- ¿Está bien que queden solos?, - preguntan las sombras siguiendo al rey, quien trataba de secar sus lágrimas.
- Es lo mejor, necesitan aclarar su mente, así podremos hablar como se debe, - el rey se encamino a su estudio para poder pensar en cómo solucionar todo lo que estaba pasando.
Cuando pensó que por fin podría arreglar la relación con sus hijos tenía que suceder un accidente.
- ¿Qué saben de los secuestradores? – pregunta el rey algo que no hizo antes.
- Eran magos expulsados de su reino y criminales que escaparon del reino Ocra, - las sombras comenzaron a explicar la situación lo mejor que se les permitía, - aun no descubrimos por qué secuestraron a la princesa Esther.
- ¿De Ocra? – pregunta el rey desconcertado.
- Así es, su majestad, - las sombras explican lo que han averiguado, - al parecer no eran criminales sumamente peligrosos y por eso no estaban encerrados en los calabozos de la prisión Ra.
La prisión Ra se encuentra en las mazmorras del castillo en donde se llevaban a cabo las convocatoria de los 5 reinos.
- Eso es muy raro, la situación con el reino Ocra siempre ha sido la mejor de los 4 reinos y nunca habíamos tenido discordancia entre nosotros.
- Íbamos a interrogar a los secuestradores una vez capturados, pero los príncipes acabaron con ellos sin dejar siquiera a uno solo con vida
- Tendremos que comenzar desde el principio, - el rey resopla rendido, su cuerpo se siente cada vez más pesado y el alivio que sintió al saber que su hija estaba de vuelta, causo que todo el cansancio de su cuerpo lo tomara desprevenido, - dejare a tu cargo la investigación.
- Como ordene, - dicen las sombras para desaparecer.
- ¿Por qué ahora? ¿Qué hice mal? – se preguntaba el rey sin conocer las obvias respuestas.
El rey no quería inmiscuirse en la educación de sus hijos, después de todo, le había prometido a la emperatriz que solamente ella se encargaría de su educación sin importar la manera en que lo hacía. No supo los métodos después de años, pero cuando quiso interponerse, la emperatriz le saco en cara sus promesas y que debía de cumplirlas.
El rey amaba a la emperatriz, muy pocas veces se podía apreciar un matrimonio por conveniencia en donde florezca el amor, pero ese amor no perduro. Los tormentos de la emperatriz no la dejaban sentir todo el aprecio que el rey sentía por ella.
Sus pesadillas la seguían por todas partes, no permitió que el rey la tocara después de varios años de casados. Cuando la emperatriz se dio cuenta de que no le haría nada malo, confió en él, se entregó en cuerpo y alma al hombre que amaba.
El embarazo fue normal, eran meses de alegría para el reino y para la familia real. Banquetes y fiestas se celebraban todos los meses para que conocieran la felicidad de los padres. Pero al pasar los años con sus hijos, algo cambio en la conducta de la emperatriz, quizás alguien o algo que le recordaron sus traumas.
Los rumores transitaban por el castillo a todas horas, la mano derecha pasaba mucho tiempo en los aposentos de la emperatriz. Dicen que él fue el detonante, él fue quien incentivo a la emperatriz para darle ese tipo de educación a sus hijos, sin importar si era hombre o mujer.
Cuando nacieron y se dieron cuenta que eran más de uno, una gran oleada de miedo recorrió el cuerpo del rey. Tenía un mal presentimiento, pero no le tomó demasiada importancia. Pensó que solo eran pensamientos sin fundamento.
Dejo de lado esos pensamiento y disfruto del momento, dos hombres y una mujer. Iban a ser la familia perfecta, llenos de alegría e instantes inolvidables y así fueron los primeros 5 años, pero algo estaba cambiando en la emperatriz.
Las pesadillas comenzaron una vez más, despertaba con la piel sudada y la garganta adolorida por los gritos de la noche. El miedo la había subyugado hasta el punto en que no quería a nadie cerca, ni siquiera al hombre que amaba. Se encerraba días en su habitación sin dejar a nadie que entre, exceptuando a la mano derecha. Él se encargaba de llevarle el alimento y que permaneciera con vida.
Un día, la emperatriz salió de sus aposentos y con un rostro sereno comenzó su plan. Le hizo prometer al emperador que no se interpusiera en la educación de sus hijos y que solo ella podría verlos hasta cumplir la mayoría de edad.
- Mi rey, - habla el hombre que con anterioridad había estado en la habitación de la princesa, - la torre de magos se complace en ayudarle, pero con una condición.
- Lo sabía, - dice el rey consciente de lo que los magos quieren, - ¡Malditos magos! Siempre buscan saciar y sucumbir ante el conocimiento.
Así es, los magos podrían hasta dar su propia vida simplemente para experimentar, para saciar sus mentes y poder callar aquella voz en su cabeza que les repetía una y otra vez que no se detuvieran, que serían recompensados por todo su aprendizaje. Que los sacrificios serian recompensados y serian reconocidos por los 5 reinos.
Simples mortales, como llamaban los magos a los humanos sin poder ni habilidades para la esgrima, no entenderían como llegaba a funcionar su mente, tenían miedo de la sola mención de esos seres pavorosos. Su presencia causaba terror y dejaba paralizados a quien estuviera alrededor de ellos. Pero solo eran humanos con habilidades extras que los volvía completamente locos. Por eso mismo, ningún niño ni adulto esperan despertar ese poder oculto que se encuentra en todos los habitantes.
La magia seguía siendo un misterio para los reinos, misterios que se iban descubriendo en el pasar de los siglos y décadas.
- ¿Qué es lo que quieren? – pregunta el rey sabiendo la respuesta que tanto temía.
- Investigar, su majestad, - las palabras salieron lentamente de los labios del misterioso hombre arrodillado frente al escritorio del rey.
- ¿Investigar qué?
- Los poderes de la princesa...
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Queen: Una mujer igual puede gobernar.
FantasyUna emperatriz torturada desde su infancia. Un rey perdido entre los plebeyos de otro reino. Un reino destruido por un mal desconocido. Un reino repleto de traidores. La sangre de los corruptos correrá por las calles cuando esa pequeña niña suba al...