Capítulo 3

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Después de 10 años encerrados, sin convivir con algún otro ser humano a excepción del verdugo y la erudita, había llegado el día en donde serian incluidos en la alta sociedad, con 15 años debían de asistir a fiestas y reuniones con los hijos de lo...

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Después de 10 años encerrados, sin convivir con algún otro ser humano a excepción del verdugo y la erudita, había llegado el día en donde serian incluidos en la alta sociedad, con 15 años debían de asistir a fiestas y reuniones con los hijos de los nobles más reconocidos.

Algo realmente incómodo para ellos, ya que serían bombardeados con preguntas difíciles de contestar. Era de esa forma desde que comenzaron a ser vistos públicamente. Los susurros y rumores sobre ellos estaban en boca de todo el reino. Era un completo reto permanecer más de cinco minutos en un lugar concurrido.

Dentro de una semana se llevaría a cabo un baile en el palacio por el cumpleaños de los príncipes, una molestia para los protagonistas. Los trillizos ya estaban irritados de tantas clases de etiqueta, modales y baile.

El escritorio se encontraba repletos de libros relacionados a la etiqueta, como comportarse y cuales eran los pasos para los bailes.

Después de todo, cualquier joven de sus edades sabrían a la perfección cómo comportarse, se le ha inculcado desde que dieron sus primeros pasos los principios de los nobles, como debería de ser su conducta y es así como muchos de esos jóvenes terminan siendo engreídos y vanidosos.

Querían tener tiempo para ellos mismos, para leer o entrenar con la espada. Eso era lo importante, en vez de aparecer frente a personas quienes solo les interesaban el estatus que portaban. La corona que puede posarse algún día en la cabeza de los dos príncipes dejando de lado a la princesa.

"Una mujer no es apta para gobernar"

La mayoría, si es que no todos, estaban completamente de acuerdo con esa regla. La princesa seria casada con algún príncipe de otro reino para mantener la paz o algún noble de clase alta. Era el único reino que aún mantenía esa regla gracias a la mano derecha, quien ha manipulado al rey en muchas ocasiones para no revocarla.

La princesa era una chica decidida y formidable, su carácter siempre fue admirable, es una pequeña que ha podido soportar dolores inimaginables, a superado etapas de su vida que solo viven los caballeros mas reconocidos del reino.

Su entrenamiento podría superar al de las tres orden de caballeros. Guerreros entrenados desde jóvenes, hombres sin sentimientos ni empatía por sus víctimas. Cada uno de esos hombres fueron elegidos de familias plebeyas que no podían pagar impuestos.

Si no tenían para pagarlos, el rey tiene el poder y el permiso para llevarse a uno de sus hijos mayores. Sin embargo, si no tenían hijos, el marido y la esposa serian llevados juntos a las barracas militares. El hombre para entrenar, pero muy pocas veces podían con el entrenamiento y luego de unas semanas se desasían de los cuerpos, la mujer para hacer los quehaceres, lavar los uniformes, limpiar las armaduras y cuando su esposo moría, la obligaban a complacer a los hombres.

Algo común en los reinos, una mujer solamente sirve para eso.

...

Los días pasaban y los nervios aparecían, el miedo empezaba a emerger en los príncipes. Era algo nuevo para ellos, una fiesta para conmemorar el nacimiento, festejar un día que para ellos era la perdición.

Era la primera vez que celebraban su cumpleaños, no sabían como actuar ni como sentirse. Un problema que debían de solucionar lo antes posible o seguirían sintiéndose de manera extraña.

La princesa tiene que llevar un vestido, el mas hermoso del palacio. Los príncipes trajes elegantes, con largas capas.

Seguían sin poder acostumbrarse a la formalidad de la realeza. Cuando estaban encerrados solo llevaban harapos por días y días, no les permitían cambiarse ni bañarse, aunque hayan pasado semanas, incluso meses.

Su padre les ordenaba a los sirvientes que el baño estuviera preparado todos los días y a la misma hora, justo antes de dormir. Estaban agradecidos por eso, solo por eso.

Las clases de baile se llevaban a cabo justo después del almuerzo, clases de comportamiento y etiqueta por la mañana. No tenían permitido tocar una espada o arco hasta que aprendieran lo esencial para la nobleza.

Tenían que estar en presencia de sus otros tres hermanos, hijos de una concubina y el rey. A las concubinas del palacio se les daba el nombre de estrellas, sus hijos pasan a ser estrellas reales, pero no tienen el derecho de heredar el trono o inmiscuirse en la lucha por él.

El rey es el gran sol, la reina es la gran luna. Si tienen hijos varones, pasan a ser soles menores, si es una mujer, es una luna. Así ha sido de generación en generación y no se han cambiado las tradiciones desde que el reino se construyó.

Cuando se enteraron de que tenían mas hermanos, el rencor siguió creciendo en sus pequeños cuerpos. Su padre era feliz con su otra familia mientras ellos eran torturados en un calabozo.

Recuerdan claramente la sonrisa de su padre cuando les presentó a sus hermanos. Una niña con una mirada de arrogancia, dos pequeños tímidos que miraban sin saber en donde se encontraban. Sintieron asco de estar en presencia de tal escena que dieron media vuelta y se alejaron dejando a su padre con las palabras en la boca y un mal pesar en su ser.

- ¿Por qué padre nos hizo esto? – habla el príncipe Jaén, quien ha estado buscando a su padre desde pequeño. - ¿Por qué a ellos los protegió y a nosotros no?

Daba la impresión de que lloraría, pero fue entrenado para no mostrar sus sentimientos. Golpeo sus mejillas con la palma de las manos y se paró erguido.

- No te preocupes por cosas innecesarias hermano, – hablo el príncipe Hans, más maduro y serio, - sabíamos desde un principio que padre nunca nos amó o siquiera sintió lastima por nosotros.

- Dejen de hablar de aquellas personas, solo son extraños para nosotros, - la princesa era la que más le dolía todo el desprecio que su padre les tenia, - Solo nos necesitamos a nosotros.

- Tienes razón, - dijeron al unísono los dos príncipes.

- Parecen gemelos cuando hablan de esa manera, es terrorífico, - dice la princesa fingiendo un escalofrío.

Solo pueden ser infantiles cuando se encuentran completamente solos, estando los tres juntos pueden volver a reír como pequeños niños. 

Queen: Una mujer igual puede gobernar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora