–Lucas –Llamé.
Apareció instantáneamente. Su rostro estaba como de costumbre. Ya no tenía los ojos rojos, se veía descansado y tan guapo como siempre. Sonriendo se acercó a mí con la intención de abrazarme.
–E-espera –Levanté una mano para detener su avance. Así lo hizo, se quedó donde estaba.
– ¿Qué pasa?
–Debo hablar contigo.
–No veo porqué no puedes decírmelo mientras te abrazo –Se rió pícaramente y volvió a acercarse, pero yo di un paso hacia atrás y volví a detenerlo.
–No, Lucas. No te quiero cerca, escucha lo que tengo que decirte.
Lucas sopesó mis palabras. Sus ojos demostraban que no entendía mis palabras y porqué lo alejaba tanto de mí. Mi corazón se agrietaba con cada palabra hiriente que salía de mi boca pero estaba decidida a terminar lo nuestro. No había otra solución mejor que esa para detener una batalla que llegó a mí sin previo aviso.
–De acuerdo. Te escucho.
–Estuve pensando durante todo el día. Durante días tuve miedo de vivir otro ataque, siempre ando con miedo de que eso suceda y de que algo malo le pase a la gente que me rodea.
–Amy, yo estoy para protegerte…
–No. No es justo que me protejas a mí y a nadie más porque desde el momento que me vi envuelta en esto todos a mí alrededor tienen las mismas posibilidades de morir que yo. Todos corremos peligros y yo no puedo vivir con ese peso. Menos podría vivir con esa culpa si es que algo malo les pasa. Hoy he tomado una decisión.
Hice una pausa para tomar aire. Él me miraba con sus hermosos ojos morados, cómo iba a extrañar esos ojos.
–Decidí que lo mejor es que terminemos.
–No seas tonta, acabaremos con ellos pronto y todo volverá a la normalidad. No tienes por qué tener miedo.
–No me estas entendiendo. No quiero estar más contigo. Creo que malinterpreté mis sentimientos, me gustas pero no estoy enamorada de ti –Sentí una opresión en el pecho –. No voy a exponer a mi familia por estar contigo, no vale la pena.
Por un minuto sentí que mis piernas no serian capaces de sostenerme. Lucas me miraba con dolor, sus ojos se oscurecieron pero no dejaron de mirarme. Se llevó una mano al mentón y soltó un suspiro.
–Tú no eres así. Te conozco muy bien, Amy.
–Lucas, tu una vez me dijiste que me conocías pero no sabias qué sucedería en el futuro. He cambiado, ya no te quiero en mi vida. Maduré y dejé de pensar como una niñita encaprichada. De esa forma protejo a mi familia, a mis amigos, a quienes realmente quiero que permanezcan conmigo.
–No te creo. No creo lo que dices.
–Asúmelo. ¿Qué esperabas? ¿Que la historia se iba a repetir como hace 3 mil años? El mundo es muy distinto desde entonces.
–Algo te pasó, ¿algún Nephilim se acercó a ti? En la mañana estabas bien y ahora…
Si no era convincente todo mi plan se estropearía. Ellos serian capaces de matarlo, a él y a todos. No podía permitir eso. Prefería vivir con el recuerdo de que lo nuestro fue real, de que él vivía entre los suyos antes que vivir con la culpa de su muerte. Así ambos podríamos seguir nuestras vidas y yo sabría que él estaba con vida en algún lugar.
–No. Yo solamente pensé las cosas con la cabeza. No te quiero en mi vida, punto.
–Amy, es imposible que en tan solo horas hayas cambiado tanto –Se acercó a mí y esta vez no dejó que me alejara. Me abrazó con fuerza, yo puse mis manos sobre su pecho, tratando de apartarlo en vano. Si él no se separaba mis defensas iban a ceder.
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Un novio de otro mundo #1: Destinados
RomantizmAmy es una chica que sufre los maltratos en la escuela junto a su mejor amiga Fanny. Después de clases, ambas se olvidan de su penosa realidad y escriben historias que luego suben a la web, como terapia para olvidarse de los malos ratos. Un día, Am...