ALEXA
Skyler comenzó a convulsionar, su mirada estaba perdida, apagada... Intenté acercarme pero comenzó a gritar que me alejase, estaba llorando y se estaba autolesionando. No sé porque pero me acerqué llevándome un par de azotes y arañazos en mi rostro y brazos.
Le cogí de sus manos, y la junte a mí. La abracé con fuerza y la coloqué en mi pecho. Con dificultad la logré tranquilar un poco y intenté hablarle.
- ¡Skyler, mírame! - ella comenzó a ejercer más fuerza.
- ¡No me toques, aléjate! - comenzó a llorar con más fuerzas, ella estaba ida, no estaba conmigo, estaba en lo que mierdas estuviera pensando.
- Sky... no voy ha hacerte daño... shhh tranquila, pequeña...
La acerqué lentamente a mí y junté nuestras frentes. La miré a los ojos con dolor y le besé la frente con delicadeza.
- No voy a dejar que nadie te haga daño, pequeña, mírame, déjame ver esos preciosos ojos que sólo tu tienes y que envían a un mundo lleno de calidez.
- Y-yo.. ¡aléjate, te va ha hacer daño! - aún seguía con la mirada perdida.
Le cogí suavemente la barbilla e hice que me mirara a los ojos.
- Pequeña, no estás sola. Aquí nadie va a tocarnos, solo estamos tu y yo, este mundo mágico nos pertenece solo a ti y a mi, lo prometo, no va ha hacernos daño, ni esa persona ni nadie, nadie te va a hacer llorar.
Pequeñas lágrimas salieron de mis ojos, me dolía verla tan mal, tan diferente a ella, ver esa expresión de dolor en sus ojos. Siempre sonreía, como si estuviera bien, pero hoy me di cuenta: ella está tan o más rota que yo, esta en una fase en la que ese miedo la consumirá y acabará con ella y eso es algo que yo no voy a permitir, ella ganará a ese miedo y yo la ayudaré a que lo haga.
- Sky... shh no pasa nada, estoy aquí... la abracé y la junté aún más a mí. Siente mis latidos, estoy aquí, vamos respira, ven conmigo.
- Alex... Alexa... yo... ¿estás bien?, menos mal, no te ha tocado...
Se le veía tan rota, la acurruqué en mi pecho. Ella sollozó, y colocó su rostro tras mi cuello. Su respiración se fue calmando hasta que dejó de temblar. Agarró mi camisa y débilmente me habló.
- Alex... tienes heridas, fui yo, lo sé. ¿Te duelen mucho? - preguntó tiernamente y con preocupación, mientras acariciaba mis heridas más calmada. Aunque ella hubiera tenido ese ataque, ella se preocupaba por mi, ella era tan... tan ella...
- Tranquila pequeña, estoy bien, ven y duerme. - dije acostándome en la cama y abriendo la manta dejando un hueco para dormir junto a mi.
Nos recostamos en la cama. Fui haciéndole caricias suavemente por su espalda, dándole a entender que estaba aquí, y ella se durmió al fin diciéndome las gracias.
Se veía tan bien durmiendo, podría pasarme horas y horas mirándola. Tan delicada, entre mis brazos, cabiendo perfectamente, como si hubiéramos nacido echas la una para la otra.
Con cuidado le quite un mechón de su rostro y besé su frente. Por impulso apoyé mi cabeza en la suya y caí en manos de Morfeo...
Desperté y sentí como alguien me acariciaba mi cabello y rostro con mucha delicadeza. Se sentía tan bien... quería parar el tiempo. Hacía tanto tiempo que alguien no me daba cariño... tanto tiempo...
- Buenos días pequeña. - ella se sobresaltó nerviosa.
- H-ho-hola, no pensé que estabas despierta , ¿te desperté?
- Me desperté hace un momento, tranquila no me despertaste.
- ¿Te urge mucho el estómago?
- No... un poco más tarde me entrará - me dijo tímidamente girando su rostro.
- Perfecto, ¿puedes seguir dándome caricias? me duele un poco el rostro me harías un gran favor.
- ¿Enserio? - se giró sorprendida y sonrojada.
- Sipe. - quería conocerla más, no sé porque, pero con ella me sentía libre, volvía a ser la de antes.
Cerré los ojos al notar que empezaba a acariciarme con el mismo cuidado de antes, se sentía tan bien...
Estuvimos un rato, yo siendo mimada, y a ratos, levantaba mi vista y veía su hermosa sonrisa...
- Sabes Sky, hacía mucho tiempo que no me sentía tan libre, o que alguien me daba mimos, se siente muy bien, muchas gracias pequeña. - le di mi mejor sonrisa y ella se sonrojó.
- D-de n-an-nada... a mi también me gustó cuando me abrazaste... - lo último lo dijo en un susurro que logré escuchar.
Me acomodé y le abracé de sorpresa, le susurré a su oído.
- Cuando más necesites un abrazo te los daré al ver que te gustan tanto. Mis brazos siempre estarán abiertos para ti desde ahora hasta siempre.
Me reí y ella se sonrojó reclamándome, le hice cosquillas y huí.
- Eres malaaaa, me hiciste cosquillas y huiste, tramposa. - parecía un berrinche de una niña pequeña que mona.
SKYLER
Al ver como huyó le reclamé como una niña pequeña, y ella solo se río. Su sonrisa... se veía mucho más bonita así. Me cautivó y me quedé atontada mirándola hasta que me sacó de mis nubes.
- Por ser mi primer invitada, te voy a preparar un desayuno perfecto.
Su sonrisa se ensanchó, y me obligó a sentarme en una mesa. Antes de irse a cocinar me dio medicina para el dolor, que atenta ella.
Pasaron un par de minutos, y ella me dejó en shock con el desayuno. Había un bol de frutas variadas, unos huevos fritos, un zumo de naranja y tostadas.
- Guau, eres increíble, no sabía que cocinases tan bien. - En efecto cocinaba riquísimo.
- Hahaha, lo sé, soy toda una cocinera de primeras. - volvió a sonreír, y eso hizo que yo también sonriera.
- Ay, eres tan misteriosamente bipolar. - le cuestioné.
- Bipolar, que bueno eso, bueno no me conoces así queeee ni mu. Sé que fui fría, pero contigo me ablando, será porque irradias demasiada ternura.
Me sonrojé y al hacerlo ella me sonrío tiernamente. El desayuno pasó rápido entre risas y bromas. La tormenta entre nosotras desapareció y éramos nosotras dos solas en ese momento, "la calma" llegó...
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Eres mía pequeña
RomansaNunca supe que era amor hasta que la conocí, frente a ella un muro de hielo, el cual indestructible no era. Una vez pasado ese muro, una pequeña que necesitaba amor verdadero. Mi amor le pertenece, porque su sonrisa quiero proteger... Nunca pensé qu...