No puedo perderte (EdwardxJacob)

Permanecer unidos

¿Me han extrañado? Por si no lo supieron por mi anunció en mi perfil, no me siguen o no están leyendo "A veces te odio" les cuento lo que paso: Mi computadora y yo peleamos y ahora ella no quiere prender para dejarme escribir. Se descompuso al parecer sin reparación, no tendré nueva hasta la vuelta al ciclo escolar en Agosto. El plan es escribirlo todo a mano para pasarlo a digital y publicarlo. Difícil, pero no imposible y estoy tan emocionada que vale la pena hacer los esfuerzos ;)

-

Especial: Alec

5 meses más tarde

En retrospectiva debí saber que cuando decidí ocultarle a mi hermana lo que había pasado en Egipto las cosas se saldrían de control, pero en mi defensa había pensado que podría solucionar las cosas yo solo sin tener que involucrarla. Ahora cinco meses más tarde con una Jane enojada ante mí me arrepentía de ese pensamiento.

—No tienes que hacer esto Jane—Le recordé lo más amable que pude.

—Sí, tengo que—Ella dijo apretando los colmillos. —Has estado evitándome por meses sin explicación y ayer me enteré que te negaste a volver a Italia con los Vulturis—Me estremecí un poco al ver los ojos acusadores de Jane. Mi hermana al contrario del pensamiento común que todos los demás tenían no era una malvada bruja, bueno, no la mayor parte del tiempo.

—Eso es un mal entendido, yo solo dije que aun podía servir de algo aquí y...

—Aro dijo que tus palabras fueron "No voy a volver todavía, tengo cosas que resolver"—Jane me interrumpió groseramente. —¿Qué cosas importantes tienes que resolver aquí? —Pregunto entrecerrando los ojos de la misma malvada manera en que hacía cada vez que estaba a punto de infligirle eterno dolor a alguien.

Quise decirle, de verdad que sí, pero ¿Como le decía que en un giro drástico y prematuro de la trama había quedado "enganchado" con una loba? No cualquier loba, la mujer era hermosa.

—No lo entenderías Jane—Dije seriamente y estaba hablando muy en serio, mi hermana no lo entendería porque ni yo mismo podía entenderlo.

Jane y yo éramos iguales en tantos sentidos, por siglos ella y yo habíamos jugado a ser los favoritos del clan italiano atados a las órdenes de Aro, Cayo y Marco. Jane y yo éramos sus juguetes favoritos, lo sabía, lo entendía perfectamente y eso estaba bien para mí porque no podía recordar haber sido nunca nada más.

"¿Por qué un vampiro que anula los sentidos de los demás pensaría que no puede volver a sentir?, ¿Qué te vendieron en Italia Alec para hacerte creer que estas exento de las emociones humanas?" Ella había preguntado y no sabía porque, pero meses por delante de ese encuentro todavía eran esas preguntas las que me atormentaban, preguntas que a pesar de mis mejores convicciones me hicieron enfadar porque se sintieron tan cercanas a algo desconocido dentro de mí.

A Jane le gustaba ser el accesorio bonito con la capa negra y el poder de hacer a nuestros enemigos arrodillarse con tal de un elogio o una sonrisa de nuestros líderes, yo buscaba más. Yo siempre busque más, aunque me negara a aceptarlo, busque no solo la aprobación sino la pertenencia a algo más grande y el Clan de Italia me daba eso. Soy el portador de uno de los dones más fuertes en las filas italianas, el don de cegar los sentidos de nuestros adversarios para poder matarlos sin que pusieran resistencia ¿Y era yo el que no podía sentir y olvido lo que era sentir las emociones humanas?

—Explícamelo entonces Alec ¿Qué es lo que tú crees que yo no podría entender? —Medio gruño con los colmillos al descubierto, frustrada.

Qué las emociones humanas son para los humanos, los mortales débiles que no pueden defenderse de nosotros. Por siglos me dijeron que éramos más que eso, más que esos de los que nos alimentábamos y que no tenía sentido detenerse a pensar en ello.