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Era de noche,y lo único que iluminaba en toda la oscuridad del bosque era la luna. Apenas se veía por culpa de los árboles negros y gruesos que daban miedo. Seguí caminando por el sendero de piedras que estaba marcado en el piso. Piedras ordenadas perfectamente que me llevaban a algún lugar que voy a conocer en algún momento,pero que no estoy segura de que sea algo bueno. Los ruidos de la noche y del aire libre le daban ése toque de terror a la situación. Distigui entre ellos un búho,aullidos de lobos,y grillos invisibles que no sabía de dónde venían. No me alejé del camino por miedo a perderme,asi que sin importar todo eso seguí caminando. La tierra fría me hacía pinchar mis pies descalzos,y la pijama corta y sin mangas tampoco ayudaba a qué el calor se quedará en mi cuerpo. Seguí,y ésta vez pude ver una luz a lo lejos del sendero. Hay algo allá. Un aullido desgarrador hizo que frenara de golpe,pero no ví al animal que lo hizo. No veía nada entre las hojas oscuras ni los árboles,y tampoco me iba a quedar a averiguarlo. Continué caminando más rápido,pero ahora los ruidos se intensificaban. Por cada paso que daba escuchaba ramitas quebrándose,como si alguien las pisara. El miedo acariciaba mi espalda al sentir que algo había atrás mío,pero no paré. Empecé a correr con un nudo en la garganta que me impedía gritar,y la vista fija en el camino. No miré atrás por miedo a ver qué era lo que me perseguía,y porque sabía que me iba a desconcentrar. La luz que antes era apenas un brillo en la oscuridad se hacía más grande conforme avanzaba,hasta que de la nada me encontré en una fogata. Ya no habían árboles,ni ruidos raros,ni nada. Caminé con un poco más de calma hacía ésa llama grande. El fuego me hacía sentir segura entre las penumbras,y quería estar lo más cerca de él posible. No había nadie a la vista. Solo yo entre la noche.

—¿Clip?—di un saltito por el susto—Tranqui,soy yo.

Yo:¿Joa?. ¿Que pasa?. ¿Dónde están todos?.

Joaquín:Estan adentro. Te estaba buscando,pensé que estabas en la habitación durmiendo y me asusté cuando no te vi—su mirada viajó desde mi cabeza a los pies—¿Que haces vestida así?. Hace frío.

Yo:No sé. No entiendo nada.

Joaquín:Toma,te vas a resfriar— tapó mis hombros con su campera y me abrazó para darme calor—¿Que hacías sola en el bosque?.

Yo:Me parece que me perdí. Estaba sola y empecé a escuchar ruidos de lobos, búhos y otras cosas más que daban miedo.

Joaquín:¿Lobos?— preguntó divertido—Clip,acá no hay lobos.

Yo:Si hay,yo los escuché.

Joaquín:¿Cómo van a haber lobos en pleno centro?.

—¿En qué?.

Cuando miré hacia adelante noté que estábamos en medio de la ciudad,y en frente de la puerta de una iglesia iluminada. Seguía de noche,pero ya no estábamos en el mismo lugar. Me observé a mi misma y ésta vez traía unos zapatos rojos con un vestido del mismo color que me llegaba hasta un poco menos de la mitad del muslo. Miré a Joa,y ahora él traía un traje negro con un moño en el cuello y un ramito de flores en el bolsillo del pecho.

Yo:¿Que hacemos acá?. ¿Y el bosque?. ¿Y los árboles,los ruidos,la fogata?.

Joaquín:Después hablamos de eso. Ahora tenemos que entrar que se nos hace tarde.

Yo:¿Tarde para qué?.

Joaquín:Shhh. Mirá.

Las puertas se abrieron de par en par, dejándome ver a una capilla decorada con flores,una alfombra blanca, un sacerdote al final del camino con una biblia en la mano,y un montón de personas elegantes que nos miraron al mismo tiempo. Quería preguntar algo,lo que sea para entender que mierda pasaba,pero Joa caminó decidido hacia el otro lado del lugar,perseguido por las miradas de todos. Yo solo me adentré entre los asientos tratando de buscar a algún conocido,cuando de la nada ví a Mauro,Bhavi,y Juli sentados en unas de las sillas vestidos elegantemente. Me acerqué a ellos con una sonrisa y una esperanza de que me dieran alguna respuesta.

SUICIDA  [Seven Kayne] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora