Capítulo 15

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Nathan no se podía creer lo que estaba viendo. Había un Ford Modelo T muy oxidado. Estaba en medio del camino, completamente cruzado. Dentro del coche había un par de esqueletos, cubiertos completamente por hiedra y todo tipo de plantas. De la boca de uno de ellos salió una tarántula muy grande. Susana vomitó a un lado del camino. Claire le ayudó sujetándole el cabello. Nathan se acercó al coche, con cuidado de no asustar a la tarántula, pues no se parecía a ninguna que hubiera visto antes. Se fijó que en la zona de los indicadores, había una pequeña figura de cerámica de una niña junto a un pozo. No sabía porque le llamaba tanto la atención esa figura. Era una figura normal y corriente. A lo mejor era porque era extraño que una figura así estuviera en ese lugar.

-Extraño, ¿no crees?-le dijo por detrás Samuel.

-Nunca había visto a nadie que llevara una figura en el coche-dijo Nathan-, y menos de este tipo.-dijo mientras se acercaba a la figura para cogerla.

-¡NOOOO!-gritó Claire, impidiendo que cogiera la figura en el mismo momento que la tarántula se lanzaba a la figura, haciendo que se cayera del coche.

Vieron que la araña dejaba la figura y levantaba las patas en modo amenazador hacia ellos. Entonces una piedra la golpeó y no se movió.

-Odio las arañas-dijo Anne. Tenía varias piedras en la mano.

-Buena puntería cariño-le dijo Adam.

-Mi ex me enseñó-dijo Anne. Adam miró para otro lado.

Mathew se acercó para observar mejor a la tarántula. Era de un tamaño mayor de las demás tarántulas que había visto en otros sitios, como en casa de su prima Lindsay. Su prima tenía una tarántula que, a pesar de ser bastante grande, no era más grande que una rata. Esa era del tamaño de un gato de unos diez meses al menos. Se parecía a la Tarántula Marrón de Texas, pero era de un tamaño bastante mayor. Había estado estudiando las tarántulas durante muchos años y ahora era capaz de distinguirlas, pero esta le dejaba confundido. Estaba tan concentrado en la araña que no escuchó a Nathan acercarse.

-¿De qué especie crees que es?-le dijo haciendo que se sobresaltara-Lo siento, no quería asustarte.

-Tranquilo no pasa nada-le dijo Mathew.-Y respondiendo a tu pregunta, creo que es una marrón de Texas, pero mucho más grande. Lo que no entiendo es como ha llegado hasta aquí.

-Últimamente hay mucha gente que quiere tarántulas de mascota-le dijo Nathan-A lo mejor alguien la trajo hasta este pueblo y se escapó. 

-Puede ser-le dijo Mathew-, pero tengo mis dudas. A lo mejor alguien traficó con esta especie por esta zona. Date cuenta de que estamos en Ohio.

Mathew se alejó de la araña y regresó con el grupo. Nathan también regresó con el grupo y continuaron la marcha. Aunque no sabían hacia donde llegaba ese camino, tenían que averiguar lo que le había pasado a Brian. Era su amigo y además era la pareja de Susana. Ella ya estaba bastante mal por lo del accidente. Sabía que tenían que haber avisado a la policía, pero lo que harían era sacarlos del bosque para interrogarlos y, mientras, Brian seguiría perdido por el bosque. La noche anterior lo habían estado discutiendo entre ellos y habían decidido que lo mejor era esperar para informar a las autoridades. Mientras caminaban por ese camino que llevaba olvidado mucho tiempo, Nathan no dejaba de pensar en lo que le había dicho Mathew hacía unas horas. Tarde o temprano, le tendría que contar sus sentimientos a Claire.

Ryan y Catherine seguían el coche de los guardabosques a más o menos seis metros de distancia. Había algo que no le encajaba a Catherine de esos hombres, pero no sabía que era. Se había fijado en todo de ellos. El mayor de ellos había empezado a tener canas hacía muy poco, por lo que había visto. Apenas tenía. Además, tenía una pequeña cicatriz a la altura de la ceja que le había dejado una pequeña calvicie en ella. También se fijó en que de una de las piernas no caminaba del todo bien. Ella pensaba que era una vieja lesión, lo más probable de haber jugado al futbol. El otro, el más joven de los dos, era del que más sospechas tenía de que ocultaba algo. No paraba de mirarles nervioso todo el rato como investigaban el lugar de los hechos.

-¿Te has fijado como nos miraban todo el rato?-le dijo Catherine a Ryan.-Hay algo que no me cuadra.

Ryan la miró a la cara, directamente a los ojos.

-Cathy-le dijo-, se que tu instinto te dice que ocultan algo. A mi también, pero no podemos saber qué es lo que ocultan. A lo mejor no es nada, simplemente es algo relacionado con la casa o con la familia, incluso con el trabajo.

-Lo se-le dijo ella-, pero tengo un mal presentimiento.-estaba pensando en esos chicos-Creo que algo no cuadra con lo del campamento. Además, las desapariciones ocurren en el bosque, no en la ciudad. 

-Lo se-le dijo Ryan-, pero en la ciudad también está pasando algo. Lo presiento, como tu dirías.

Continuaron el resto del camino sin decir nada, mirando a los bordes del camino por si veían algún cuerpo, pero no vieron ninguno. Solo vieron algún que otro animalito y la antigua carreta que llevaba más de medio siglo volcada al borde del camino, casi llegando a la cabaña de los guardabosques.  

El coche que iba delante dio un volantazo y se estrelló contra un árbol. Ryan también dio un volantazo y acabó dando tres vueltas de campana a antes de golpearse contra un árbol. Catherine perdió el conocimiento, y Ryan también. A Ryan uno de los brazos lo tenía en una postura que solo podía significar que estaba roto. Paul y Phil estaban muertos. Paul había atravesado el parabrisas y yacía a varios metros del coche, en el bosque. Phil estaba en la camioneta, con una de las ramas del árbol contra el que se habían estrellado atravesándole un ojo y saliendo por el reposacabezas. En medio del camino, el Doberman observaba como la gasolina salía del coche de los guardabosques, mientras unas pequeñas llamas empezaban a asomar por el capó del coche.




La Maldición de Lincoln ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora