- Uno de ustedes será el rey de este mundo. Uno de ustedes gobernara sobre los débiles y destruirán todo aquel que quiera interponerse en su camino. – la voz de la emperatriz va dirigida a sus pequeños hijos.
Los tres herederos se encuentran amarrados fuertemente con cuerdas colgando desde sus muñecas. Con sus cuerpos desnudos y cubiertos de sangre, las heridas abiertas son cubiertas por nuevas. Los ojos hinchados de tanto llorar y sus gargantas adoloridas por los desesperados gritos de auxilio ignorados por los sirvientes del castillo.
Sin tener una pisca de piedad, la emperatriz levanta la mano dando la orden para que sigan con el "entrenamiento" dejando completamente solos a los pequeños niños junto a un hombre enmascarado, quien con un látigo comienza a golpear los cuerpos de los príncipes.
Los gritos inundaron el cuarto, gritos de desesperación, de dolor. Los pequeños rogaban su muerte para poder detener su agonía.
Ya no aguantaban lo que su propia madre les estaba haciendo, había días en donde con tan solo respirar se doblegaban de dolor. Comenzaron a creer que el amor que tenía su madre por ellos era completamente inexistente.
...
- ¡¿Qué crees que haces?! – la emperatriz enojada, le grita al hombre enmascarado como si hubiera cometido un pecado imperdonable - ¡No he ordenado que te detengas! – le quita el látigo de un tirón y con sus propias manos comienza a golpear a sus hijos.
Los infantes, colgando de sus pies, se retuercen evitando que el látigo choque con sus cuerpos. El dolor de los trillizos los llego a sentir el mismísimo verdugo, quien con vergüenza y miedo de la avaricia de aquella mujer por el poder causa que el hombre apartara la mirada.
Las heridas les sangra, sus ojos lagrimean, sus pequeños cuerpos duelen. Han estado toda la mañana colgados desde las manos para después ser introducidos en agua por varios minutos. ¿Cómo siguen vivos? El odio y el resentimiento va creciendo al pasar los días desde que están encerrados en aquel cuarto, ese sentimiento los mantiene cuerdos y evita que caigan en la locura.
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En la mesa se encuentran tres de vidrio con un líquido trasparente, un líquido mortal que podría terminar la vida de una de las bestias del bosque maldito.
Los pequeños estaban amarrados a sillas completamente inmóviles. La emperatriz observaba la escena expectante a los resultados de aquel experimento macabro. Una mujer con aspecto desnutrido y deformación en la cara, con agujeros de los cuales una extraña materia olorosa de color verde salía de ellos. Toma entre sus manos una de las ampollas y se dirige al príncipe Hans, agarra bruscamente el rostro del infante haciendo que abra la boca y en el instante en que lo hace, ingresa el liquido en su boca. Repite la misma acción con el príncipe Jaén y la princesa Esther. Un segundo tardo para que el veneno hiciera efecto, rápidamente los hicieron beber el antídoto, pero en pequeñas dosis.
Fueron llevados a sus habitaciones vigilados por doctores reales. No tenían permitido salir de las habitaciones sin permiso de su madre, los doctores miraban con lastima el dolor de los pequeños, pero sin poder hacer nada mas que verlos sufrir.
Los días pasaron y el veneno ya no surtía efecto en los cuerpos de los príncipes, comenzaban a ser inmune, uno más a la lista.
...
- Esto ya no está funcionando, - la emperatriz coloca su mano en la barbilla para pensar una nueva forma de tortura. – déjalos en el agua por más tiempo. Ya pensare que hacer.
Con esa ultima orden se aleja sin una pisca de remordimiento. El pasillo oscuro y deshabitado le recordaba sus días de encierro. Cuando siendo tan solo una niña fue secuestrada por rebeldes, días y noches siendo torturada para sacarle información importante.
Sus hijos tenían que ser fuertes y proteger a su reino. No podía permitir que volviera a ocurrir lo mismo que en el pasado, no podía permitir que fueran débiles, no como ella. Quien después de días hablo sin detenerse.
Tenia miedo de morir, miedo de seguir sufriendo, pero también se sentía decepcionada por ser débil y dejarse manipular. Le prometieron liberarla si les hablaba del rey o de su padre, el duque.
En el instante en que nació, su compromiso con el príncipe estuvo decidida por sus padres. Por eso mismo, fue blanco de los rebeldes, plebeyos que estaban en contra de la forma de gobernar del rey. Querían destruirlo y ella era parte de sus planes.
- No dejare que pase, - la emperatriz siguió su camino por el largo y ancho pasillo dejando de lado sus miedos e inseguridades. – ustedes, hijos míos. Serán fuertes e imparables.
...
- ¡Ayuda! – la princesa Esther grita desesperada, se encuentra encerrada en un pequeño cuarto sin absolutamente nada de espacio ni una pisca de luz, – Ayuda. – sus gritos van perdiendo fuerza.
- Es por tu bien pequeña, – su madre la escucha desde afuera sin ninguna expresión en el rostro. – ten por seguro que es por tu bien.
- Mamá, ayúdame. – su agonía y el veneno en su cuerpo la estaban debilitando aun más.
Llevaba ya tres días sin comer o beber una gota de agua, tres días soportando la oscuridad y el frio de las paredes de piedra, pero no se iba a dar por vencida. Quería que su madre estuviera orgullosa de ella, saldría viva de ese lugar y vería sonreír a su madre.
La inocencia de la pequeña princesa logro que sobreviviera, pero ella no vio la sonrisa de su madre, no escucho las palabras que tanto deseaba, solo recibió una mirada .
...
- Lo lamento, – el rey hablo, se arrodillo frente a sus hijos y los abrazo fuertemente, sin embargo, no recibió respuesta. – ya todo esta bien, ya no volverán a sentir dolor, ya no volverán a estar en ese horrible cuarto.
El emperador tomo una decisión que le partió el corazón dejando un gran vacío en él. La mujer que amaba se había convertido en un monstruo, estaba haciendo sufrir a sus hijos y ya era hora de intervenir.
Después de 10 años sin saber que hacer, decidió por su familia antes que al reino. No revelo las atrocidades de la emperatriz, pero fue acusada de intento de asesinato a un miembro de la familia real. Eso fue suficiente para acabar con su vida y así mismo con el sufrimiento de sus hijos.
A los príncipes ya no les quedaban lágrimas por derramar. No sintieron el dolor de perder a su madre, después de todo, no la consideraban como tal.
Perdieron su infancia, dejaron de sentir tanto físicamente como sentimental. Dejaron de lado todo lo que era innecesario para sus vidas y comenzaron a vivir con un solo propósito, el cual era "vivir sin sufrimiento".
Ampolla: Pequeño frasco de vidrio o plástico ocupado para acondicionamiento de fármacos y otras sustancias estériles.
Satirizada: Criticar a una persona o cosa de forma irónica.
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Queen: Una mujer igual puede gobernar.
FantasyUna emperatriz torturada desde su infancia. Un rey perdido entre los plebeyos de otro reino. Un reino destruido por un mal desconocido. Un reino repleto de traidores. La sangre de los corruptos correrá por las calles cuando esa pequeña niña suba al...