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❝𝙿𝚘𝚛 𝚏𝚊𝚟𝚘𝚛, 𝚍𝚎𝚖𝚎 𝚞𝚗 𝚞𝚕𝚝𝚒𝚖𝚘 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚌𝚝𝚊𝚌𝚞𝚕𝚘❞
- ¿Tienes miedo, Pay? – pregunto Julie mientras se recostaba a un lado de Payton.
- ¿Miedo? – cuestiono el castaño extrañado.
No sabía a qué se refería su pequeña Julie, ¿miedo a morir? ¿miedo a las arañas? ¿miedo a perderla?
- Si, Pay – se levantó Julie y lo observo preocupada – miedo a que no terminemos juntos – se preocupó aún más - a que ahora estemos juntos pero que dentro de algunos años ya no lo estemos.
El castaño se sentó en el pasto y la abrazo, él no tenía miedo a eso, pero su pequeña Julie sí.
- Julie – la llamo – aun no has comprendido, nunca estaremos seguros si terminaremos juntos, pero sí sé que te tengo en el "ahora"- sonrió y atajo la mejilla de la castaña con su mano – no te puedo prometer un futuro, pero si te puedo prometer que siempre te amare, de alguna forma u otra siempre lo hare.
Payton no mentía, Julie era la estrella de su constelación favorita y siempre lo seria, para él esa castaña de ojos azules era su todo, no era la simple chica que había conocido solo porque si, era la chica que lo conmovió con su dulzura, que lo cautivo con sus palabras, Juliette era Juliette, una estrella que brillaba sin pensarlo.
- Pay – Hablo Julie – si no es en esta vida te encontrare en la siguiente y me encargare que tengamos una historia digna para contar.
- ¿Me lo prometes Julie?
- Te lo prometo Pay.
Julie siempre desaseo encontrar a un chico que la mirara como a una persona que sentía y pensaba, no como un objeto que se tenía que presumir, quería encontrar a esa persona que mirara las series que a ella le encantaban para acompañarla y que no se sintiera sola, para que la pudiera acompañar con la misma emoción al ver otro capítulo, quería más que un amor adolescente, quería un compañero de vida, no a un chico que la juzgara o despreciara sus gustos.
Leer tantos libros de amor había dejado a la pobre Julie con alguna que otra expectativa, pero había sido afortunada de conocer a Payton.
Payton había encendido el corazón de Julie, había hecho que Juliette no fuera arrastrada por las olas de su tristeza, y no era porque Julie dependiera de el para seguir viviendo, si no por que Payton le entrego a la castaña su amor y su corazón sin dudarlo.
Y se había dado cuenta que amar era tan simple como darse cuenta que con las cosas más cotidianas que el hiciera, siempre harían que lo amara más de lo que lo amaba en el ayer.
