¡Ouch!
Este es el primer pensamiento que tengo al despertar. La luz molesta mis ojos y la cabeza me va a estallar. ¿Qué demonios fue lo que bebí anoche? ¿Qué, esos malditos mojitos estaban hechos con Bacardi 151?, ¿o eran cosmos, no recuerdo?
Oh, no quiero moverme siquiera. No recuerdo cómo es que llegué al departamento. Seguramente Amir tuvo que cargar conmigo como un bulto de papas. Lo último que recuerdo es a Amir dándome un pequeño tour por el bar.
Trato levantarme de la cama pero siento como si mi cerebro estuviera siendo presionado hacia abajo por la fuerza de gravedad, así que decido mejor quedarme acostada. Me lo merezco, completamente. No debí haber accedido a ir a ese lugar. No debí y ahora este es mi castigo.
Intento de nuevo abrir mis ojos, la luz es realmente mucha y lastima. ¿Es que Amir abrió las cortinas de la única ventana en la habitación y hoy es el día más soleado en la historia?
Oh, espera un segundo, esta no es mi cama, ni mi habitación. ¡Joder! Pero...
Amir, maldito gay traicionero...
La puerta se abre y aparece Matt en todo su hermoso esplendor, en pantalón de chándal y sin camisa. ¡Maldita sea! ¿porqué tiene que ser tan hermoso?
No sé malditamente que decir así que mejor me quedo callada y espero a que él diga algo. Pero no lo hace. ¿Está enojado? ¿Hice algo estúpido anoche? Seguramente hice algo estúpido anoche.
—¿Cómo te sientes?—pregunta, mirandome sin ninguna expresion que delate su estado de humor.
—Horrible —¡Jesús! sueno igual que como me siento.
—Te traje jugo, agua y pastillas para el dolor de cabeza —señala a la mesita frente a la cama.
—Gracias —¡Oh por Dios! ¡Que vergüenza!
No creo sinceramente que unas pastillas ayuden, tal vez si corta mi cabeza lograría quitarme este dolor.
Entra en el cuarto de baño y me deleito un poquito con las vistas, ese tiene que ser el trasero más sexy de este lado del planeta. Me estiro por el jugo, estoy muy sedienta. En la charola están los vasos, un par de pastillas y una nota.
¡Una nota!
Me prometiste que no te irías de nuevo y lo hiciste. Deja que te diga algo señorita, puedes irte hasta el fin del mundo si gustas, pero a donde quiera que vayas. Te juro, te encontraré.
Matt
¡Vaya! ¿Eso es una amenaza?
La puerta del baño se abre y aparece sólo con una toalla enredada en las caderas, Cristo, juro que lo hace a propósito o algo. Agarro las pastillas y las tomo con el vaso de agua sólo porque no quiero quedarme aquí viéndolo como la tarada que soy.
Camina hacia la cama y el colchón se hunde cuando se sienta a mi lado. Aún ni siquiera me ha tocado y ya puedo sentir mi corazón comenzar a latir con fuerza, mi piel anhela su toque. Soy una mujer adicta y sólo él tiene lo necesario para saciarme.
—¿Leíste mi nota?—pregunta, mientras levanta con sus dedos mi rostro para que lo vea. Tengo mis ojos cerrados, tal vez si cierro mis ojos él no podrá ver mi vergüenza—.Mirame.
Abro mis ojos y me encuentro con los suyos. Son unos ojos muy bonitos. Me miran con pasión, y un poco de...miedo. Puedo ver como se dilatan sus pupilas, quiere tomarme y yo quiero que lo haga pero también sé que debemos hablar. Debo confiar en él. Quiero confiar en él.
—Contéstame —susurra.
¿Eh? ¡Oh, sí!
—Sí, la leí.
—Bien, así que ahora lo sabes. No voy a dejar que te escapes de entre mis dedos. No cuando me costó tanto encontrarte.
¿Por qué tiene que decir cosas como esas? Con su pulgar acaricia mi mejilla. Es tan guapo. No me decido donde mirarlo, mis ojos se mueven rápidamente tratando de observar todo en él, sus hermosos ojos, su cabello casi negro, esas increíblemente largas pestañas. Y sus labios. Oh, esos labios.
—Eres hermosa...
Lentamente acerca sus labios a los míos y me besa, primero lentamente, apenas rozándome unos pocos segundos. No es suficiente. Necesito más. Acaricia su nariz con la mía, huele increíble. Con mis manos acaricio sus brazos. Su piel es suave, puedo sentir lo definidos que son sus músculos, me gusta eso, no es exageradamente musculoso, sólo lo necesario.
Su boca vuelve a la mía, esta vez permanece ahí, jugando conmigo. Lentamente me empuja hasta que estoy acostada en la cama.
—¿Por qué? ¿Por qué tratas de alejarme?—pregunta aunque suena mas como un reclamo.
No me da tiempo de responder. Su boca se pega a la mía, fuerte, exigente. Con mis manos toco cada parte de su cuerpo que puedo. Eso mismo me pregunto yo ¿Por qué demonios trato de alejarlo? Sé lo que siento por él, pero me aterra que al decirle la verdad se aleje de mí. Así que dejo que me bese. Y yo lo beso de vuelta tratando de mostrarle en esta sencilla acción lo mucho que significa para mí. Que no volveré a tratar de alejarme de él. Que lo amo. Me separo un poco y él comienza a bese mi cuello.
—Lo lamento Matt —Mi voz se rompe un poco al final y eso lo hace detenerse. Toma mi cara entre sus manos y une nuestras frentes.
—Yo también cariño. Por favor no llores.
Con sus labios limpia las lágrimas que escaparon de mi control. Sigue dejando un rastro de besos a lo largo de mis mejillas hasta mi boca.
Bajo mis manos hasta la toalla acariciándolo a través de ella. Sus caderas empujan contra mi mano y un gemido escapa de sus labios. Ese sonido envía olas de placer a través de mis venas. Lo necesito. Lo necesito tanto que duele.
En cuestión de segundos las pocas prendas de ropa que nos separaban se encuentran en un montón en el piso de la habitación.
Se acomoda entre mis piernas. Sentirlo de nuevo hace que un gemido de pura dicha escape de mí. Sus brazos están a ambos lados de mi cabeza. Sosteniéndose sobre mí. Acaricio cada parte de su cuerpo que puedo alcanzar. Lentamente empuja dentro de mí. Llenándome por completo. Ambos jadeamos.
—Te sientes tan increíble, cálida, perfecta. Mía.
Sale de mi cuerpo casi por completo y se empuja de regreso todo el camino, es increíble. Lo hace una y otra vez. Llevándome cada vez más cerca con cada empuje de sus caderas.
—Matt, yo...yo te...
—Shhh, déjame amarte cariño.—susurra.
—¡Oh, Dios!
Con un último empuje me tira por el precipicio, mi visión se torna negra y mi cuerpo se relaja de la manera más deliciosa posible, mi orgasmo desencadena el suyo, y siento como se derrama dentro de mí. Su cuerpo cae sobre el mío pero no puede molestarme. No me molesta en absoluto.
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MINE [editando]
عاطفيةJean Samuels tiene un oscuro pasado. Nadie salvo quizá su mejor amigo Amir puede mencionar lo que ocurrió... Hasta que llega él. Sabe lo que quiere. Y la quiere a ella. ¿Pero la querrá aún sabiendo sobre su pasado?