No puedo perderte (EdwardxJacob)

Sinónimos para traición

Edward

"Edward Cullen" Su voz un gruñido. En mi pecho aleteo la caricia del reconocimiento, el alma de un inmortal aparentemente vació se llenó de colores y luz solar con el solo sonido de su voz en mi cabeza. "Mi alma gemela" Las palabras que nunca me alcanzaron antes me golpearon con todas sus fuerzas, las palabras que me grito y lloro a solas rompiéndolo en pedazos por fin encajando en su lugar. Incluso si era solo el ronroneo de su mente aquel reconocimiento fue suficiente para hacerme saber que Bella había tenido al menos parte de razón en esto: yo no podía ignorar la conexión que obviamente se había forjado cuando lo escuche.

Horas, días, semanas enteras junto a su cama escuchando la lucha por despertar como si lo escuchara debajo de una capa gruesa de hielo, todo el tiempo pensando en cómo sería cuando por fin abriera los ojos (ni siquiera había dudado de que lo haría) y la realidad no era nada en comparación.

No era amor, no del tipo de amor instantáneo que borra todo lo demás empujando a la persona que me conquisto en primer lugar a un rincón olvidable. No amaba a Jacob Black me di cuenta con asombro y temor, no lo amaba, pero aun así en la parte más primitiva de mí una conexión se estableció con él tan fuerte que sabía sin asomo de dudas que este hombre era mío. Era más que amor. Era pertenencia, calor, luz, calidez, protección, lo era todo.

El mundo giraba alrededor de Jacob Black, cada lazo que me mantenía en esta tierra era efímero, débil en comparación. El mundo, mi mundo era este chico.

Yo era su sombra y él era mi luz. No tenía espacio para reconocerme a mí mismo porque no éramos dos entidades separadas sino una. Reconocerlo no fue doloroso ni forzado de ninguna manera, de echo me desconcertó un poco que fuera tan fácil como tomar un aliento de oxígeno para llenar los pulmones o abrir los ojos después de cerrarlos un momento para encontrarse con los colores de lo que nos rodeaba, era tan sencillo como mover mi mano y alcanzar la suya porque estaba destinado a que sucediera.

Y sin embargo también fue intenso.

Nuestra conexión nos unió con fuerza aferrándose entre ambos con una sed incomparable que rogaba que escuchara cantando con fuerza, gritando mi nombre, suplicando. Había estado reprimida tanto tiempo, la conexión, el lazo desesperado por encajar y dejar al lobo de Jacob simplemente respirar.

Pude sentir el alivio de Jacob como si fuera mío. Un enorme por fin compartido.

Cerré los ojos sobrepasado por las emociones. Me concentre enteramente en como latía su corazón porque por un momento aterrador jure que estaba roto y estuve tanto tiempo enfocado en el sonido asegurándome de que estaba bien que casi podía escuchar el eco del mío porque esto era lo que significaba la imprimación. Era el estallido de un lazo intangible encajando con seguridad en un punto inalcanzable dentro de mi diciéndome que cada paso de mi vida, cada decisión tomada, cada tragedia y felicidad me habían llevado hasta aquí: de pie junto a la cama de mi otra mitad mirando a los ojos de la persona que por alguna razón estaba hecha para ser mía tanto como para que le perteneciera.

Que aterrador pensamiento, que liberador era haber encontrado un propósito tan claro para mi inmortalidad y una compañía tan hermosa. Un compañero perfecto. No tenía miedo, no había nada que temer. Esto era realmente lo que significaba estar imprimado a un lobo y nadie podría entenderlo sin experimentarlo de primera mano.

Jacob Black con sus ojos café, su sonrisa de sol, su piel morena y su corazón más leal, fuerte y bondadoso que nadie en este mundo era mío y yo le pertenecía a cambio.