Un novio de otro mundo #1: Destinados

Capítulo 20: El baile

Entonces ahí estaba yo probándome un ridículo vestido que no era mi estilo en absoluto pero Fanny me obligó a hacerlo junto con otra pila de incontables vestidos, cortos, largos y de distintas formas, texturas y colores. Claro que yo apenas había elegido uno o dos que se asemejaban a mi modo de vestir pero ella insistió en que debía verme diferente, sobre todo si el “patán” de mi ex novio andaba cerca. Así le había llamado ella. Ahora no tan solo mi familia odiaba a Lucas, también Fanny.

Abrí la cortina que daba a un pasillo con un enorme espejo al frente, donde Fanny ya estaba apreciando su vestido. Era un vestido de strapless que le llegaba arriba de la rodilla, en tono azul con brillantes y un cinturón de satén bajo el busto que se ajustaba con un rosetón. Tenía lentejuelas en toda la parte de arriba que se iban difuminando hacia abajo, donde solo había unas pocas. Y para terminar su complemento usaba unos tacones negros sin punta. Realmente mi amiga se veía despampanante y Eric estaría de acuerdo conmigo, además que el color resaltaba su lindo tono de piel.

Cuando me vio pegó un grito y aplaudió con las manos.

–Eres una bomba sexy.

–Estás loca.

–Ven aquí y mírate.

Me tomó por los hombros y me plantó a su lado. Me miré bastante dudosa de si aquella chica era yo o no. Realmente parecía otra. Una de esas chicas plásticas que iban a los bailes de secundaria pareciendo damas de compañía más que estudiantes. Pero bueno que mal no me veía pero no podía sentirme a gusto usando eso. El vestido tenía un pronunciado escote que llegaba a la mitad de mi vientre, me llegaba a la mitad del muslo, era negro con flecos brillantes y se anudaba en el cuello, dejando toda mi espalda descubierta también. Finalmente usaba unos tacones sin punta que tenían unas tiras alrededor de mis tobillos.

–Está bonito… –Fanny sonrió–. Pero para la esposa de Hugh Hefner, no para mí.

–Que no, te ves increíble. Ahora todos los chicos querrán salir contigo.

–Yo no quiero eso. No me importó nunca, ¿por qué debería importarme ahora?

–Ya sabes…

Todo mundo creía que debía salir con otros chicos para llenar el vacío que Lucas había dejado. Me gustaría decirles a todos que no sabían cuán perfecto era él, cuánto lo amaba y que nadie podría comparársele. Pero el solo hecho de nombrarlo haría que él apareciera y no podía enfrentarme a su rostro adolorido de nuevo. Nunca más.

–No me llevaré este pedazo de tela, para eso voy en ropa interior, es prácticamente igual –Fanny rodeó los ojos–. Me probaré uno más acorde a mí.

Regresé al probador y me senté en el banco de la esquina. Miré la cantidad de vestidos colgados y descarté mentalmente los que se parecían al que tenia puesto ahora. Entonces rebusqué los que yo había traído hasta ahí para probarme. Me puse el primero y salí. Fanny ya estaba con su ropa de calle y llevaba una percha con el vestido azul.

–Definitivamente me lo llevo –Aseguró.

–Me gusta cómo te queda –Le sonreí–. Ahora, ¿qué dices de este?

–Aburrido.

Y así fue con los otros dos más que me probé. Ninguno le gustaba aunque a mí me parecían bien. Uno de los últimos que me probé era de satén en tono azul brillante con flores pequeñas en blanco. El vestido era de estilo chino, con el cuello cerrado pero corto, me llegaba hasta la mitad del muslo y se apegaba a mi figura. Con los mismos tacones altos quedaba perfecto. Este sí que me gustaba y Fanny lo estaba apreciando con otros ojos.

–Bueno… ¿te gusta? –Le pregunté.

–No es lo que yo hubiese elegido para ti pero… si, me gusta. Te sentirás cómoda, es bonito, te sienta bien y así iremos las dos de azul –Dijo más animada–. Al menos muestras piernas.