TE NECESITO

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ALEXA

Desperté en la cama de Skyler, iba vendada y me dolía todo el cuerpo, sobretodo el abdomen, esa apuñalada me va a costar una cicatriz. Dentro de lo que cabe es normal que me duela como cristo, después de la pelea que hubo ayer... Miré a mis alrededores y estaba sola, intenté levantarme como pude en busca de Sky, pero mis piernas fallaron. Iba a caer pero alguien me sujetó. Mi rostro estaba apoyado en el pecho de alguien... esa fragancia que tanto me calmaba, era Sky... aunque me taparan los ojos, siempre la reconocería tan solo por su dulce y suave fragancia que tanto la caracteriza. Un olor a vainilla que combinaba perfectamente conmigo, ya que ella me dijo que olía a café.

- ¡Alex!, no puedes levantarte, tienes varias costillas rotas y recibiste muchos golpes y tu mano y costado... - ella al no poder sujetarme más tiempo cayó lentamente al suelo, mejor dicho caímos yo en su pecho abrazada por ella recostándonos en la cama... ese sentimiento de calidez es el que estuve buscando durante tanto tiempo después de que ella se marchase.

- Perdona Sky, no te vi y quise levantarme, lo siento, pero ¿podrías llevarme a la cama de nuevo?, creo que sola no puedo y prefiero tumbarme ya que he comprobado de que estás bien.

Sky me llevó a la cama con cuidado, pero algo en ella estaba mal, no me dirigía la mirada, así que le cogí el rostro e hice que mirara hacia mi dirección, ella estaba llorando...

- Eh pequeña, ¿por qué lloras? - la acerqué a mi y la abracé con fuerza.

- Y-yo-yoo... por mi cul-culpa estás así, no hice nada por protegerte... - ella agarró mi camisa con fuerza, era la primera vez que la veía así, se veía tan tierna...

- Sky, tonta no te preocupes, te necesito a mi lado, hacía mucho tiempo de que alguien me quería como tú, así que te protegeré siempre que haga falta, porque eres mi pequeña. Tu fuiste el pequeño rayo de luz que rompió mis fríos muros.

- Pero tu... tu acabaste muy herida, todo por mi culpa. - Sky seguía llorando, sus mejillas estaban rojas, y no pude evitarlo, la abracé. Ella se sobresaltó y sus ojos demostraban sorpresa y sus mejillas enrojecimiento, antes de que hablara comencé a hablarle.

SKYLER

Alexa me abrazó y no sabía que hacer, me tomó totalmente desprevenida, callé y ella comenzó a hablar.

- Sky, en ningún momento me obligaste a protegerte, si lo hice fue porque quise, y porque no iba a dejar que ese monstruo te hiciera algo. Soy así de impulsiva y simple, no pienso simplemente actúo como me dice el corazón que lo haga, y esta vez me dijo que te cuidara y que te protegiera de ese malnacido ser, como el día en el que vi como te agredían y nadie hizo nada. Soy impulsiva porque no me sé controlar, ya desde pequeña vi mucha agresión por parte de mi padre y su abandono cuando tan solo tenía 5 años repercutió en gran manera en mi personalidad. Mi madre intentó darme amor incondicional, pero ella casi nunca estaba en casa por el trabajo, nadie me dijo que hacer en ese tipo de situaciones ya que he estado sola durante mucho tiempo. Mi madre me abandonó por así decirlo porque según ella fue a hablar con ese hombre y me dejó sola varios meses antes de conocerte. Yo siempre fui una chica cariñosa y dócil, pero desde que mis dos pilares se fueron, cambié, no quería verme débil y estudié artes marciales para poder defenderme sola. Las artes apaciguaban mi ira, porque no la controlaba bien y me calmaban, soy muy sensible en verdad y no controlo mis sentimientos. Maldita sea Sky, simplemente quería que tu... que tu siguieras siendo mi luz. Quería que me devolvieras a esa Alexa que creí que había desaparecido, quería volver a sonreír de nuevo, pero lo que más anhelaba era... era conocerte más, hacer más cosas contigo, saber facetas tuyas que desconocía como ese pequeño lado infantil que me mostraste en mi casa... - Alexa comenzó a llorar, ella se había desmoronado frente a mí y me confió todos sus dolores y miedos abriéndose a mi...

La abracé y la atraje a mí, ella estaba fría y sus ojos estaban rojos como su nariz.

- Alex, yo, como podrás observar soy una chica tímida con un trauma por esa persona, mi padre. No llevo nada bien el contacto físico, y ya que Alba o Dafne pudieran tocarme era algo milagroso. Ellas dos estuvieron a mi lado desde que era una niña pequeña y saben mi pasado. Me sobreprotegen y cuidan como si fuera algo fácil de romper.

Ese día en que te vi por primera vez, me maravillé, sentí tal calidez en tu mirada al verme... me asustaba cuando te enfadabas pero cuando me tocabas, no me daba asco ni miedo, me relajaba y me infundía calma. Cuando estabas conmigo, aunque fueran por pocos ratos, podía ser yo, reír, tocar a alguien con normalidad sin sentir miedo o que me tocaran sin sentirme sucia y asquerosa, era feliz... quiero que sigas siendo mi amiga y que no te alejes de mí, porque para mí, en este poco tiempo que he pasado junto a ti, me has echo ser yo y salir de las cadenas que me tenían atadas. Contigo, Alba Y Dafne, creo poder liberarme de todo y volver a ser yo.

- Sky... yo también quiero ser más amiga tuya, quiero conocerte más y poder sonreír con libertad de nuevo, quiero afrontar a mi madre y quiero ser fuerte, gracias por no huir de mí...

Los ojos de Alexa se entrecerraban, iba callando y me acomodé de una forma más cómoda para ambas. Ella se acurrucó en mi pecho y cerró los ojos.

Pasamos poco tiempo de conocernos, pero es como si la hubiera conocido de toda la vida, comencé a acariciarle diversas partes de su cuerpo, la piel era suave y delicada. Comencé a sentir con más intensidad su cuerpo, un cuerpo bastante ejercitado, unos ojos hermosos, labios grandes y suaves, como decirlo, la chica perfecta se encontraba entre mi pecho, algo irreal para mí.

- Umm, Sky, ¿me acaricias la cabeza?, me gustan las caricias en el rostro o cabeza, me siento muy relajada. - ella se acomodó mejor a mi lado y me rodeó con sus brazos, era ese momento en el que era usada como una almohada. Era tan tierna, nunca la vi de esa manera, ella era siempre la que me abrazaba y acariciaba, pero no sé, me sentía como que era necesitada... sus ojos se cerraron y su respiración se calmó.

Rodeé con mis dedos y con mucha lentitud y suavidad cada parte de su rostro, nariz pequeña, mofletes, sus ojos y finalmente sus labios. Ella comenzó a relajar su cuerpo y le comencé a acariciar su cabello, era grueso y largo pero a la vez suave, ella en sí olía muy bien, rocé sus orejas pequeñas y frías, y acaricié su cuello y barbilla con ternura, en verdad "te necesito" pequeña, comencé a murmurar hasta que ambas caímos rendidas ante Morfeo por el cansancio.

Dios, demasiadas emociones. Este capítulo y tranquilo, me ha devuelto la estabilidad emocional perdida en el anterior. 😭😭😩🖤

Recemos porque sigan juntas en adelante. ✨🙏❤️

Eres mía pequeñaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora