ALEXA
Llegamos a la casa de Sky y dentro estaba la madre de ella. Sky iba de mi mano, esta era tan pequeña y cálida. Su piel era suave y noté como tenía pequeños cortes, casi invisibles en ella.
- Buenas tardes señora, soy Alexa, soy una amiga de su hija, encantada de conocerla. - me presenté y le tendí mi mano gustosamente.
- Ohh, Alexa, tranquila, eres siempre bienvenida a casa, mi hija me ha hablado mucho de ti, puedes llamarme por mi nombre, soy Leire encantada.
En cuanto oí que Sky había hablado de mi a su madre fijé mi visa en ella. Estaba sonrojadísima, que mona.
- Esta bien Leire, muchas gracias.
- Oh hija nada. ¿quieres quedarte a cenar y a dormir?, te invitamos tranquila. - dijo adentrándose en lo que creo que era la cocina.
- Mamaaaa, seguro que esta ocupada, jooo.
Me parecía una escena muy tierna y divertida, como Sky le reclamaba a su madre. Sentí una punzada en mi corazón al recordarla a ella, yo también quería eso, lo anhelaba, ese amor que perdí hace mucho tiempo, lo que hizo que fuera así...
Sky se dio cuenta de mi ausencia y me cogió de la mano. Me miró e inmediatamente entendí lo que sus ojos querían decirme: no estás ola, estoy contigo.
Cogí fuerzas y la sonreí de nuevo. Ella estaba devolviéndome a la Alex que hace tiempo escondí en lo más profundo de mi ser.
- Encantada señora, con gusto aceparé cenar aquí.
Me adentré a la casa y proseguimos a hacer la cena. Fue algo muy divertido ya que Sky se tropezaba con facilidad y en vez de ayudar desastraba aún más.
- Hijaa, mejor ves a ducharte y ya nosotras preparamos la cena. - me miró complice y me reí tan fuerte que Sky izo un puchero hinchando sus mejillas.
Que adorable.
- Si mama...
Sky se fue a regañadientes a la ducha y yo me quedé con la madre. Perfecto quería hablar con ella.
- Leire, verás quería comentarle una cosa. - dije seriamente.
- Dime hija.
- El otro día me quedé como usted sabe con su hija en mi casa, debido a que se enfermó y no podía dejarla sola. Verás esa noche le dio un ataque en el cuál temía a alguien, mejor dicho a "él" según ella. No voy a adentrarme en este tema hasta que ella decida decirme, pero...
- Dime, me estás asustando mucho hija.
- Verás. Hace ya dos días, he notado que un hombre vigilaba la casa de su hija y por ello decidí acompañarla a casa y hoy esa misma persona la agarró del brazo arrastrándola. Creo que quería llevarse a Skyler. Seguramente conocía, me daba esa impresión.
- Ay dios, ¿viste su rostro? - dijo palideciendo.
- Desgraciadamente no. Era un hombre mayor de su edad aproximadamente, tenia algo de barba y de cabello... como el color de Skyler. Era alto y robusto y no sé que más decir.
- Santo cielo. - se llevó las manos a la boca.
- Señora no se preocupe, no se aún que significa su hija para mí, pero deseo cuidarla. Hasta el momento ha sido la única que me ha brindado calidez y ha sido honesta conmigo. Le tengo cariño y es una chica muy tierna....
Tuve que parar porque Sky nos habló.
- Mamá, tienes que comprar un par de cosas. Unos de alimentos y otras de casa.
- Está bien hija, voy ahora.
- Señora, déjeme ir a por la comida con usted, es tarde.
- Esta bien. Hija ya volvemos.
SKYLER
Mi madre y Alex se fueron y yo me dediqué a limpiar un poco la casa. Minutos más tarde, escuché como tocaban a la puerta y fui a abrir. Nada más abrir ese olor tan desagradable y nauseabundo inundó mis fosas nasales. Era él, él había venido por mi.
- Hola pequeña Skyler, cuanto tiempo ¿no?, ¿me echaste de menos? - dijo con una sonrisa maliciosamente.
Me paralicé, intenté gritar pero él me tapó la boca, puso el pestillo de la puerta y me obligó a avanzar a mi habitación. Mis lágrimas no tardaron en salir.
Él me golpeó en la mejilla tan fuerte que perdí la orientación y caí de bruces.
- Alexa...
- Alexa eh, esa chiquilla que iba a tu lado seguramente, después de ti iré por ella. - comenzó a reír y a desgarrar mi blusa con un cuchillo.
- ¡Nooo! Alexa no por favor. Ella no hizo nada. - dije suplicando asustada y atemorizada de que él pudiera hacerle algo.
- Si te portas bien, no haré nada pequeña Sky.
Odiaba como me llamaba, me daban arcadas. Ya sin fuerzas comenzó a besar mi cuello y a masajear uno de mis pechos con fuerza haciendo que chillara de dolor. Mal echo, me llevé un puñetazo de parte suya y callé de nuevo. Me sentía sucia en ese momento, sucia.
Siempre lo he estado desde la primera vez en que él me tocó... comenzó a apretar con fuerza mis muslos, seguramente me iba a dejar moratones. Su aliento se iba acercando a mi zona íntima, mis lágrimas salieron al instante, ahí lo supe, él me iba a violar de verdad iba a pasar a hacer algo más extremo, algo que me haría querer desaparecer definitivamente de esta mierda de mundo....
No sé cuando ni como, pero dejé de sentir su aliento en mi zona íntima y al alzar mi vista él estaba al otro lado de la habitación agarrándose el abdomen y la cabeza con dolor. Subí mi vista con miedo hacia atrás mía y la vi. Vi a mi Alex.
Sus ojos conectaron con los míos al instante, eran orbes oscuros, estaba furiosa se le notaba. Estaba delante de mí, apretando con fuerza sus manos y calmándose lo que más le dejaba la situación. En ese momento no sentí miedo, sino alegría porque ella vino a salvarme, mi Alex...
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Eres mía pequeña
RomanceNunca supe que era amor hasta que la conocí, frente a ella un muro de hielo, el cual indestructible no era. Una vez pasado ese muro, una pequeña que necesitaba amor verdadero. Mi amor le pertenece, porque su sonrisa quiero proteger... Nunca pensé qu...