Capítulo 13

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Narrado por Esther

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Narrado por Esther.

Oscuridad, esta tan oscuro como si mis ojos estuvieran cerrados, como si yo estuviera dormida. No podía ver mis manos, pero sentía como las movía. A lo lejos, una imagen se proyectó frente a mí. Es mi madre, la emperatriz.

La veo sonreír mientras abraza al rey y le da la noticia de su embarazo. Puedo apreciar tanto la felicidad como el miedo en sus rostros. Le susurra palabras al oído que no soy capaz de escuchar. Se miran fijamente a los ojos y sonríen como dos jóvenes enamorados.

La proyección desaparece y la oscuridad me rodea de nuevo. No soy consciente de cuando tiempo ha pasado desde que estoy atrapada en este oscuro y aterrador lugar.

Una nueva imagen se ha proyectado frente a mí y mis ojos duelen por la repentina luz. En ella, puedo ver a la emperatriz con una enorme panza, quiero creer que somos nosotros, pero algo me dice que no es así.

Los ojos de la emperatriz brillan espléndidamente. Acaricia su vientre lentamente mientras canta una canción de cuna, es tan relajante que mis ojos se cierran inconscientemente. Un grito me devolvió a la imagen frente a mí. La emperatriz abraza su vientre con fuerza mientras sus ojos lagrimean, un hombre está parado frente a ella. No logro reconocer quien es, ya que su rostro esta distorsionado.

Puedo sentir su dolor y sin evitarlo, las lágrimas recorren mi rostro sin poder detenerlas. Mi pecho duele con tanta fuerza que siento como si me estuvieran arrancando el corazón. El grito de mi madre me destroza por dentro por cada segundo que lo escucho.

Duele, duele tanto. Aún más que las quemaduras en mi piel, aún más que los venenos. ¿Por qué madre está sufriendo tanto? ¿Qué le hicieron?

No sé cuánto tiempo llevo llorando y abrazando mis piernas. La imagen desapareció y lo último que vi fue el rostro de la emperatriz cubierto de lágrimas y sufrimiento.

Nuevas preguntas llenan mi mente desde que las proyecciones comenzaron a aparecer. Desde que sentí ese dolor inexplicable. Me han mostrado la pérdida del primer príncipe, un príncipe del cual yo no tenía idea de que existía y del cual nadie hablaba.

Después la proyección me mostro como el propio rey lloraba la perdida. Sentí su dolor nuevamente, ¿Por qué? No lo sé, pero las emociones que ellos sentían se apoderaban de mi cuerpo y mente.

Las imágenes se vuelven cada vez más confusas y dolorosas para mí. Gritos y lágrimas son las que salen cada vez que aparece la imagen. Me estoy quedando sin lágrimas y por cada segundo que paso en este oscuro lugar, más miedo me da.

La oscuridad es tan terrorífica, aún más que las heridas, aún más que el fuego, aún más que el látigo, aún más que el veneno, aun mas que mi madre. Los días que pasaba encerrada fueron un trauma insuperable para mí y este lugar me recuerda a esa oscura celda, a ese oscuro calabozo.

Estaba enojada conmigo misma por ser débil, por temerle a algo tan inútil e insignificante, pero, aun así, no evitada llorar y desear ser alguien más o simplemente morir por uno de los venenos que nos hacían consumir.

Queen: Una mujer igual puede gobernar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora