saber que está ahí para mí.

—Sólo abrázame Matt.

Y así lo hizo, no hizo más preguntas, no me presionó por más información. Sólo me sostuvo entre sus brazos por el resto de la noche. Supe el momento exacto en el que se quedó dormido, su respiración se hizo más pausada pero sus brazos no dejaron de apretarme contra él. Yo no logre dormir más. Temía volver a soñar con Julie. O aun peor con Steven.