No puedo perderte (EdwardxJacob)

El precio de la libertad

Especial de Charlie 3. Ultima parte.

—No es gracioso—Murmuro con los dientes apretados—No es... Jacob, si esto es una especie de broma entonces basta. —Jacob sacude la cabeza en una negación y mi corazón se rompe—¿Cómo? ¿P-Por qué? —Jacke me sostiene cuando me derrumbo y no puedo evitar querer golpearlo por eso.

—No se detendría ¿Sabes? Cuando le preguntamos, cuando intentamos que nos explicara sus razones... ella puso sus ojos en Edward y su familia ideal y nada la hizo cambiar de opinión. Casi me mata intentando alejarme de mi alma gemela, lastimo a Ness, a Edward, Rosalie...tu y los abuelos. Robo tantos recuerdos de tantas personas que ya no podíamos hacer la vista gorda—Porque se había convertido en un monstruo demasiado poderoso para ser detenido por medios convencionales.

—Ella...—¿Realmente no volverá a encerrarnos? El estómago se me revolvió de pensar en la pregunta, de desear más que nada poder borrar el puto alivio que sentí de saber que alguien dijo basta—¿Sufrió? —Pregunte en su lugar, sonaba como algo que un buen padre preguntaría.

—No—Jacob respondió pasando sus manos (¿Desde cuándo sus manos son tan grandes?) por mi espalda en un consuelo tranquilo.

—Bien—Murmure—Bien—Jacob asintió y me dejo apartarme cuando me empuje fuera de su abrazo.

Yo vi a este niño aprender a caminar, le enseñé a nadar y a pescar, estuve allí cuando le dieron su primera multa por exceso de velocidad y lo consolé cuando le rompieron el corazón. Debí estar allí cuando descubrió que era un hombre lobo, debería haberlo apoyado en el proceso como seguro Billy intento hacerlo el solo.

Amo a este niño como si fuera mío.

Mi puño le abrió el labio y lo estrello contra la pared con fuerza.

—¡CHARLIE! —Mi madre me grito, pero papá debió haberla sujetado porque solo Edward estaba allí balanceándose sobre sus pies como si quisiera intervenir mirando en silencio con las cejas fruncidas y los labios apretados.

—Ella era mi bebe—Le dije con los dedos entumecidos y el corazón tranquilo.

—Y mi mejor amiga—Jacob contesto sin mirarme a los ojos—Y la esposa de Edward y la madre de Reneesme—Mis hombros tiemblan con fuerza, pero Jacob levanta la mirada sin lágrimas en sus ojos ni arrepentimientos—Lamento habértela arrebatado, lo lamento muchísimo por el dolor que te hago sentir Charlie—Mi garganta se cierra y es solo porque conozco a este chico tan bien que sé que no se arrepiente de nada más que de eso.

Sería tan fácil odiarlo ahora, él no es mi hijo biológico y no importa cuánto cariño le tenga culparlo y odiarlo sería tan sencillo que no resultaría en ningún esfuerzo. Jacob mato a mi hija, eso es todo lo que debería bastar para que sacara un arma y amenazara con matarlo para que nunca volviera a mostrar su cara en mi casa, sería un pecado imperdonable. Parte de mi realmente le asquea verlo, pero más asco me doy yo mismo porque no soy lo suficientemente bueno como para odiar a la persona que me devolvió casi 15 años de mi vida, partes de mi personalidad y a mi propia familia.

—¿Tú la querías? —Pregunte sin saber qué respuesta quería escuchar, de todos modos, Jacob sabía mejor que contestar con nada más con la verdad.

—Ella no necesitaba escudos para hacerme su mejor amigo, nunca fueron necesarios. Ella era de mi manada, era parte de mi familia como tú lo eres. Claro que la quería, la quería muchísimo y la hubiera perdonado por tantas de las cosas que hizo, pero...—Edward apretó su hombro, pero alejo la mano como si quemara un segundo después, el vampiro aparto los ojos de Jacob con dolor.

Mi hija era preciosa. Nació pequeñita y tenía miedo de cargarla, la vi caminar en esta misma casa y escuché sus piecitos correr por estos pasillos. Jugo junto a Jacob cada día desde que tenían suficiente edad para caminar y se pelearon jalándose de los cabellos en el jardín rodando como monitos sucios por el lodo. Cuanto la había amado entonces, la había adorado.