Capítulo 26: Perdóname

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si, si, si!! es jueves, ya sé. El motivo por el que actualizo hoy y no mañana es porque me voy de vacaciones por dos semanas asi que no podré actualizar hasta mediados de febrero. Por eso dejo este capi bieeen movidito, ya verán :D 

Así que a mi regreso la historia entra en su fase final y seguiré actualizando viernes y domingos.

Gracias por comprender, saludos y abrazos a tod@s!! 

***

Comí emocionada porque estaba todo muy rico. No quise preguntar qué era exactamente y con qué estaba preparado porque era lo de menos. Aquellos eran los manjares más exquisitos que mi paladar hubiese probado. Toda la comida estaba preparada en bolitas que tenían verduras en el interior y parecían estar fritas por fuera. Además había salsas para untarlas que eran una maravilla.

Lo más divertido eran los platos que tenían forma alargada. No había cuchillos, solo unos tenedores que distaban mucho de los cubiertos humanos. Constaba de un palillo alargado de acero inoxidable que se doblaba al final, era más ancho al comienzo y se afinaba en la punta, que servía para pinchar la comida.

–Creo que me llevaré uno de estos para dejar bajo la almohada, por cualquier cosa –Miré el palillo detenidamente.

–Los Nephilim no saben de la existencia de este lugar –Aseguró Lucas.

–Pero tu si, hermanito. Dime, Amy ¿le enterrarías ese tenedor a Luke si apareciera en tu habitación?

–Es una idea tentadora –Observé el dichoso tenedor, girándolo entre mis dedos.

–No seas niño –Se quejó Lucas apuntando a su hermano con su tenedor.

Ambos se enfrascaron en una estúpida discusión que me tenía igual que en el tenis: mirando de un extremo a otro. Ya me estaba mareando así que decidí que lo mejor sería beber de ese rico jugo natural, alguien debía estar cosechando las mejores naranjas del mundo en la isla. Entonces recordé una pequeña imagen de un sueño ya casi olvidado. Me quedé en silencio observando el atardecer frente a nosotros, preguntándome si debería decirle a Lucas o no. Decidí que lo mejor, de ahora en adelante, seria no ocultarle nada.

–Recordé algo…

–¿Otra vez es una broma? –Bufó. Realmente Lucas me estaba desquiciando pero decidí soltar lo del sueño en vez de pelearme con él.

–Una noche soñé varias cosas sin sentido pero lo que más recuerdo es a un bebé muy tierno. Estaba sentado, iba desnudo y comía una naranja con gusto –Señalé observando el jugo que sostenía en mi mano.

–¿Algún otro detalle? –Preguntó Lucas no muy convencido.

–No recuerdo el color de sus ojos pero recuerdo que era rubio. Hasta hoy no me había preguntado pero… ¿Qué significará? –Les pregunté.

–A lo mejor es el hijo que tendrán –Ian se encogió de hombros.

Intercambié una mirada nerviosa con Lucas. Él me miraba con el semblante duro mientras yo me sonrojaba. Sopesando la idea de su hermano, no era tan descabellada después de todo. Pero si eran sueños premonitorios no necesariamente tenían que ocurrir.

–O el que tuvimos antes –Agregó Lucas como señalando que el hecho de tener un hijo en ésta vida era una cuestión imposible.

–Lucas adora las naranjas –Señaló Ian. Su hermano rodeó los ojos–. Bueno, yo tengo algo de sueño, así que me voy a retirar ahora. Necesito un baño.

Se levantó apretando los labios para no sonreír. Lucas lo fulminó con la mirada y yo hice lo propio. Sin embargo, sabía que él lo estaba haciendo por nuestro bien, para que arregláramos nuestras diferencias. Pero nosotros ya habíamos hablado y sabía muy bien que Lucas seguía dolido.

Un novio de otro mundo #1: DestinadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora