SUICIDA [Seven Kayne]

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~ E C L I P S A~

En esas horas que pasamos encerrados en el avión, esperando las maletas, y en el taxi de regreso a casa no emití ninguna palabra. Es como si estuviera en modo piloto, solo hago lo necesario sin decir o sentir nada. Mis emociones están dormidas, encerradas en ese cajón que creé cuando papá murió. Intenté refugiarme en la música, sin embargo no sirvió. Me hacía sentir peor, por alguna razón.

Cuando el Ivo abrió la puerta de casa recordé la navaja, esa navaja que quise usar muchas veces pero jamás lo hice, porque lo tenía a él. Él era quien lograba interponerse entre mis pensamientos suicidas y la realidad, pero ahora el ya no está. Dejé la valija en el living y subí las escaleras corriendo. Quería encerrarme en mi pieza y volver a sentir algo, aunque sea dolor físico, pero no pude. Su mano me detuvo y sus ojos me suplicaron que no lo hiciera, como si ya supiera qué es lo que iba a hacer.

Yo: ¿Hice algo malo?.

Mi pregunta pareció afectarle más a él que a mí.

Yo: ¿Le dije algo que no debía, o le hice pasar un momento feo?.

Quiero que me suelte.

Yo: Pensé que me había portado bien.

Ivo: Eclipsa...

Yo: Pensé que él era bueno. Dijo que no me iba a lastimar.

Lo prometió.

Yo: Había dicho que me...

¿Que te qué?.

Yo: Dijo que me quería.

Dijo que te amaba

Yo: ¿Qué fue lo que pasó?.

Ivo: Ey, escúchame. — me agarró la cabeza con sus manos para que lo mirara — A veces las personas se equivocan. A veces hacen estupideces que no tienen justificación, pero eso no quiere decir que haya sido tu culpa.

Yo: ¿Es porque no quise tener mi primera vez con él?.

Ivo: No, Eclipsa, no. No sé por qué lo hizo, andá a saber si es verdad porque no hay que creerle nada a Lula, pero no es tu culpa.

Yo: Mamá dijo que se iba a cansar de mí. — las lágrimas comenzaron a salir. — Dijo que iba a pasar, y de que no puedo hacer nada para cambiarlo. ¿Mamá tenía razón?.

Él me abrazó con fuerza. Terminamos ambos arrodillados en el piso mientras nos abrazábamos y llorábamos, él por impotencia y rabia y yo por un corazón roto.

Ivo: Todo va a estar bien, ¿Me escuchaste?. Yo estoy acá.

Yo: Él también me dijo eso, y mirá como terminó.

No supo que responder. Todo lo que me había dicho son palabras que Joaquín usó y no cumplió.

Ésta vez no pude quedarme en mi pieza y llorar ahí, puesto que el Ivo presentía que algo filoso estaba escondido y sabía que yo no le iba a decir en dónde estaba, así que prefirió dejarme en su habitación que es más seguro. Me acosté en su cama y me sentí vacía. Era como antes, exactamente igual. La única diferencia es que ahora tengo amigos, y sin embargo me siento igual de sola.