- ¡Oye! – el grito desesperado de la princesa se escuchó en todo el lugar.
El hombre se convirtió en un árbol sin habla. Los segundos pasaban y aquel árbol comenzó a secarse, sus hojas caen y son llevadas por el viento. El árbol se convierte completamente en cenizas llevadas por el viento sin dejar siquiera un solo rastro.
Los hermanos están paralizados, el asombro de ver aquello con sus propios ojos era algo que no podían creer, ni mucho menos explicar.
¿Guardianes? No sabían de que habla, a menos de que se traten de las antiguas leyendas del bosque hechizado. En ellas podían encontrar hombres de ramas, grandes lobos e incluso elfos y duendes. Guerreros del más alto nivel, pero solo eran leyendas, cuentos que las madres les contaban a sus hijos al momento de dormir.
La princesa Esther comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza, estaba llena de pensamientos confusos y preguntas sin respuesta. El hombre se estaba refiriendo a ella, a su poder que ni siquiera por sí misma entendía.
Desde que se sumergió en aquel hechizo, desde que las proyecciones comenzaron a aparecer delante de ella y le mostraron el pasado que nadie conocía, no sabía que lo estaba pasando ni lo que pasaría una vez despertara.
De un momento a otro, toda su vida se volvió en una completa intriga, no sabía lo que era cierto y lo que era mentira. Preguntas y más preguntas comenzaron atormentando sus sueños y sus momentos de tranquilidad.
- Esther, ¿Estas bien? – pregunta el príncipe Hans al ver que el color del rostro de su hermana había desaparecido por completo.
- Si, estoy bien, - responde, sin embargo, su respuesta no tenía fuerza, como si el aire no llegara a sus pulmones.
- Regresemos a tu habitación, necesitas descansar, - comenta el príncipe Jaén.
- No es momento de descansar, - al dar un paso, la princesa Esther se tambalea a punto de caer al suelo.
- Tienes que descansar, - exige su hermano, el príncipe Hans, alcanzando a agarrar su brazo para que no caiga, Jaén hace lo mismo y de esa forma se la llevan a su habitación.
- ¿Crees que padre sepa algo de lo que hablaba ese hombre? – pregunta la princesa, está siendo arrastrada por sus hermanos, ya que no quiere volver a su habitación. Después de todo, lleva semanas encerrada en ella.
- Es poco probable que este enterado de algo relacionado con ese bosque, - responde el príncipe Hans.
- ¿Por qué lo dices? – pregunta su hermano, como si la respuesta no fuera lo suficientemente obvio.
- Padre nunca ha visitado ese lugar, según el doctor real que se encargaba de mis cuidado, el rey a estado reacio a acercarse al bosque encantado, porque criaturas peligrosas y malignas lo habitan, - cuenta el príncipe Hans.
- Al parecer te toco un doctor bastante parlanchín, - dice la princesa Esther, tratando de cambiar el tema y así no la obliguen a ir a su habitación.
La conversación siguió el resto del camino, la princesa no pudo lograr su cometido y aun así la obligaron a quedarse en la habitación, pero con una condición. Que le llevaran algunos libros de la biblioteca real relacionados a lo que había sucedido.
Los guardianes del bosque son una leyenda tan antigua que es muy seguro que varios libros tengan algún tipo de información importante dentro de ellos, como también cosas sin sentido. Se pregunta el cómo sabrá cual de toda esa información es cierta y cual es falsa.
Se quedo en su habitación a la espera de sus hermanos y los tan ansiados libros. El rey le construyó sus propia biblioteca cuando se dio cuenta que pasada horas y horas en la biblioteca real. Deseaba consentirlos y esa fue una muestra de afecto de parte del rey.
Al encontrarse sola, dejo volar sus pensamientos, cerro los ojos y se imaginó una y mil posibilidades de lo que podría pasar a los días futuros. Pero no llegaba a un escenario que pudiera satisfacerla, no conocía realmente los hechos y el ponerse a pensar solo le creaba más preguntas.
El pasar de los segundos y lo cansada que estaba su mente, causo que quedara completamente dormida.
En la biblioteca.
- ¿Crees que Esther se encuentre bien? – pregunta el jaén, mostrando una notoria preocupación por su hermana.
- No lo sé, estoy seguro de que su mente debe de estar repleta de preguntas sin respuesta, - responde Hans, - ella no está bien.
- Muchas cosas le han pasado en los últimos meses, me siento culpable de no poder protegerla, - el príncipe Jaén siente un gran afecto por su hermana, cualquiera que se atreva a hacerle daño, es muy probable que termine sin vida, - le prometimos a ella protegerla con nuestras vida y estuvo a punto de perderla.
- Nos estábamos dando por vencido en el comienzo, - sigue el príncipe Hans.
- Ella nos necesita tanto como nosotros a ella, somos un equipo y solo nos tenemos a nosotros.
- Démonos prisa, seguro nos está esperando impaciente, - dicho y hecho, siguieron buscando arduamente cualquier libro relacionado con los guardianes y al hallarlos, eran enviados a la biblioteca privada de la princesa.
Los minutos pasaban y la búsqueda se complicaba cada vez más, los libros que encontraron fueron pocos y varios tenían una información parecida, por lo cual no eran de mucha ayuda.
- ¿Qué es esto? – pregunta el príncipe Jaén al tomar un antiguo libro entre sus manos.
El libro no llevaba un título que lo identificara ni mucho menos el autor quien lo escribió. Al abrirlo y poder leer de lo que trataba, se dieron cuenta que estaba en una lengua antigua, un idioma casi extinto y que muy pocas persona en los 5 reinos podían leer siquiera algunas palabras.
Con su poco conocimiento al respecto, el príncipe Hans pudo traducir algunas palabras que le dieron indicios de lo que trataba.
- Al parecer es un libro sobre ¿magia de control? – no estaba seguro de lo que sus ojos observaban.
- ¿Crees que Esther pueda leerlo mejor? – pregunta el príncipe Jaén, con una inocencia de un infante de 5 años, con esa inocencia que perdió ese día.
- Sabemos que sí, no hay nada que ella no pueda hacer, - responde a la pregunta de su hermano con una seguridad imposible de quebrantar.
Ambos hermanos tenían altas expectativas sobre su hermana y ella trataba de cumplirlas lo mejor posible. La cantidad de libros que ha leído ha sido inmensa y de gran ayuda cuando el momento así lo requiere. Aun así, su conocimiento sobre el mundo exterior es casi nulo, pues los rumores y conversaciones entre las criadas la mantienen al tanto de lo que sucede detrás de los muros que rodean y protegen el castillo.
- ¿Lo llevamos?
- Claro que sí, de todas maneras, lo encontraría tarde o temprano.
- Eso es cierto, - sonríe el príncipe Jaén al imaginárselo.
- Vamos, ella nos espera.
Al llegar a la habitación de la princesa, se encuentran con la sorpresa de verla dormir plácidamente en su cama, no la despiertan, después de todo, lleva días sin poder conciliar el sueño como es debido y su salud se estaba deteriorando al pasar los días.
Se quedan con ella en la habitación, ya que las pesadillas no la dejan descansar y si una se presentaba, ellos estaban listos para luchar contra ellas...
ESTÁS LEYENDO
Queen: Una mujer igual puede gobernar.
FantasyUna emperatriz torturada desde su infancia. Un rey perdido entre los plebeyos de otro reino. Un reino destruido por un mal desconocido. Un reino repleto de traidores. La sangre de los corruptos correrá por las calles cuando esa pequeña niña suba al...