Capítulo 5

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La T1 se dirigió hacia la entrada del bosque para ir a la zona en la que iban a acampar.  Habían decidido acampar junto al Burned Witch River, en la zona oeste del bosque. La entrada estaba en la zona del hotel en el que se habían quedado a pasar la noche el día anterior. Encontraron la entrada. Era un camino de tierra de no más de dos metros de ancho por las ramas de los árboles. Al principio Susana no se decidía a meter la T1 por ese camino de tierra. No quería rayarla. Pero al final, avanzó por el camino de tierra.

-¿A cuanto estamos de Burned Witch River?-preguntó Susana a Brian, que hacía de copiloto.

-A unos...-empezó a decir él mientras consultaba el mapa.-dos kilómetros por este camino. Luego otro kilómetro a la izquierda y llegamos. 

Susana condujo la T1 por el camino. Nathan estaba mirando por la ventana. Estaba en el lado derecho de la T1, pues era el lado en el que no se mareaba en caminos con tantos baches. En cierto momento, cuando estaban girando a la izquierda, le pareció ver una mujer vestida de blanco, junto a un perro que parecía ser un Doberman. Cuando miró de nuevo, ya no estaban. Creía que se lo había imaginado. ¿O había visto realmente a esa mujer con ese perro?

Mientras seguían rumbo a la zona en la que iban a acampar, Nathan no dejaba de darle vueltas a la mujer que había visto. Estaba seguro de que la había visto en algún otro sitio, pero no sabía donde. Cuando llegaron al río, eran casi las dos de la tarde, así que lo primero que hicieron fue encender una fogata para calentar la comida que habían traído para hacer a la hora de la comida: unos cuantos chorizos de la granja del abuelo de Nathan, unas cuantas cuñas de queso y un par de kilos de jamón. Lo demás lo habían dejado en una de las neveras. Mientras Adam, Samuel y Brian montaban las tiendas, Nathan y Mathew fueron a por ramas para la hoguera. Las chicas sacarían los sacos y la comida.

Mientras buscaban ramas para la hoguera, Nathan le contó a Mathew lo que había visto.

-Mathew-le dijo-, ¿tu viste algo mientras veníamos por el camino? Yo he visto a una mujer con un Doberman.

-Yo he visto lo mismo-dijo Mathew-Justo antes de que llegáramos al río.

-Eso es imposible-le dijo Nathan-Yo la he visto antes de que giráramos a la izquierda para tomar el camino del río.

Ambos se miraron sorprendidos. Siguieron buscando ramas para la hoguera, sin decir nada más. Nathan no sabía lo que pensar. La idea de que una persona llegara a un sitio antes que un coche era ridícula. Cuando ya tenían tantas ramas que ya no podían cargar con ellas, dieron la vuelta al campamento.

-Creo que no era una mujer-dijo Mathew de pronto.-Creo que era n fantasma.

-¿Por que lo dices?-le dijo Mathew.

-Porque es imposible que llegara a donde yo la vi desde donde la viste.-dijo él.

Cuando llegaros al campamento, ya había tres tiendas montadas y habían preparado un círculo de piedras con un hueco para que las llamas no llegaran muy arriba. Pusieron varias ramas en el interior de lo que sería la hoguera. Anne y Adam no estaban en el campamento, lo que les extrañó un poco.

-¿Donde están Anne y Adam?-preguntó Mathew.

-Se han ido a dar una vuelta-dijo Brian-Van a empezar a documentar un poco los alrededores.

Siguieron montando todo el campamento. Después de montar las tiendas, encendieron la hoguera. Mientras volvían los demás, empezaron a cocinar los chorizos y empezaron a derretir queso para poder ponerlo en pan con el chorizo. Cuando estaban acabando de hacer la comida, llegaron Adam y Anne. Estaban un poco blancos.

-¿Habéis captado algo?-preguntó Mathew-Os veo algo pálidos.

-No-dijeron-pero escuchamos llantos de una mujer.

Les contaron que mientras grababan habían escuchado los llantos de una mujer en dirección al otro lado del río. También les mostraron la cinta de video. En la cinta se veía el bosque. Se veía un ciervo pasar por delante de ellos corriendo en dirección contraria al río. Entonces se escuchaba a Adam preguntarle a Anne si había escuchado ese llanto y ella le dijo que sí. Por extraño que parezca, no se escuchaba en la grabación .

-No me puedo creer que no se grabara-decía Anne- Se ha escuchado muy alto.

-Nosotros hemos visto a una mujer-empezó a decir Nathan-, vestida de blanco y con un Doberman.

Mathew estaba mirando para el suelo. Claire se acercó a él.

-Math-le dijo-¿estás bien?

Mathew no tenía buena cara. Estaba un poco pálido y apenas se movía. Parecía que le estuviera dando algo.

-Creo que me a picado algo venenoso-consiguió decir antes de desmayarse. 

Nathan se acercó rápido a Mathew y les dijo a los demás que le trajeran hielo. Tenía mucha fiebre. Le dijo a Claire que le trajera el botiquín. Le revisó los brazos primero, pues es donde había tenido la leña para la hoguera, pero no le vio nada. Se fijó en que de su camiseta estaba saliendo una araña. Le desabrochó la camisa y vio que tenía una picadura en el pecho. Se fijó en que la araña era una araña vagabunda. 

-Susana-le dijo Nathan-. Ve al pueblo y pide un antídoto de araña vagabunda.

Susana entró en la T1 y fue al pueblo a toda velocidad. Adam y Anne le trajeron hielo y se lo puso en la frente. A Mathew le estaba costando respirando. Solo les quedaba esperar que Susana llegara pronto con el antídoto.


Susana estaba conduciendo todo lo rápido que podía. En cuanto dio la curva que llevaba a la zona de la ciudad, pisó a fondo. Tenía que llegar a la ciudad lo más pronto posible. Cuando llegó a la ciudad, condujo al hospital. En cuanto llegó, paró la T1 delante y salió sin cerrar la puerta ni apagar el motor.

-¡Necesito ayuda!-dijo nada más entrar-A uno de mis amigos le ha picado una araña vagabunda.

Uno de los médicos corrió hacia el interior del hospital y volvió con una caja metálica en las manos.

-Te acompaño-le dijo el médico.

Volvieron en la T1 hacia el bosque. Mientras conducía hacia el interior del bosque, se fijó en que el médico estaba un poco nervioso. Mientras conducía, un perro, que le parecía que era un Doberman, se cruzó en el camino. Susana dio un volantazo para no atropellarlo y se acabó estrellando contra uno de los árboles. Susana se golpeó contra el volante y perdió el conocimiento, pero el médico salió despedido por el parabrisas del coche y se acabó golpeando la cabeza contra una roca, rompiéndose el cuello y muriendo en el acto. La medicina salió volando del coche y cayó entre la maleza. El Doberman estaba en medio del camino mirando el accidente. Una mujer vestida de blanco se acercó hasta el perro y se marcharon.



La Maldición de Lincoln ForestDonde viven las historias. Descúbrelo ahora