Capítulo 2

42 11 0
                                    


- Emperatriz Inés, es acusada de intento de asesinato a un miembro de la familia real, – la mano derecha del rey comienza leyendo el pergamino que se encuentra entre sus manos. – como parte de la monarquía, sus acciones son imperdonables.

La arrogancia de cada una de las palabras dichas por aquel hombre, fueron ignoradas por todas las personas presentes. Ocultando la realidad de los hechos, una acusación falsa pero verdadera.

- ¡Lo hice por mis hijos! – los ropajes rasgados, el cabello enmarañado, el rostro sucio.

Se había perdido toda belleza de la emperatriz, su rizado cabello rubio, su piel de porcelana y sus extravagantes vestidos habían desaparecido en las semanas que llevaba en los calabozos.

- Lo hice por mis pequeños. – Susurraba derramando las lágrimas que llevaba guardando desde el instante en que las manos de esos horribles hombres la tocaron.

- Por sus acciones, es sentenciada a muerte, - el asombro de los ciudadanos no se hizo esperar.

Nadie llego a imaginar que ocurriría aquello, veían a la realeza como una familia perfecta sin conocer sus desalmados secretos. Muchos de los nobles educaban de la misma manera a sus hijos. Así serian fuertes e indomables y serian fieles al imperio, se le inculcaba desde su nacimiento a quienes debían de seguir.

Solamente los plebeyos eran una familia perfecta, la familia que todo infante soñaría tener. Aunque pasaran días completos sin comer y congelándose en las frías noches, eran una familia rodeada de amor y afecto.

Sin embargo, los príncipes solo eran simples niños inocentes en busca de felicidad y devoción, pero la crueldad no depara en edades o género y llego a destruir las vidas de los pequeños descendientes.

Han experimentado muchos sucesos que colocaban en peligro sus vidas. Al ser los herederos al trono, debían de fortalecer sus cuerpos y mejorar su salud, se sometieron acerbos  procedimientos para vigorizar sus organismos. De aquella forma podrían soportar venenos y entrenamientos sumamente abusivos.

Tan solo tenían 5 años cuando el primer veneno mortal entraba en su diminuto cuerpo, estando al borde de la muerte.

Desde ese momento, el sufrimiento de aquellos pequeños solo estaba en aumento sin que ninguno de ellos pudiera negarse. Sus débiles cuerpos soportaron innumerables periodos de agonía y días dolorosos, lagrimas se escapaban de sus ojos sin dejar que aquella angustia se escapase de sus labios. No gritaban ni se quejaban, solo cerraban fuertemente los ojos aguantando todo ese dolor por sí solos.

Los torturaban durante semanas para enseñarles que nunca debían de exponer información de su reino en caso de secuestro, en caso de que aquellos días de guerra volvieran. Los dos príncipes y la princesa sufrían en silencio por culpa de la avaricia de su madre. El emperador no podía decir palabras ante aquella situación, ya que puso antes el orgullo de su familia y decidió ocultar la crueldad que vivían sus propios hijos.

Después de que el rey decidió interferir y darle fin a la cruel vida que llevaban sus hijos, el emperador deseo que todo volviera a ser como antes, como cuando reían sobre las travesuras de los pequeños, cuando podían saborear los dulces y jugar con espadas de madera. Solo que los sentimientos de aquellos pequeños niños estaban en peligro. Ya no sentían de la misma forma desde que dieron comienzo a las torturas.

Su padre se sentía culpable al ver a sus pequeños hijos no volver a reír, no volver a jugar, no volver a ser inocentes y completamente ignorantes de la cruel realidad.

Cada uno de ellos dejo de comportarse como infante y lo único que hacían era estudiar y estudiar, después de las lecciones seguían leyendo libros o entrenando hasta que sus huesos se quebraran, no se daban descanso, sentían la necesidad de estar en movimiento o tener sus mentes ocupadas, porque si dejaban que sus pensamientos volaran por sí solos, las pesadillas volverían como el viento de invierno atrayendo su dolor y recuerdos desgarradores.

Su padre los veía con agonía y lamento, sus ojos ya no aguantaban las lágrimas que guardaba ni sus hombros el peso del sufrimiento que llevaba cargando durante más de diez años, diez años en donde se mortificaba cada día, cada noche pensando en que él era el culpable.

Se lamentaba el no haber interferido desde el principio, se siente culpable por dejar que la mujer que amaba y pensaba que era la mujer perfecta para cuidar de sus hijos se convirtiera en un verdadero monstruo.

En esos momentos le estaba dando fin a las pesadumbre y agonías de sus hijos, terminaría con la vida de la persona a quien más amaba para así proteger a su familia y el futuro del reino Anra.

- ¡No fue por el poder! – la emperatriz gritaba desesperada - ¡Fue para protegerlos!

Esas fueron las últimas palabras de la reina, su vida termino en el instante en que la hoja de la guillotina toco su cuello. Un grito de horror y luego un silencio abrumador.

Algunos celebraban por la muerte de una cruel mujer, mientras que los demás miraban en silencio el rostro del rey, el cual tenía los ojos fuertemente cerrados. Se mordía el labio inferior para evitar gritar y correr junto a la mujer que ama.

Los príncipes apartaron la mirada, mientras que la princesa no podía dejar de mirar el cuerpo inerte de su madre. De la mujer que los hizo sufrir una y mil veces.

- Adiós, madre. – la princesa dice en silencio para no ser escuchada por nadie más. – No te odio, solo quería que estuvieras orgullosa de nosotros, que nos felicitaras por haber sobrevivido, que me felicitaras por sobrevivir a lo mismo por lo que tu pasaste cuando eras pequeña.

Siente que alguien agarra sus manos, mira hacia cada una y ve entrelazada las manos de sus hermanos.

- Soy más fuerte, somos más fuertes a cambio de dolor, – aprieta las manos reconfortando a sus hermanos. – gracias por arrebatárnosla.

No estaba triste ni feliz, solo creyó que una mala persona había muerto. Sin más, da media vuelta alejándose de aquel desagradable lugar, llevándose consigo su más preciado tesoro, sus hermanos.

Acerbo: Áspero al gusto-Cruel, riguroso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Acerbo: Áspero al gusto-Cruel, riguroso. (No confundir con acervo)

Ejemplos: Jarabe acerbo-le hizo un acerbo comentario.

Queen: Una mujer igual puede gobernar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora